Cerca de 160 agentes protegieron el Atlético-Deportivo

Así es el dispositivo policial de un partido de fútbol de alto riesgo

Varios vehículos escoltan los autobuses del equipo y de los hinchas desde que entran en la Comunidad de Madrid hasta que llegan al estadio

Agentes de la Policía Nacional escoltan dos autobuses de hinchas del Celta de Vigo en un derbi con el Deportivo de La Coruña.
Agentes de la Policía Nacional escoltan dos autobuses de hinchas del Celta de Vigo.

La multitudinaria pelea que tuvo lugar el domingo antes del partido de Liga entre el Atlético de Madrid y el Deportivo de La Coruña terminó con un hincha gallego muerto, 21 detenidos y 90 identificados. A pesar de ello, el partido estaba clasificado como de bajo riesgo, por lo que el operativo policial de seguridad era mucho menor que en los partidos previstos como más conflictivos.

La calificación del riesgo del partido la decide la Comisión Antiviolencia en virtud de las rivalidades entre las hinchadas y las circunstancias que rodean el choque futbolístico. A partir de esta calificación, la Delegación del Gobierno correspondiente y las Fuerzas de Seguridad establecen el dispositivo policial para garantizar que el partido se desarrollen sin incidentes.

Así lo explican las fuentes policiales consultadas por El Confidencial Autonómico: al tener la calificación de “bajo riesgo”, la Jefatura Superior de Policía de Madrid estableció un despliegue acorde a este tipo de partidos.

En concreto, en el partido de Liga entre el Atlético de Madrid y el Deportivo de La Coruña que tuvo lugar el domingo se movilizaron a unos 100 agentes del Cuerpo Nacional de Policía: como en otras ocasiones, el dispositivo incluía antidisturbios de las Unidades de Intervención Policial, agentes a caballo y también guías caninos para detectar sustancias explosivas.

El despliegue dentro de y en torno al Estado Vicente Calderón se completó con unos 60 agentes de la Policía Municipal de Madrid, además de las patrullas habituales del distrito de Arganzuela, donde se encuentra el campo rojiblanco.

Escoltados en todo momento

Este dispositivo más simple provocó, por ejemplo, que los autobuses de los hinchas deportivistas de la peña Riazor Blues llegaran a las cercanías del río Manzanares sin protección policial. No fue hasta recibir el aviso de los vecinos de la zona, al comenzar la pelea entre ultras, cuando los antidisturbios acudieron de urgencia a tratar de frenar el enfrentamiento que terminó con un hincha muerto.

Las fuentes policiales consultadas por ECA explican que el dispositivo policial hubiera sido muy distinto si el partido se hubiera declarado de alto riesgo. En esos casos, los ultras más radicales del equipo visitante están protegidos -y controlados- en todo momento por las Fuerzas de Seguridad.

En Madrid concretamente la Policía Nacional suele esperar a los autobuses, tanto de los jugadores del club visitante como de los aficionados, en la carretera, en el límite de la Comunidad de Madrid. Los autobuses llegan a la capital y al lugar donde aparcan -en el caso de los aficionados- escoltados en todo momento por furgones y coches policiales.

A continuación, los agentes de Policía “embolsan” a los ultras más radicales del equipo visitante: rodeados por un fuerte cordón policial, son conducidos al estadio y entran en él por un lugar alejado de la puerta de entrada de los hinchas radicales locales. También se evita que ambos grupos ultras entren al campo al mismo tiempo.

Mientras dura el partido, los agentes de la Policía Nacional “aíslan” a los ultras del equipo visitante del resto de aficionados, para evitar fricciones y enfrentamientos.

 

Al acabar el encuentro, la dinámica es la misma que al entrar: se les saca “embolsados” por una puerta alejada del resto, se les acompaña y vigila hasta volver a los autobuses, y varios furgones escoltan a sus autobuses a su marcha de Madrid.

Navajas y cuchillos incautados

Además, El Confidencial Autonómico ha podido confirmar que en estos partidos de alto riesgo los policías no tienen orden de registrar los autobuses ni cachear a los hinchas radicales que llegan a Madrid. “Pero tampoco hay detectores de metales en las puertas de los estadios”, explican fuentes policiales.

Y es que la pelea entre decenas de ultras del Atlético de Madrid y Deportivo de La Coruña, a los que se añadieron radicales del Real Madrid, del Rayo Vallecano, del Sporting de Gijón y del Alcorcón, acabó con varios heridos por arma blanca, a pesar de que algunas informaciones apuntan a que la convocatoria para enfrentarse (que los radicales de Riazor Blues niegan) especificaba que no se podrían llevar armas blancas.

A pesar de ello, los agentes recogieron tras la reyerta numerosas navajas, cuchillos y palos que los ultras fueron arrojando a papeleras y debajo de los coches al tratar de huir de la Policía. “Pero esto es anómalo: no suelen quedar para pegarse y no suelen llevar armas blancas”, apuntan fuentes policiales.

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