La Guardia Civil compra 4 cámaras térmicas para vigilar el contrabando en las costas de Ceuta y Melilla

Los visores binoculares irán destinados al servicio fiscal de la Benemérita

Binoculares de visión térmica, y una embarcación de vigilancia de la Guardia Civil.
Binoculares de visión térmica, y una embarcación de vigilancia de la Guardia Civil.

La lucha contra el contrabando, el fraude y el tráfico de drogas en Ceuta y Melilla se refuerza con nuevos instrumentos. La Guardia Civil destina más de 300.000 euros en la compra de cuatro cámaras térmicas portátiles que el servicio fiscal de la Benemérita utilizará para detectar actividades ilegales en las costas de las ciudades autónomas del norte de África.

Las ciudades de Ceuta y Melilla, por su condición de “puertas” de España y de Europa enclavadas en el continente africano, son uno de los lugares preferidos por mafias de traficantes y contrabandistas.

Para perseguir el contrabando, el fraude y demás delitos de carácter fiscal, la Guardia Civil cuenta con un Servicio Fiscal que se encarga de vigilar la entrada y circulación de mercancías y otros efectos en costas y fronteras.

A partir de ahora, los agentes de la Benemérita contarán con nuevas herramientas para luchar contra estas actividades ilegales.

Dos cámaras para Ceuta y dos para Melilla

Según ha podido saber El Confidencial Autonómico, el Servicio de Armamento y Equipamiento Policial de la Dirección General de la Guardia Civil ha adquirido recientemente cuatro cámaras térmicas portátiles que “se dedicarán a la vigilancia de las costas de Ceuta y Melilla”.

En concreto, se trata de aparatos que, a través de visores binoculares (es decir, similares a unos prismáticos), permite a los agentes identificar fuentes de calor en la oscuridad y a grandes distancias, tanto en tierra como en mar.

De esta forma, los guardias civiles adscritos al Servicio Fiscal podrán detectar más fácilmente la llegada desde el mar de contrabandistas y traficantes a las ciudades autónomas del Norte de África.

La Guardia Civil ha distribuido dos de estos aparatos a la comandancias de Ceuta y otros dos a Melilla. Cada sistema está compuesto por la cámara portátil en sí, sus baterías (de 10 horas de duración continua) y un conector para transmitir, vía radio, la señal de vídeo a un receptor situado a un mínimo de 300 metros.

Además, las cámaras adquiridas -que pesan 2,5 kilo cada una- permiten capturar imágenes instantáneas y almacenarlas en la memoria interna de la cámara.

 

Más de 300.000 euros por las cuatro cámaras

El contrato fue adjudicado a Etel 88, una empresa especializada en sistemas de vigilancia y seguridad. Esta compañía se compromete, además, a suministrar gratuitamente asistencia técnica y a reparar posibles averías durante al menos cinco años tras la contratación.

El importe de la adjudicación de las cuatro cámaras térmicas portátiles asciende a 308.968 euros, la oferta más ventajosa de las presentadas a la Guardia Civil.

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