La Clínica de Navarra advierte: una PCR negativa no significa que no puedas contagiar

El Equipo de Enfermedades Infecciosas pide que se siga manteniendo la distancia de seguridad y el uso de la mascarilla con los familiares y allegados durante las Navidades

Ante la inminente llegada de la Navidad, son muchos los españoles que han optado por acudir a las clínicas privadas para hacerse un test de coronavirus, previo a reencontrarse con su familia. El Ministerio de Sanidad no rebajará el precio de los test PCR, a diferencia de lo que sí hizo con las mascarillas, pese a que la demanda se ha disparado.

Sin embargo, volver a casa con un negativo bajo el brazo no es sinónimo de proteger a tus familiares. Así lo aseguran los expertos de la Clínica Universidad de Navarra.

“No hay una recomendación clara para realizarse estas pruebas, ya que el hecho de tener una de estas pruebas negativas no excluye completamente que esta persona puede estar infectada y por consiguiente contagiar a sus seres queridos”, apunta José Luis del Pozo, director del Área de Enfermedades Infecciosas.

Los test de antígenos se han mostrado fiables en pacientes que presentan síntomas, no en personas asintomáticas, por lo que, de cara a un encuentro social, “no serían del todo eficaces para detectar una infección”, advierte el profesional.

“Hay que seguir manteniendo las medidas de precaución basadas fundamentalmente en el uso correcto de mascarillas, la distancia social y la higiene de manos”, recomienda el doctor.

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La demanda de pruebas ante de Navidad

Fuentes de varios laboratorios explican a este digital que la demanda de pruebas se ha disparado hasta un 200% en clínicas privadas, y los centros admiten que no dan abasto estos días previos a Navidad.

Los más solicitados son los de antígenos y los PCR. Ambos son capaces de diagnosticar en cuestión de horas si se tiene o no el Covid.

Lograr una PCR se ha convertido para algunos en una necesidad, y para otros se trata de una imposición añadida con condición para viajar a sus lugares de origen.

Los precios para realizarse una prueba de este tipo, la más fiable, se encuadran en una horquilla de 120 y 140 euros en la sanidad privada, casi duplica el establecido en los servicios públicos: unos 80 euros.