Las tribulaciones de una alumna de la Universidad Complutense para matricularse ‘gracias’ al nuevo sistema informático implantado por el rector Berzosa

El nuevo sistema de matrícula en la Universidad Complutense, implantado por el rector Carlos Berzosa, no funciona. El objetivo era agilizar los procesos administrativos, y lo que está provocando es todo lo contrario. Así que matricularse se ha convertido en una auténtica odisea. Éste es el relato de las tribulaciones que ha tenido que pasar una alumna de segundo curso hasta conseguir inscribirse para el nuevo curso: "El plazo de matriculación para los alumnos que no habían suspendido nada a lo largo del curso pasado comenzó, como siempre, siguiendo un orden alfabético con las letras de la J a la O a partir del día 3 de septiembre. A partir de ese día a las 2'00 a.m. y hasta las 19:00 de la tarde, las personas cuyos apellidos comenzaran con las letras citadas podrían acceder a su automatrícula por internet y dejarla solicitada. "Puesto que mi apellido es Martínez, el día 3, me acerqué a la universidad para realizarla por internet y, si acaso tenía algún problema, suponía que al estar allí alguien podría ayudarme. "Bueno, cuando llegué, la universidad estaba desierta, entonces decidí ir al aula de informática para realizar mi matrícula allí. Para mi sorpresa, cuando llegué, el pasillo del aula de informática estaba cerrado por obras. Al fin encontré la nueva ubicación del aula y me dispuse a realizar la matrícula. "Cuando empecé, todo parecía correcto, hasta el segundo punto de la página, en el que para elegir mi grupo de clase, sólo podía elegir turno como si me matriculase en el primer curso de mi carrera; teniendo que matricularme en el segundo curso, me pareció extraño. Bueno, al no haber otra alternativa, elegí el grupo que quería, aunque fuese del primer curso. "A continuación salieron las asignaturas del 2º curso, con lo cual pensé que sólo se trataba de un error de la página, así que empecé a señalar todas las asignaturas de mi curso. Cuando terminé salió en el siguiente apartado cómo quedaría mi horario semanal y, ¡otra sorpresa!, 3 de las asignaturas obligatorias se montan una sobre otra el mismo día; de modo que una asignatura era de 16'30 a 18'30 la siguiente era de 16'30 a 19'30 y la última de 18'30 a 21'30... imposible. Además de que dos asignaturas de las cuales me matriculé no aparecían en mi horario. "Me acerqué a la persona que estaba allí y le pregunté, si podía ayudarme, y desde luego me contestó que ella sólo estaba allí para vigilar la sala. Cancelé todo lo que llevaba hecho y bajé a secretaría, pero estaba cerrada. Me pregunto: ¿por qué el primer día de matriculación no hay nadie para atender las dudas que puedan surgir? "Bueno, tuve que dejar mi matrícula sin hacer y esperar al próximo día que hubiese matriculación presencial. Cuando llegué, de nuevo al aula de informática, pregunté a otra persona responsable de la sala si podía ayudarme y, con la cara de septiembre que corresponde, me contestó no muy amablemente, que estaba harta de que la gente fuese allí a preguntarle a ella que no sabía nada de las matrículas. "Bien, bajé a secretaría, esperé tres cuartos de hora en la cola y me dijeron que no hiciera caso a los horarios, que era otro error de la página. Y de las asignaturas que no aparecían en mi horario, me dijeron que no son de 2º sino de 3º curso y que era una vez más, otro error de la página. "Resueltos mis problemas, empecé de nuevo mi matrícula. Cuando conseguí, por fin, terminar e imprimir mi matrícula, más o menos correcta, ¡habían cerrado secretaría! "Así que al día siguiente volví a la universidad, entregué la matrícula y bajé a secretaría a resolver el tema de las dos asignaturas que, aún matriculadas, no iba a cursar pero que, según mi recibo, si iba a pagar. Ese día esperé dos horas de cola, dos horas de reloj, y al fin, conseguí resolver el tema de la matrícula. "En resumen, aunque exista una página de internet para agilizar las matriculaciones, lo único que agilizan es la mala leche de todos los estudiantes y también la de las pobres trabajadoras de secretaría, que debieron de acabar agotadas de resolver problemas, problemas y más problemas".