El ayuntamiento socialista de Palma ofende incluso a los republicanos

No para de crecer la polémica que está generando el alcalde socialista de Palma de Mallorca, José Hila, junto con sus socios de MÉS y Podemos, con los cambios en el callejero palmesano. Entre multitud de colectivos y personalidades de la vida pública mallorquina ha causado estupor la decisión que ha tomado el consistorio para honrar la memoria de Marc Ferragut, creador del Auditórium de Palma.

Marc Ferragut Fluxà (1901 / 1981) fue un empresario industrial y político que durante la Segunda República ejerció de concejal de Cultura por Izquierda Republicana en el ayuntamiento de Inca, Mallorca. Gran melómano, sus viajes profesionales tras la Guerra Civil le permitieron conocer las mejores salas de conciertos a nivel mundial. Ofreció a instituciones públicas y entidades privadas un plan económico para la creación en Palma de una sala similar. No obtuvo apoyos, por lo que inició la construcción del Auditórium él solo. Tras superar incontables dificultades, el edificio se inauguró en 1969 con un concierto de la Orquesta Filarmónica de Berlín, dirigido por Herbert von Karajan y que contó con la asistencia de los entonces Príncipes de España. Desde entonces, el Auditórium de Palma -para muchos, "la catedral de las bellas artes" de las Baleares- ha regalado medio siglo de la más alta cultura escénica a la capital autonómica.

La polémica no la genera la figura de Marc Ferragut Fluxà  -en torno a quien existe en las islas un consenso que trasciende cualquier ideología-, sino la decisión del ayuntamiento balear de dedicar a tan insigne mallorquín una simple lápida que, además, estaría ubicada a las afueras de la ciudad, más concretamente en Camp Redó. Este poco transitado barrio es conocido en el conjunto de Mallorca por ser un espacio conflictivo, con viviendas degradadas y altas tasas de delincuencia. Ante el abandono que sufren por parte del Govern, los vecinos exigen desde hace tiempo –por el momento, con escaso éxito- la rehabilitación integral de la zona.

Mientras tanto, el Auditórium que fundó Ferragut continúa cerrado, agonizando, debido al clausura forzosa impuesta por el Gobierno balear ante la pandemia.

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