El Ayuntamiento de Madrid cierra más de 40 piscinas municipales en agosto aumentando la afluencia de las que se quedan abiertas
Justifican que son necesarias labores de mantenimiento y de reparación
El Ayuntamiento de Madrid cerrará más de 40 piscinas cubiertas durante todo el mes de agosto para realizar tareas de mantenimiento. Aun así, 13 piscinas cubiertas permanecerán abiertas parte del mes de agosto.
Además piscinas como La Masó y Cerro Almodovar se abrirán de forma temporal con uso recreativo de forma excepcional.
Aumento de aglomeraciones en la piscinas abiertas
Desde el ayuntamiento de Madrid aseguran que en agosto hay una baja de la demanda en estas piscinas, además de la necesidad de realizar labores de reparación.
Sin embargo, para la asociación de vecinos La Flor esto supondrá un aumento de las aglomeraciones en las piscinas abiertas que ya están atestadas por la falta de piscinas en barrios como Chamartín, Centro o Tetuán.
El horario continuo sigue sin cubrir la demanda
Aun así, en agosto el Ayuntamiento ha eliminado los turnos que había desde la pandemia. Hasta ahora había dos turnos diarios: de 10:00 a 15:00 y de 16:00 a 21:00. Por primera vez desde el confinamiento las piscinas volverán a un horario continuo, que convivirá con los turnos de mañana y tarde.
Esto en cierta medida aliviará la presión. Sin embargo, desde la asociación La Flor creen que esto supondrá un aumento de plazas insignificante que probablemente siga sin cubrir la demanda.
Desde la asociación la Flor ponen como ejemplo el caso del distrito Fuencarral El Pardo en el que solo disponen de una piscina abierta, la de Santa Ana que según la asociación ofrece 1.200 plazas para 247.000 personas.
Esta falta de plazas se produce porque la piscina Vicente el Bosque lleva cerrada desde 2021 y sin previsión de comenzar las obras de mejora.
Problemas para conseguir entradas
Durante el mes de julio desde la asociación cuentan que ya han experimentado problemas de aglomeraciones en las piscinas cubiertas debido a la gran demanda y las pocas plazas disponibles.
Un problema añadido es que las entradas son escasas y no hay posibilidad de devolución. La única solución es reservar con más de dos días de antelación, por lo que hacerse con una entrada se convierte en “misión imposible”.
Respecto a la compra de entradas ya ha habido quejas porque la gran mayoría solo se venden online.
Solo un 10% de las entradas se venden en taquilla para las personas que tengan dificultades para acceder a través de la aplicación. Los destinatarios serían personas mayores con discapacidad y “de manera excepcional otras personas afectadas por la brecha tecnológica”.