Ex escoltas vascos y navarros ocultan en su currículum haber protegido a políticos amenazados por ETA

La mayoría no encuentra trabajo en sus pueblos “por miedo o por la presión abertzale”

Un cargo público amenazado por ETA, en una imagen de 2001 en la playa de La Concha con sus dos escoltas.
Un cargo público amenazado por ETA, en la playa de La Concha con sus dos escoltas.

Dos años después de que ETA anunciara el “cese definitivo de su actividad armada”, apenas quedan 200 escoltas en el País Vasco y Navarra. La drástica reducción de la protección a los objetivos potenciales de la banda ha dejado sin trabajo a centenares de escoltas vascos y navarros que no encuentran una nueva ocupación. Para conseguir trabajo, muchos no mencionan en su currículos que pasaron años protegiendo a cargos públicos amenazados por los terroristas.

El 20 de octubre de 2011, ETA emitió un comunicado en el que aseguraba que había tomado la decisión de decretar el “cese definitivo” de los atentados terroristas.

Cinco meses después, el Ministerio del Interior disminuyó un 55% el número de escoltas destinados a proteger personalidades amenazadas por la organización terrorista, en su mayoría concejales del Partido Popular y del Partido Socialista de Euskadi.

Ya antes del anuncio de ETA se habían reducido de dos a uno los escoltas destinados a proteger a los ediles populares y socialistas que tomaron posesión tras las elecciones municipales de 2011. Además, el Gobierno Vasco también retiró la protección a otros cargos públicos.

El Confidencial Autonómico ha podido confirmar, de fuentes de la Asociación de Escoltas en Activo del País Vasco y Navarra, que el número de personas destinadas a salvaguardar la seguridad de los “objetivos” de ETA ha disminuido de forma radical en estos dos años, lo que ha dejado en el paro a cientos de escoltas.

No encuentran trabajo en el País Vasco y Navarra

Muchos de estos profesionales intentaron buscar trabajo, por ejemplo, como vigilantes de seguridad, porteros o escolta de otras personalidades, pero los que viven en el País Vasco o en Navarra lo tienen muy complicado para conseguir empleo, según un responsable de la asociación.

La gente de Mondragón, o Portugalete, o cualquier pueblo vasco o navarro, no nos quiere dar trabajo porque hemos trabajado a cara descubierta y nos conocen todos”, explica con amargura.

Algunos de los que se niegan a emplear a estos ex escoltas lo hacen porque son simpatizantes de la izquierda abertzale y desprecian a quienes protegieron a los amenazados por ETA. Otros, sin embargo, lo hacen por miedo a que los proetarras señalen su negocio si contratan a un ex escolta.

Es por eso que muchos de estos escoltas en paro están borrando de su currículum su experiencia como protectores de cargos públicos que eran objetivo de la banda terrorista. Intentan que, de esta forma, nadie se eche atrás por su experiencia en la protección de jueces, fiscales o concejales populares y socialistas.

 

Menos de 200 escoltas desde un máximo de 3.500

Según datos de la Asociación de Escoltas en Activo del País Vasco y Navarra, en estas dos comunidades autónomas llegaron a trabajar un máximo de 3.500 escoltas protegiendo a personas amenazadas por los terroristas y su entorno.

Ahora, sin embargo, no llegan a 200 los profesionales de la seguridad que operan en ciudades y pueblos vascos y navarros.

Aún se mantiene la protección a “unos pocos cargos del PP”, según explican desde esta asociación a ECA, pero muchos de los escoltas se dedican ahora a proteger a víctimas de violencia doméstica que pueden volver a ser agredidas por sus maltratadores.

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