Renunció a una salida general de los terroristas en sus estatutos

Sortu vuelve a reivindicar la amnistía para los presos de ETA tras el surgimiento de un grupo disidente radical

El colectivo Ibil, que rechaza el fin del terrorismo, reprochó a los dirigentes de la izquierda abertzale que renunciaran a uno de los principios tradicionales del entorno proetarra

Los dirigentes de Sortu Pernando Barrena, Hasier Arraiz y Rufi Etxebarría, en una manifestación a favor de los presos de ETA.
Los dirigentes de Sortu Pernando Barrena, Hasier Arraiz y Rufi Etxebarría, en una manifestación a favor de los presos de ETA.

Aunque sea minoritario, el surgimiento del colectivo Ibil-Iraultzailen Bilguneak (Asambleas Revolucionarias) como grupo disidente radical dentro del entorno de la banda terrorista ETA ha provocado inquietud en Sortu, la marca legal de la izquierda abertzale. Una de las acusaciones que hizo Ibil contra los actuales dirigentes es haber renunciado a exigir una amnistía para los presos.

Hace más de un año, se reunió en Bilbao el Foro Social, un encuentro de entidades de la órbita abertzale que tenía como objetivo tratar de implicar a las sociedades vasca y navarra en el proceso de fin del terrorismo.

Una de las conclusiones de este foro -en el que participaban tanto Bildu como Sortu- supuso un cambio de gran calado en una de las reivindicaciones que durante décadas ha mantenido la izquierda abertzale vinculada a ETA: la amnistía, es decir, la liberación inmediata y general de todos los encarcelados de la banda terrorista, a los que considera “presos políticos”.

Por primera vez, el entorno político y social de la banda terrorista descartó las medidas excepcionales como la amnistía y apostó por que “la reintegración deberá realizarse por medio de cauces legales”, y el estudio de la situación de cada preso debería estudiar de forma “individualizada, escalonada y en tiempo prudencial”.

Tanto Bildu como Sortu asimilaron y aceptaron como propias esas recomendaciones, renunciando de esta manera a una de las reivindicaciones tradicionales que la izquierda abertzale proetarra ha mantenido durante años, bajo sus diferentes marcas. También asumieron esa renuncia a la amnistía los miembros del denominado Colectivo de Presos Políticos Vasco (EPPK, en sus siglas en euskera) en un comunicado en diciembre de 2013.

La amnistía total, objetivo de la escisión radical Ibil

Este cambio de discurso sobre la situación penitenciaria de los presos de ETA no tuvo buena acogida en todos los sectores de la izquierda abertzale. Es el caso del grupo disidente Ibil (Caminar) o Iraultza Bilguneak (Asambleas Revolucionarias), que dirige el profesor de instituto Fermín Sánchez Agurruza desde la clandestinidad y que critica el “cese definitivo de la actividad armada” anunciado por la banda en octubre de 2011.

El líder de esta facción de tendencia radical marxista criticaba en sus escritos y documentos que los actuales dirigentes de la izquierda abertzale hubieran renunciado a conseguir la amnistía: “No podemos olvidar a los militantes revolucionarios que se encuentran en las cárceles y en el exilio. Mientras mantengan a tan sólo uno de ellos bajo llave, la Clase Obrera Vasca no va a ser libre, y por eso reivindicamos la Amnistía Total, en el camino a la victoria de la República Socialista Vasca”.

De hecho, Ibil ha puesto en marcha hace poco tiempo su propia organización de presos y de familiares de terroristas encarcelados, como alternativa a la asociaciones “oficialistas” de la izquierda abertzale, como Herrira (desarticulada por la Guardia Civil), Tantaz Tanta y la nueva Sare. El nombre del movimiento por los presos de la facción radical Ibil es muy claro: Amnistía eta Askatasuna, es decir, “Amnistía y libertad”.

La dura respuesta de Sortu

Pues bien: después de todas estos movimientos disidentes entre parte de sus bases, y después de recibir esas acusaciones de “traicionar la lucha” y similares, la dirección de Sortu ha decidido responder. Lo ha hecho de forma sutil, en el boletín digital del mes de junio que envía a sus militantes y simpatizantes y que El Confidencial Autonómico ha podido consultar.

En la última de las ocho páginas de este boletín, Sortu vuelve a reivindicar la salida de la cárcel de todos los presos de ETA y vuelve a utilizar la palabra que desterró hace un año: “La amnistía es un concepto de significado político que la lucha de liberación vasca lleva en sus genes desde el surgimientos de la Izquierda Abertzale hasta nuestros días”.

 

El mismo texto esconde una dura reacción contra quienes, como los disidentes de Ibil, ponen en cuestión la aceptación del tratamiento individualizado de las peticiones de liberta de los presos: “No es de recibo utilizar el concepto de amnistía para oponerse a la línea política adoptada por la Izquierda Abertzale tras la resolución Zutik Euskal Herria [que apostó por la renuncia a la violencia de ETA], y mucho menos lo es utilizar el nombre del EPPK para ocultar las reflexiones que ha realizado y las decisiones que ha adoptado el propio EPPK y enfrentarse a las mismas”.

Además, Sortu también responde veladamente a Ibil cuando recalca varias veces que su objetivo es conseguir “la excarcelación de todos los presos” y destaca la importancia de aglutinar a una mayoría social a favor de los terroristas de ETA que cumplen condena en prisión.

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