El Panteón de hombres ilustres del Cementerio de San Isidro, en la lista roja de ‘Hispania Nostra’

Se encuentra en “estado lamentable”. Se construyó en el patio de la Purísima Concepción para enterrar a Leandro Fernández de Moratín, Juan Meléndez Valdés, Francisco de Goya y Donoso Cortés

El Panteón de hombres ilustres del Cementerio Sacramental de San Isidro de Madrid
El Panteón de hombres ilustres del Cementerio Sacramental de San Isidro de Madrid
  1. Ilustración española
  2. Impedimentos e indiferencia social 
  3. Diez metros de altura
  4. Mármol y caliza
El Panteón de hombres ilustres del Cementerio Sacramental de San Isidro de Madrid
El Panteón de hombres ilustres del Cementerio Sacramental de San Isidro de Madrid

Cuatro figuras señeras del siglo XIX español descansan juntas en el Sacramental de San Isidro, el cementerio en activo más antiguo de Madrid, en uso desde 1811. Se trata de los dramaturgos Leandro Fernández de Moratín y Juan Meléndez Valdés; del artista Francisco de Goya y del filósofo Donoso Cortés. 

Sin embargo, pese a la importancia de los cuatro, el mausoleo presenta un lamentable estado de abandono y de descuido, con varias de sus piezas escultóricas erosionadas y cubiertas de moho y humedad. 

Ilustración española

Por estos motivos, el Panteón de hombres ilustres del Cementerio Sacramental de San Isidro de Madrid acaba de ser incluido en con motivo de restituir el honor y rendir culto a importantes personajes del mundo de la cultura de la Ilustración española que habían muerto en territorio francés, se construyó en el patio de la Purísima Concepción de dicho cementerio -entonces el más importante de la Villa de Madrid-, un monumento conjunto para dar digna sepultura a los dramaturgos Leandro Fernández de Moratín y Juan Meléndez Valdés; al artista Francisco de Goya y al filósofo Donoso Cortés. 

Fue mandado erigir por Real Orden del Ministerio de Fomento en 1884, durante el Gobierno liberal de Mateo Sagasta, bajo la dirección del arquitecto Don Joaquín de la Concha, y el diseño del afamado escultor Ricardo Bellver. 

En 1885, la sección de Escultura y Arquitectura de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando redacta un informe favorable del proyecto para el que destinan un presupuesto de 29.000 pesetas, siendo aprobado por la Dirección General de Obras Públicas ese mismo año.

Impedimentos e indiferencia social 

Sin embargo, sus inquilinos no serían allí enterrados hasta el año 1900, pues durante este tiempo se sumaron una serie de obstáculos administrativos y la indiferencia social. 

Se trata de un monumento escultórico compuesto por cuatro sepulturas rectangulares dispuestas en eje radial, unidas a un basamento cuadrangular por su cabecera. Cada sepultura está cubierta en su parte posterior por una losa de piedra con una cruz latina en relieve, que constituye el cerramiento de las tumbas. 

En las cabeceras o lápidas de cada tumba se encuentra un relieve del busto en perfil y que recoge más de 1.200 monumentos españoles que se encuentran sometidos a riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial de sus valores representando al personaje sepultado, inserto en un medallón rodeado de palmas y cintas. 

Diez metros de altura

El basamento hace a su vez de pedestal sobre el que se erige una columna funeraria. Entre ambos elementos se halla una basa de planta octagonal sobre la que se sitúan los cuatro escudos que relacionan a los personajes con sus ciudades natales. 

 

Las esquinas resultantes entre el paso cuadrangular al octogonal, sirven para colocar las cuatro esculturas de los “Genios”, representaciones alegóricas en forma de amorcillos en distintas aptitudes, que simbolizan la Poesía, la Pintura, la Literatura y la Elocuencia, en consonancia con las profesiones de los homenajeados. 

La columna estriada termina en un capitel decorado con flores y estrellas, coronado por una escultura exenta de la Fama que tiene forma de mujer alada y porta una trompeta. 

El mausoleo tiene una altura de diez metros y está inserto en un zócalo de planta poligonal de unos 6’5 metros de diámetro sobre el que había una verja de hierro forjado que rodeaba el monumento, hoy desaparecida. 

Mármol y caliza

Para su construcción se emplearon dos principales tipos de piedra, atendiendo a las necesidades de tallado: mármol blanco de Carrara, para los medallones de los personajes en las estelas de las tumbas, las pequeñas esculturas de los “Genios” y la estatua de la Fama; y para el resto del conjunto se empleó piedra caliza de menor dureza. 

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