Perdió los más de 500.000 euros que recibía por sus diputados

El BNG registró superávit en 2016 pese a quedarse fuera del Congreso

Los nacionalistas gallegos celebran como un caso único en toda España que los ingresos propios (y no las ayudas públicas) suponen el 70% de su presupuesto

Ana Pontón, portavoz del Bloque Nacionalista Galego (BNG).
Ana Pontón, portavoz del Bloque Nacionalista Galego (BNG).

El 2016 fue el primer año desde 1996 en que las Cortes Generales no acogieron a ningún representante del Bloque Nacionalista Galego. La candidatura del BNG no consiguió escaño en las elecciones generales del 20 de diciembre de 2015 ni en junio de 2016, pero aún así la formación que lidera Ana Pontón pudo capear el año en lo que a presupuesto se refiere.

Los nacionalistas gallegos consiguieron entrar en el Congreso en 1996 con dos diputados, y desde entonces habían mantenido una pequeña presencia en la cámara baja de las Cortes Generales.

Eso les permitía contar con una fuente de ingresos importante. Es lo que se desprende del balance económico hecho público por el Bloque Nacionalista Galego correspondiente a todo el año 2016, aunque dejando a un lado las cifras propias de las campañas electorales que tuvo que afrontar el partido para las generales de junio y las autonómicas de septiembre.

Según ha comprobado El Confidencial Autonómico, desde el BNG destacan que el haberse quedado fuera del parlamento nacional les hizo perder 535.800 euros de ingresos por subvenciones públicas con los que sí contaron en años anteriores, gracias a las dos diputadas que tenían en Madrid.

La cifra es muy importante si se tiene en cuenta que en todo 2016 los ingresos ascendieron a 1,86 millones de euros y los gastos a 1,83 millones.

Desde el BNG sacan pecho de que pese a quedarse sin esa fuente importante de ingresos, pudieron afrontar dos campañas electorales, mantener el funcionamiento orgánico del partido y la amortización de su deuda, además de celebrar actos públicos y movilizaciones como las del 25 de julio por el “Día da Patria”, la celebración nacionalista en el día del Apóstol Santiago.

De esta forma, el partido consiguió no sólo hacer frente a sus gastos, sino registrar un pequeño superávit de 32.560 euros. Y la razón de estos datos satisfactorios la encuentran en su base social.

Más apoyo económico de militantes y cargos públicos

“La única razón que explica la superación de esta situación tan adversa tiene que ver, exclusivamente, con la entrega y esfuerzo militante”, resalta el BNG en su balance financiero de 2016.

Junto a una “rigurosa política de ahorro”, el BNG tuvo que recurrir a pedir una cuota extra prolongada a sus afiliados para pagar el coste de los dos procesos electorales (generales y autonómicas) del año pasado.

Los nacionalistas gallegos se muestran muy contentos de que no sólo no han perdido afiliados, sino que se ha consolidado su base social y han registrado un “incremento sustancial de ingresos que tiene que ver con los esfuerzos de los militantes y simpatizantes”: especialmente se han incrementado los ingresos por pago de cuotas, aseguran, pero también las aportaciones y donaciones que hacen los cargos públicos (diputados, concejales...) con parte de su sueldo.

 

Incluso destacan que tuvieron buenos ingresos gracias a la venta de participaciones de lotería y de material de propaganda del BNG.

Un caso único” en toda España

De esta forma, la formación de Ana Pontón saca pecho por ser un “caso único en el conjunto de formaciones políticas existentes en Galicia y en el Estado español”. Lo dicen porque aseguran que no hay ningún otro partido que tenga un porcentaje tan alto de ingresos gracias a sus militantes.

Los ingresos propios, es decir, los no vinculados a subvenciones públicas, fueron de 1.322.780 euros, lo que supone un 70,86% de esos 1,86 millones de euros de ingresos totales.

“Caso único en el Estado”, repiten en el BNG, que en subvenciones percibió 543.942 euros, principalmente de la Xunta y del Parlamento de Galicia.

Y ponen en valor ese apoyo económico de la militancia pese al impacto de la crisis económica en gran parte de sus miembros: el paro, la emigración, la precariedad laboral y los bajos salarios afectan a muchos militantes y dificulta su capacidad económica, y pese a ello han seguido pagando la cuota de afiliación y han aportado aún más dinero.

También agradecen que la asamblea de empleados del partido acordara congelar los sueldos en 2016 para así contribuir a estabilidad la situación financiera del BNG, que en personal se gastó 526.905 euros.

A ello se añade que durante el año pasado consiguieron reducir la deuda a largo plazo. Su objetivo último es saldar toda esa deuda para ya depender sólo de los ingresos propios de la organización.

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