La historia de la baraja española se escribe en Vitoria
A punto de cumplir 150 años de historia, la empresa Naipes Heraclio Fournier se encuentra en venta y aguarda expectante el inicio de una nueva etapa. Desde su fundación en 1870 hasta la actualidad, esta fábrica alavesa se ha convertido en un absoluto referente en la creación de cartas y, tras diversas fusiones, ahora abarca más de un tercio de la producción mundial.
Entre los productos originarios de España y exportados a los lugares más insospechados destaca la baraja de Heraclio Fournier. Ese enigmático nombre corresponde al burgalés de ascendencia francesa que en 1870 fundó un taller de impresión en Vitoria. Fournier aprovechó ese auge para encargar en 1877 un nuevo diseño de naipes a Emilio Soubrier, profesor de dibujo en la Escuela de Artes y Oficios de Vitoria, y al pintor alavés Ignacio Díaz Olano. Por entonces, los casinos ya no eran solo locales de juego originarios de la Italia del siglo XVII según confirma Betway Casino, sino que se habían convertido en respetables edificios donde se reunía la burguesía. Aquella baraja acabaría convirtiendo a Heraclio Fournier en todo un prohombre de Vitoria, ya que con ella ganó un primer premio en la Exposición Universal de París en 1889 y, tras ser retocada ese mismo año por el pintor Augusto Rius, su diseño ha permanecido prácticamente intacto hasta nuestros días.
El negocio de Heraclio Fournier no solo sobrevivió a su muerte en 1916, sino que creció considerablemente bajo la dirección de su nieto Félix Alfaro, quien acabó dominando el mercado nacional con vistas al extranjero. La empresa alavesa se expandió internacionalmente y en 1986 dio un paso al frente gracias a su integraciónen The United States Playing Card Company, fabricante de cartas fundada en Kentucky solo tres años que la compañía vitoriana y perteneciente a Jarden Corporation. Esta nueva etapa con capital americano generó algunos cambios, pero la fábrica se mantuvo en una Vitoria cada vez más moderna y mejor conectada.
No obstante, y a pesar de que la fusión le ha permitido abarcar el 35% de la producción mundial de naipes, la situación se ha complicado en el último año. A pesar de que los juegos de cartas son una de esas costumbres ancestrales que siguen vigentes en la actualidad, los tiempos cambian y ahora Newell Brands, el conglomerado al que pertenece Jarden Corporation desde 2016, ha anunciado que vende Naipes Heraclio Fournier para centrarse en otros mercados.
Historia de los palos
Una moneda de oro con una efigie femenina mirando a la izquierda, una elegante copa roja con adornos amarillos y azules y rematada con una tapa, una espada con empuñadura roja y amarilla que aparece elegantemente enfundada en la carta del as, un basto o leño en forma de porra rodeado por una cinta y del que sobresalen pequeños brotes. Todos conocemos los diseños de los diferentes palos de Heraclio Fournier, pero ¿por qué la baraja española se divide en oros, copas, espadas y bastos?
El rastro de la historia conduce al sultanato mameluco de la baja Edad Media, que a su vez podría haberse inspirado en los juegos de cartas chinos. La teoría más extendida señala que el origen se encuentra en las cartas empleadas alrededor del siglo X en China y que representaban cuatro unidades monetarias diferentes: monedas individuales, cadenas de monedas, miríadas de cadenas y décimos de miríadas.
Cuando el juego de cartas chinas llegó a los dominios mamelucos, las monedas individuales se convertirían en los actuales oros, pero las copas y las espadas podrían haber derivado de los correspondientes símbolos chinos de miríadas y décimos, semejantes a dichos objetos. Quizá al contar con elementos representativos del dinero, de la bebida o el alimento y de la guerra, los mamelucos decidieron representar el juego mediante la figura de un palo de polo. En Europa no se conocía este juego ecuestre y en España el palo de polo se cambió por un garrote. Esos cuatro símbolos, junto con las figuras de la sota (un paje de aspecto afeminado), el caballo y el rey, han permanecido inalterados en la baraja española desde el siglo XVI.
Tipos de barajas
La baraja española no es la única que cuenta con oros, copas, espadas y bastos, ya que, integrada en el grupo de las denominadas barajas latinas, comparte estos símbolos con la italiana y la portuguesa. Esta última, ya desaparecida, era prácticamente igual a la española, pero la baraja italiana se diferencia en que las espadas son curvas (tal y como aparecían originariamente en las cartas mamelucas) y los bastos son sustituidos por bastones más finos.
La otra rama se originó al otro lado de los Alpes con la baraja germano-suiza, representada por escudos, campanas esféricas, bellotas y flores. En territorio alemán se desarrolló otra variedad de baraja que cambió los escudos por corazones y las flores por hojas de árbol. De la baraja alemana deriva la francesa, que mantuvo los corazones y modificó los otros tres símbolos por diamantes, tréboles y picas.
La otra gran novedad que aportó la baraja francesa fue la incorporación de una figura femenina con la reina, en sustitución del caballero o caballo. En Inglaterra se adoptó la baraja francesa y la influencia anglosajona tanto en el devenir de los juegos de cartas como en la expansión de los casinos modernos durante el siglo XX ha propiciado que este tipo de baraja sea la más extendida actualmente.
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