Motín de los trabajadores de prisiones por no fumigar las oficinas infectadas por una plaga de chinches

Los afectados denuncian su estado de salud por no haber recibido tratamiento. Vea las imágenes

Centro Penitenciario Madrid III, en Valdemoro.
Centro Penitenciario Madrid III, en Valdemoro.

Las secciones sindicales de Acaip Ugt, CCOO y CSIF en el establecimiento penitenciario de Madrid III Valdemoro quieren poner en conocimiento de la opinión pública que no se han fumigado las oficinas infectadas con chinches. Los trabajadores afectados por picaduras de las chinches no han recibido tratamiento alguno por parte de la empresa contratada para la vigilancia de la salud de los trabajadores.

Los sindicatos del centro penitenciario de Madrid III Valdemoro quieren informar que "no se ha fumigado las oficinas infectadas por chinches en el centro penitenciario de Madrid II Valdemoro, en contra de lo manifestado por algunos medios de comunicación.

El único tratamiento recomendado por la empresa de control de plagas ha sido el de lavar con lejía las oficinas del módulo 8 y módulo 9 de la prisión de Valdemoro. Sin embargo, empresas del sector consultadas aseguran que con “lejía no se matan las chinches”. En el día de ayer se detectaron chinches en una celda del módulo 8 y el mismo técnico que recomienda lavar con lejía las oficinas de los trabajadores, se encargó de fumigar con productos químicos la celda infectada por chinches.

Los trabajadores de prisiones desconocen los motivos para adoptar una decisión tan contradictoria, pero parece evidente, que la empresa o la administración, pretenden endurecer más, las difíciles condiciones de trabajo de los funcionarios de prisiones. Destacar que el módulo 8 es el peor módulo del establecimiento, utilizado por la dirección del centro como “módulo de castigo”, tanto para internos, como para funcionarios.

A pesar de las denuncias presentadas por los sindicatos ante la dirección del Centro, la Secretaria General de II PP, los responsables de Prevención de Riesgos Laborales, la inspección de trabajo, la solicitud de paralización de la actividad, los trabajadores que están de baja, los que se han llevado las chinches a sus casas y han tenido que fumigarlas, hasta el día de hoy nadie con conocimientos en Prevención de Riesgos Laborales ha visitado el centro. El desinterés de la administración penitenciaria, por las condiciones de salud de sus trabajadores, roza la legalidad, como se demuestra por los medios empleados para matar las chinches: lejía, un fumigador que no fumiga y un enfermero sin conocimientos cualificados en prevención de riesgos laborales. Nos preguntamos para qué sirve el departamento de prevención de riesgos laborales o la empresa de vigilancia de la salud contratada por la administración penitenciaria, o la empresa de control de plagas, si no hacen su trabajo, cuando se les necesita.

Los trabajadores de Madrid III Valdemoro denuncian que están sufriendo una situación de pánico. Aseguran que "lo malo no es que te piquen las chinches en tu puesto de trabajo, lo peor es, que los chinches se adhieran a la ropa o la mochila y te los lleves a tu casa, como le ha ocurrido a un compañero al que le han tenido que fumigar su casa, tirar el colchón y el sofá a la basura o tener que lavar toda la ropa a más de 60 grados.  Lavar las oficinas con lejía no va a matar a las chinches y mañana volveremos a tener picaduras. El miedo está justificado, no sólo por las chinches, sino por la falta de criterio y profesionalidad de los responsables de Prevención de Riesgos Laborales".

Explican, además, que actualmente existen en el centro un total de 17 celdas infectadas con chinches. Celdas que a pesar de llevar años fumigándose, vuelven a salir chinches, una y otra vez. En Valdemoro llevamos más de 20 años sufriendo esta plaga y más concretamente el módulo 8, donde se dio el primer caso. La empresa contratada de control de plagas es incapaz de acabar con ellas y se están extendiendo por toda la prisión.  Situación parecida se vive con las cucarachas que ya forman parte del paisaje de la prisión. Se fumiga una y otra vez, pero siempre vuelven a salir, tanto en las celdas, como las oficinas, la cocina, en los pasillos, por todas partes.

Dado que el lavado con lejía no garantiza acabar con las chinches en las oficinas de los módulos, la secretaria general sigue ignorando la salud de los trabajadores, el miedo se está apoderando de los servidores públicos, los trabajadores nos veremos en la obligación de tomar medidas más contundentes para que nos hagan caso y se solucione el problema.

Chinches.

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