Rafael Simancas es “el coste de la corrupción”
Durante la escuela de CCOO en Madrid, el actual secretario general del Grupo Socialistaen el Congreso de los Diputados y antiguo líder del Partido Socialista de Madrid (PSM), Rafael Simancas, dijo la siguiente frase: “El coste de la corrupción soy yo”. Simancas fue preguntado en alusión al famoso “tamayazo”, que le impidió llegar a ser presidente de la Comunidad de Madrid en 2003. Y respondió poniéndose a sí mismo como principal víctima de la corrupción, al considerar que hubo maniobras ilegales en la votación de su investidura. En aquellas elecciones autonómicas, el PSOE obtuvo 47 diputados, el PP 55 e IU 9. La suma de los dos partidos de izquierdas, que habían llegado a un acuerdo para la investidura de Simancas, daban la mayoría absoluta de 56 diputados, pero los parlamentarios del PSOE Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez no acudieron el día de la votación y eso frustró la investidura del líder socialista. Hubo que convocar unas nuevas elecciones en las que el PP obtuvo la mayoría absoluta con 57 escaños, dando la presidencia de la Comunidad de Madrid a Esperanza Aguirre. Los dos diputados díscolos del PSOE alegaron que no compartían el pacto con IU, pero hubo muchas acusaciones hacia ellos de transfuguismo y corrupción. El PSOE afirmó que los dos diputados habrían recibido dinero de una trama inmobiliaria y urbanística con el objetivo de beneficiar al PP, mientras que el Partido Popular achacó la ausencia a un problema interno entre distintas corrientes del PSOE. Hubo una comisión de investigación y se llevó el caso ante los tribunales, pero la investigación judicial fue bloqueada por el Fiscal General del Estado, Jesús Cardenal, nombrado por el gobierno de José María Aznar. Y en junio de 2013, el diario InfoLibre publicó unos documentos (que afirma manuscritos por Tamayo) que sugieren un plan orquestado. Incluyendo nombres de la presunta trama corrupta de constructores, concesionarios y otros miembros del PSOE, situando a José Luis Balbás, líder de la corriente ‘Renovadores por la base’, en el centro de la operación.
