Junto a una concejal de la capital belga

El ‘embajador’ de Cataluña homenajea en Bruselas a un anarquista fusilado en 1909

Amadeu Altafaj colocó un ramo de rosas en la estatua a Francesc Ferrer i Guàrdia, condenado por instigar los disturbios de la Semana Trágica de Barcelona

Amadeu Altafaj (segundo por la izquierda) en el homenaje a Francesc Ferrer i Guàrdia en Bruselas.
Amadeu Altafaj (segundo por la izquierda) en el homenaje a Francesc Ferrer i Guàrdia en Bruselas.

La Avenida Franklin Roosevelt de Bruselas acogió un homenaje a un anarquista catalán, Francesc Ferrer i Guàrdia, fusilado en 1909 bajo la acusación de haber instigado los disturbios de la llamada Semana Trágica de Barcelona. Entre quienes participaron en el acto, Amedau Altafaj, representante de la Generalitat de Cataluña ante la Unión Europea.

En ese lugar de la capital de Bélgica, frente a la Universidad Libre de Bruselas, se levanta desde 1911 un monolito en memoria de Ferrer i Guàrdia, un anarquista que fundó en Barcelona la Escuela Moderna como proyecto pedagógico libertario y secular.

En un proceso judicial muy criticado, este anarquista fue detenido bajo la acusación de haber instigado los violentos disturbios que se produjeron en Barcelona en 1909 contra el envío de reservistas a la Guerra de Marruecos. Pese a la falta de pruebas, un tribunal militar lo condenó a muerte el 9 de octubre y fue fusilado el 13 en el Castillo de Montjuic.

Depositó un ramo de rosas rojas y amarillas

En el 107 aniversario de la condena y ejecución de este anarquista se celebró este lunes en Bruselas un acto en recuerdo de Francesc Ferrer i Guàrdia en ese monolito. El acto estuvo presidido por la concejal de Instrucción Pública, Juventud e Infancia del ayuntamiento de Bruselas, Faouzia Hariche.

Entre los representantes se encontraba también Amadeu Altafaj, quien como representante del gobierno de la Generalitat de Cataluña en la Unión Europea hace las veces de ‘embajador’ del ejecutivo de Carles Puigdemont en Bruselas y ante las instituciones comunitarias

Tras guardar un minuto de silencio por este anarquista fusilado a principios del siglo XX, Altafaj fue uno de los asistentes que se acercaron a los pies del monolito a Ferrer i Guàrdia para depositar un ramo de flores: concretamente, rosas de color rojo, amarillo, rosa y naranja, y con una cita con la senyera cuatribarrada de Cataluña.

Después se celebró una recepción en la que Altafaj tomó la palabra y, en nombre del gobierno de Cataluña, agradeció a la “Escuela Superior Francisco Ferrer i Guardia” de Bruselas -organizadora del acto- “la solemnidad con la que se recuerda cada año a uno de los librepensadores más importantes de Cataluña”.

 

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