Ayuso se ha equivocado

Isabel Díaz Ayuso en el stand de Madrid.
Isabel Díaz Ayuso en el stand de Madrid.

Hay que decirlo. La presidenta de la Comunidad de Madrid se ha equivocado en el modo de afrontar las protestas del sector sanitario en la capital. Lo voy a explicar de forma sencilla.

Lo primero que hay que decir es que estamos ante un problema real. Que los partidos de izquierda están utilizando políticamente esta cuestión no ofrece ninguna duda. Que los medios que no tragan con su manera de ver la vida están aprovechando para zurrarle deformando la realidad, es completamente cierto. Sin embargo, Ayuso se ha ofuscado con estas dos circunstancias olvidando algo muy importante: hay un problema real detrás de estas protestas.

La Sanidad está atravesando en nuestro país un momento especialmente delicado. El sistema está al borde del colapso, con unos profesionales saturados, exhaustos, a los que se les ha pedido un esfuerzo extra durante la pandemia mientras no se han resuelto sus problemas de fondo. Sobre todo, en la atención primaria. Trabajan en precario, sin medios suficientes y con horarios imposibles. Esto lo perciben así los ciudadanos, sin que tenga que venir Mónica García a gritártelo a la cara. Por lo tanto, algo pasa y la cuestión no se resuelve a golpe de victimismo.

A Díaz Ayuso le ha faltado empatía, cercanía a los médicos, enfermeros, celadores… que lo están pasando mal. Ha aparecido como una líder lejana, insensible, instalada en su torre de marfil. Como si ya hubiera llegado a La Moncloa y le hubiera entrado el síndrome de palacio: la realidad no es la que es sino como yo digo que es. Y eso es mortal de necesidad.

¿El problema es sólo de Madrid? No, en absoluto. Otra excusa utilizada desde el gobierno de la Puerta del Sol para quejarse de las protestas. Pero es que eso no quita para que en Madrid haya una cuestión que resolver. Parece que el “mal de muchos” debería ser suficiente para aplacar el sufrimiento en un territorio. No. Que se le vea a usted todo el empeño del mundo en solucionar lo de su terruño y después, desde esa posición, aluda usted al resto: lo hará con todas las de la ley, con todo el derecho. Porque se habrá arremangado. No hablará desde una atalaya sino al lado de los ciudadanos.

A Ayuso tampoco se le ha visto escuchar lo suficiente. Y eso es grave. El diálogo nunca debe faltar. Sentarse a charlar las veces que haga falta es una recomendación que suele ser muy recomendable para cualquier político. Intercambiar pareceres es sano. Imponer, no.

Más en twitter: @javierfumero

 
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