"EH Bildu no puede ser tratado como un agente político más": la nueva campaña de la Asociación de Víctimas del Terrorismo
Condenan que se haya convertido en el socio preferente del gobierno de Sánchez
Desde la Asociación denuncian que de los 44 de ETA que van en las candidaturas de Bildu conviene hacer memoria de cómo hemos llegado hasta aquí. El pasado 27 de marzo se cumplieron veinte años de la ilegalización de los partidos políticos Herri Batasuna, Batasuna y Euskal Herritarrok por considerar que con su papel institucional complementaban y apoyaban políticamente la acción de la organización terrorista ETA.
Veinte años desde que, tras la aprobación de la Ley de partidos con el voto favorable de 304 del total de 320 diputados, la Sala especial del artículo 61 del Tribunal Supremo declarara la ilegalidad de los tres partidos y acordara su disolución.
Desde entonces quince han sido los intentos de ETA por volver a las instituciones, ya fuera con la creación de nuevos partidos, la utilización de otros ya inscritos, por medio de agrupaciones electorales o a través de coaliciones con otras formaciones.
En un primer momento el Tribunal Supremo ilegalizó esta formación, pero finalmente en 2012 el TC anuló la sentencia y les permitió participar del juego democrático.
De esta manera, en 2011, ETA volvía a las instituciones. Recientemente el presidente Rodríguez Zapatero se pronunciaba en los siguientes términos: “les dijimos a quienes apoyaban el terror en su día que, sí dejaban el terror, tendrían juego en las instituciones, y eso hay que mantenerlo”.
Esta declaración del presidente supuso la confirmación de lo que desde la AVT vienen denunciando desde entonces y que en abril de 2011 les llevó a convocar una manifestación con el lema “Por la derrota del terrorismo: ETA fuera de las elecciones”.
Esta cesión ante ETA en las elecciones del pasado 28, Bildu se presentó llevando en sus candidaturas a 40 condenados por delitos de terrorismo, 7 de ellos con delitos de sangre. Y aunque no existan a día de hoy instrumentos legales para evitarlo no deja de ser una anomalía democrática por sus víctimas y por la dignidad de nuestra democracia.
Tras las elecciones del pasado 28 de mayo, Bildu se ha convertido en la primera fuerza en el País Vasco y Navarra con 366.339 votos y 1.399 concejales. "Esto nos debe hacer reflexionar", sentenciaban.
