Una guardia civil condenada por menospreciar a la Ertzaintza estando borracha

Se saltó con el coche un semáforo en Irún y dio positivo en el control de alcoholemia. Se encaró con los policías autonómicos y les llamó “aficionados” y “sinvergüenzas”

Agentes de la Ertzaintza.
Agentes de la Ertzaintza.

“Se identificó de palabra ante los agentes de la Ertzaintza como Cabo de la Guardia Civil y se dirigió a ellos con palabras de menosprecio hacia dicho Cuerpo de Policía y de descalificación hacia los propios agentes, diciéndoles que la única Policía que existe es la Guardia Civil y la Policía Nacional, que ellos eran unos aficionados y que vaya compañeros que eran, que le hacían la prueba de la alcoholemia”.

Esos son parte de los hechos probados de una sentencia del Tribunal Militar Central que recientemente la Sala de lo Militar del Tribunal Supremo ha confirmado, al desestimar el recurso de casación de una cabo de la Guardia Civil condenada a tres meses de suspensión de empleo por una falta grave de “observancia de conductas gravemente contrarias a la dignidad” del Instituto Armado.

Triplicaba la tasa máxima de alcohol

Los hechos sucedieron en Irún (Guipúzcoa, en la frontera con Francia) en la madrugada del 3 de febrero de 2017, en torno a las 2:00. Una pareja de agentes de la Ertzaintza vio caminando cerca de la discoteca “Saroya” a una mujer que presentaba síntomas de embriaguez y desorientación. Le preguntaron si necesitaba algo, y la mujer les dijo que estaba buscando un bar.

Los ertzainas le respondieron que los bares ya estaban cerrados, y que dado su estado no debería coger el coche.

Poco después, esos mismos agentes dieron el alto, precisamente, a esa misma mujer al volante de un coche. La habían visto realizando un giro prohibido y saltándose un semáforo en rojo, por lo que siguieron al vehículo, le dieron el alto y le practicaron la prueba de detección de alcohol en aire espirado.

El resultado fue positivo: 0,71 miligramos de alcohol por litro de aire a las 2:10 (casi el triple), y 0,60 miligramos a las 2:37. El límite máximo de alcohol en España es de 0,25 miligramos por litro de aire aspirado. Por encima de 0,60 miligramos por litro en aire se considera ya un delito penado con prisión de tres a seis meses, multa de seis a doce meses o trabajos en beneficio de la comunidad; así como la supresión del derecho a conducir de uno a cuatro años.

Por todo ello, los ertzainas procedieron a formular denuncias por presuntas infracciones de la legislación sobre seguridad vial.

“La única Policía es la Guardia Civil”

La cuestión es que ya antes de hacerle la prueba de alcoholemia, la conductora (y antes viandante) “se identificó de palabra ante los agentes de la Ertzaintza como cabo de la Guardia Civil”. Pero no sólo hizo eso.

A continuación, según la sentencia ahora confirmada por el Supremo, la cabo (que estaba destinada en el Centro de Cooperación Policial de Irún-Hendaya) se dirigió a los ertzainas “con palabras de menosprecio” hacia la Ertzaintza, como se ha indicado antes; también proclamó ante los policías autonómicos vascos que “la única Policía que existe es la Guardia Civil y la Policía Nacional”, y que ellos “eran unos aficionados y que vaya compañeros que eran, que le hacían la prueba de la alcoholemia”.

 

La tensión subió cuando los ertzainas llamaron a la Guardia Civil y pidieron que acudiera algún miembro de la unidad destinada en Irún para identificar a la cabo que se presentaba como integrante del cuerpo.

Se presentó una cabo primero, también destinada en el Centro de Cooperación Policial de Irún-Hendaya. Y al llegar, la cabo que se encontraba bajo los efectos del alcohol volvió a insultar a los ertzainas; les llamó “sinvergüenzas” por haber hecho desplazarse hasta allí a la cabo primero.

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