Sanitarios del SUMMA se entrenan para un ataque químico en Madrid

Biden advirtió que Putin podría utilizar este tipo de armas de destrucción masiva. En el ejercicio participaron observadores belgas y del Ministerio de Sanidad, la Guardia Civil y médicos militares

Sanitarios del SUMMA 112, en el simulacro de incidente químico.
Sanitarios del SUMMA 112, en el simulacro de incidente químico.

Las advertencias de Vladimir Putin de que usará todas las capacidades militares para defender Rusia, incluido el territorio arrebatado a Ucrania, están siendo entendidas como una amenaza de que podría recurrir al uso de armas nucleares.

Sin embargo, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, avisó en público a Putin no sólo de las consecuencias de lanzar una bomba atómica táctica. También alertó de la posibilidad de que utilizara armas químicas, igualmente consideradas como armas de destrucción masiva y cuyo uso está sancionado internacionalmente.

Este pulso dialéctico y algunos movimientos militares de Rusia están disparando la psicosis sobre un posible ataque nuclear, químico o bacteriológico contra Ucrania o contra países de la OTAN. El uso de este tipo de armas también se teme desde hace años por parte de grupos terroristas, especialmente por yihadistas.

Confidencial Digital ha podido confirmar que ante cualquier de estas posibilidades se entrenaron hace unos meses los profesionales del Servicio de Urgencias Médicas de Madrid, el SUMMA 112, que tiene las competencias sanitarias en toda la Comunidad de Madrid e interviene en casos de urgencias, emergencias y catástrofes.

Un organismo del Ministerio de Defensa

Los servicios médicos de primera intervención del SUMMA 112 protagonizaron el pasado mes de junio un simulacro en el Campus de La Marañosa, una instalación del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial ‘Esteban Terradas’ (INTA, dependiente del Ministerio de Defensa) en la localidad madrileña de San Martín de la Vega.

Las áreas de Defensa Biológica y de Defensa Química, con la colaboración del Área de Defensa Nuclear, del Departamento de Sistemas de Defensa NBQ del INTA se encargaron de organizar la logística del evento en sus instalaciones.

Pero quienes practicaron cómo reaccionar e intervenir ante un atentado con agentes NBQ fueron los sanitarios del Servicio de Urgencias Médicas de Madrid.

Triaje, evacuación y tratamiento

En este caso concreto se simuló un incidente con un agente químico. Un arma química libera una sustancia que tiene propiedades tóxicas capaces de matar, herir o incapacitar a las personas, ya sean militares o civiles.

Tienen diversos efectos: el Novichok ruso provoca la contracción continuada de los músculos hasta causar la muerte; el gas sarín inhibe los músculos de la respiración hasta llegar a la asfixia, igual que el VX; el cloro irrita las vías respiratorias; el gas mostaza causa quemazón y ampollas en la piel...

 

Los sanitarios del SUMMA 112 simularon que intervenían ante un incidente con un agente químico en el que resultaban afectadas un buen número de víctimas. Se desplegaron con trajes de protección NBQ, ambulancias, carpas de desinfección, vehículos para trasladar camillas...

Desde el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial ‘Esteban Terradas’ detallan a ECD que entrenaron el triaje, es decir, la selección y clasificación de afectados según las posibilidades de supervivencia y los recursos disponibles. También practicaron la evacuación y el tratamiento de los heridos en un atentado con agentes químicos, y la descontaminación posterior.

Simulacro de incidente químico en Madrid.
Simulacro de incidente químico en Madrid.
Simulacro de incidente químico en Madrid.
Simulacro de incidente químico en Madrid.

Observadores belgas

Se trató de un ejercicio “monocapacitación”, en el que sólo participó un tipo de primer interviniente, en este caso los servicios médicos del SUMMA 112.

Por ello no se desplegaron otras unidades también entrenadas para hacer frente a incidentes con armas o agentes químicos, como pueden ser la Unidad Militar de Emergencias (UME), el Regimiento de Defensa NBQ nº 1 del Ejército de Tierra, los Tedax-NBQ de la Policía Nacional...

Entre las 64 personas que participaron en el simulacro en La Marañosa hubo primeros intervinientes, figurantes, y también observadores, evaluadores, organizadores y socios del proyecto.

Destacaron observadores en el ejercicio el Ministerio de Sanidad, la Guardia Civil y los Cuerpos Comunes de las Fuerzas Armadas (que incluyen el Cuerpo Militar de Sanidad).

También hubo presencia extranjera: Bélgica envió evaluadores de la Policía Federal (su cuerpo nacional de policía), del Centro Nacional de Crisis y del Ministerio de Defensa.

Un proyecto europeo

La participación de otros países se explica porque este simulacro se organizó en el marco del proyecto europeo ‘Bullseye’. Este proyecto se integra en el Plan de Acción de la Comisión Europea, de 18 de octubre de 2017, para mejorar la prevención contra los riesgos relacionados con la seguridad química, biológica, radiológica y nuclear.

El objetivo del mismo es coordinar a nivel europeo procedimientos y reforzar la preparación y concienciación de todos los organismos implicados en la respuesta a un ataque terrorista de tipo NBQ.

El Centro Nacional de Crisis del gobierno belga lidera el proyecto, en el que participan la Subdirección de Sistemas Terrestres del INTA (por parte de España), el International Centre for Chemical Safety and Security (una fundación con sede en Polonia), la Universidad de Lodzki (Polonia), el International Security and Emergency Management Institute (Eslovaquia), el Ministerio del Interior de Eslovaquia y su unidad antiterrorista Lynx Commando, la Policía Federal belga y el Ministerio de Defensa de los Países Bajos a través de su Centro de Defensa NRBQ.

Expertos en explosivos y en agentes NBQ procedentes de todas estas unidades, centros y organismos, así como de la OTAN y de Europol, han participado en los últimos años en varios talleres para compartir y tratar de coordinar técnicas y protocolos de actuación en tres ámbitos:

-- Primera línea de respuesta: policía y servicios médicos no especialistas en NBQ, protección civil y bomberos.

-- Segunda línea de respuesta: policía, militares y servicios médicos especialistas NBQ.

-- Tercera línea de respuesta: policía forense y laboratorios de referencia.

Simulacros en Bélgica, Polonia, Países Bajos...

Después, estos procedimientos se comenzaron a evaluar en varios simulacros organizados en los cinco países participantes: España, Países Bajos, Bélgica, Polonia y Eslovaquia.

El ejercicio realizado en la Comunidad de Madrid tuvo como objetivo entrenar el triaje, la descontaminación, y el tratamiento y la evacuación de heridos tras un atentado con agentes químicos.

También se han realizado ya otros simulacros. En Bélgica se ensayó la investigación de la escena del crimen y la identificación de víctimas en desastres.

Países Bajos acogió un entrenamiento con bomberos especialistas (“Fire Fighters Hazmat”) y no especialistas en NBQ (“Fire Fighters Regular”), así como con su unidad de respuesta NBQ.

En Polonia se realizará un ejercicio de monocapacitación de policía no especialista en incidentes NBQ, y en Eslovaquia su unidad de élite antiterrorista Linx Commando protagonizará el simulacro como policía especializada en este tipo de emergencias.

Por último, se reunirá a las unidades y organismos que hayan participado en todos estos ejercicios, en un simulacro final “multiagencia”, en los Países Bajos.

Tanto en los talleres teóricos como en los ejercicios prácticos se trata de armonizar los procedimientos de los diversos cuerpos de seguridad y de intervención en emergencias que actuarían en caso de un ataque con armas o agentes nucleares, biológicos o químicos: policías locales, bomberos, protección civil, servicios médicos, unidades especiales de la policía, fuerzas militares, equipos forenses y de identificación de víctimas, laboratorios...

El proyecto europeo ‘Bullseye’ trata también de extender el uso de instalaciones de entrenamiento para la detección de explosivos con equipos K9, es decir, con perros adiestrados acompañados por su entrenador.

Gas sarín en Siria, gas mostaza en Irak

Aunque un ataque militar o terrorista con armas químicas parezca un escenario de ciencia ficción, muy improbable de darse, lo cierto es que sí ha habido algunos casos.

En el marco de la guerra civil de Siria que estalló en 2011, se han producido ataques con gases tóxicos. Varios cohetes con gas sarín impactaron en Guta, controlada por los rebeldes, en 2013, por lo que se acusó al gobierno de Bashar al Asad.

Se estima que murieron entre 200 y 1.700 civiles. Estados Unidos, Reino Unido y Francia estuvieron a punto de intervenir militarmente en Siria, pero el gobierno de Al Asad aceptó entregar todo su arsenal de armas químicas.

En el mismo conflicto se han repetido las acusaciones de que tanto el gobierno sirio como distintos grupos rebeldes han utilizado armas químicas como cloro, gas sarín, gas mostaza y fósforo blanco.

En los años 80, Irak fue acusada de atacar con gas mostaza y gas sarín a los soldados iraníes y a los kurdos en la Guerra entre Irán e Irak.

Ataques terroristas con gases tóxicos

Además de ataques militares, también se ha dado el caso que, más allá de la actual tensión entre Rusia y la OTAN, más puede preocupar a España: un atentado terrorista con sustancias químicas.

La secta apocalíptica japonesa Aum Shinrikyo liberó gas sarín en varios puntos de la red de metro de Tokio el 20 de marzo de 1995. Murieron 13 personas, 50 quedaron gravemente heridas y casi mil sufrieron problemas temporales de visión.

El mismo grupo terrorista asesinó meses antes a ocho personas al utilizar gas sarín en la ciudad de Matsumoto.

Los terroristas yihadistas también han tratado de cometer masacres con armas químicas. Las fuerzas de seguridad de Alemania detuvieron en 2018 en Colonia a un hombre de nacionalidad tunecina que había encargado grandes cantidades de sustancias tóxicas peligrosas.

Simulacro NBQ en el Bernabéu

Como ya se contó en estas páginas, organismos españoles participan en paralelo en otro proyecto europeo para reforzar la protección ante incidentes NBQ.

Se trata del ‘Safe Stadium’, que tiene por objeto mejorar la seguridad de los grandes recintos deportivos ante amenazas nucleares, químicas y bacteriológicos.

En este caso también participa el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial ‘Esteban Terradas’ (concretamente, la Subdirección de Sistemas Terrestres), así como la Policía Nacional, la Universidad de Lodz (en Polonia) y el Real Madrid.

Expertos de estos organismos visitaron el Estadio Santiago Bernabéu durante un partido de Liga Real Madrid-Getafe, para comprobar en vivo cómo se organiza el dispostivo de seguridad. El estadio merengue acogerá próximamente acogerá un ejercicio para coordinar la respuesta de las Fuerzas de Seguridad ante un incidente con material nuclear, biológico o químico.

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