Cuatro partidos de izquierdas apoyarán al primer presidente abertzale

UPN y PP lamentan que su campaña contra Ciudadanos les ha impedido formar gobierno

El partido de Albert Rivera se quedó a 200 votos de entrar en el Parlamento de Navarra, lo que hubiera inclinado la balanza en favor de los constitucionalistas

Diego Paños, el candidato de Ciudadanos al Parlamento de Navarra

Las pasadas elecciones del 24 de mayo dieron un vuelco al mapa político del Parlamento de Navarra. Pese a que el candidato de Unión del Pueblo Navarro Javier Esparza fue el más votado, su partido no ha conseguido los apoyos necesarios para sumar la mayoría absoluta. 


UPN y el PP trabajaron con énfasis en subrayar los problemas internos e incoherencias del partido de Albert Rivera en Navarra. Incluso llegaron a filtrar noticias a los medios que perjudicaban la reputación de Ciudadanos tal y como indicaron fuentes de estos partidos consultadas por El Confidencial Autonómico.

Ambas formaciones confirman a ECA que su estrategia de desprestigio contra el partido naranja les ha afectado negativamente al quedarse sin un posible socio fundamental para que no gobernase la izquierda en Navarra. Los cálculos electorales de los conservadores no contaban con que esta nueva formación sería clave para poder gobernar.

Entre los temas más polémicos estuvo el protagonizado por el candidato de Ciudadanos para la presidencia de la comunidad, Diego Paños, que fue grabado insultando al presidente del Tribunal Superior de Justicia de Navarra, Joaquín Galve. El audio fue filtrado a los medios y en él se podía escuchar al cabeza de lista de Ciudadanos llamando al magistrado “vago” y “cubatero” y poniendo en duda su trabajo como juez. Una controversia que el partido dio por zanjada y por la que el candidato pidió perdón.

Polémica con el número dos de Ciudadanos

Entre los problemas que afrontó la lista de Ciudadanos estuvo también el caso de la compensación económica a un antiguo sargento de la Guardia Civil para que abandonase la lista de la formación. El Confidencial Autonómico ya publicó el 15 de mayo los audios y la información que indicaban que Diego Paños ofreció una “compensación” al sargento de la Guardia Civil, J.A.N., si se retiraba de la lista voluntariamente.

El sargento de la Guardia Civil que era el número dos en la lista del partido de Albert Rivera en Navarra, fue el primero en denunciar a cara descubierta en El Confidencial Digital la corrupción dentro de la Guardia Civil. En la reunión mantenida entre ambos, el líder de Ciudadanos en Navarra admitía haber recibido presiones por parte de la Guardia Civil y de jueces del Tribunal Superior de Justicia de Navarra para que retirase al número dos de la lista de la formación naranja.

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En la conversación que publicó ECA, acusaban también a la esposa del sargento de filtrar fotos donde altos cargos políticos, de la judicatura y la Guardia Civil celebrando varias comidas en Navarra. En el audio se indicaba que iba a recibir una oleada de demandas si se presentaba como candidato el sargento J.A.N.. Además en la grabación le indicaba al número dos que le ofrecería trabajo, que le compensaría de otra forma.

Todas estas noticias negativas sobre Ciudadanos lejos de beneficiar a UPN y PP en un primer momento, han terminado perjudicando a los dos partidos por quedarse a las puertas para formar gobierno a falta de un apoyo más donde Ciudadanos habría sido imprescindible.

El posible futuro gobierno estará en manos de cuatro partidos: Geroa Bai, Bildu, Podemos e I-E. Juntos estos partidos alcanzan la mayoría con 26 escaños. Antes de las elecciones, Unión del Pueblo Navarro con 15 escaños tenía en sus cálculos conseguir renovar el gobierno regional con el apoyo del PSN (7 escaños) y el Partido Popular que consiguió dos diputados.

La suma de estas tres fuerzas se quedan a dos puntos de conseguir la mayoría. En este juego de pactos hubiese sido clave para los conservadores el apoyo de Ciudadanos que no consiguió representación parlamentaria por dos cientos votos que le impidieron alcanzar el 3 por ciento mínimo para alcanzar representación.