Terroristas del Daesh vinculados a una célula desarticulada en febrero infiltrados en España para ser atendidos como heridos de guerra

La Audiencia Nacional confirma que llegaron a hospitales españoles dentro de un programa solidario. Fueron detectados por la Comisaría General de Información de la Policía

La Policía Nacional detiene a un libio acusado de financiar una milicia vinculada al Daesh (Foto: Policía Nacional).
La Policía Nacional detiene a un libio acusado de financiar una milicia vinculada al Daesh (Foto: Policía Nacional).

Agentes de la Comisaría General de Información y de varias brigadas provinciales de la Policía Nacional desmantelaron a principios de febrero un entramado de empresas en Cataluña y en la Comunidad Valenciana que servían para financiar a una milicia vinculada al Daesh, el autodenominado Estado Islámico, que opera en Libia.

Los policías dedicados a la lucha antiterrorista detuvieron a tres personas en Barcelona, Gerona y Valencia. El Ministerio del Interior informó que “la investigación comenzó hace dos años cuando los especialistas en la lucha antiterrorista detectaron la presencia en España de una persona relacionada con la cúpula de una milicia libia, vinculada con Daesh”.

También explicó Interior que “tras las pesquisas iniciales, los agentes comprobaron que esta persona disponía de una estructura empresarial que, operando en varios países -entre ellos España- desviaba fondos a Libia para financiar a la milicia que opera bajo la dirección de Daesh”.

Confidencial Digital ha podido acceder a un auto de la Audiencia Nacional que aporta datos clave sobre quiénes integraban esta milicia: algunos de sus miembros llegaron a España gracias a un programa solidario para atender a heridos de guerra.

Recurso contra la prisión provisional

La operación policial fue coordinada desde el Juzgado Central de Instrucción número 1 de la Audiencia Nacional, que decretó el ingreso en prisión provisional al menos en el caso de uno de los detenidos, de nacionalidad libia. El abogado de este ciudadano presentó un recurso de apelación, para solicitar que su defendido fuera puesto en libertad.

El recurso llegó a la Sección Tercera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, y la ponencia recayó en Juan Carlos Campo, ministro de Justicia entre enero de 2020 y julio de 2021 y ahora magistrado de la Audiencia Nacional. Junto a él integraban la sección Félix Guevara y Carlos Fraile.

Campo desestimó el recurso de apelación, al considerar proporcionada la medida de prisión provisional para este investigado por un delito de financiación del terrorismo. El auto de la Sección Tercera de la Sala de lo Penal recogió buena parte del relato sobre la investigación policial que recogió el juez de instrucción que dirigió la desarticulación de ese entramado empresarial.

Milicianos de Daesh en hospitales españoles

Pero el juez aportó datos en su escrito que no dio el Ministerio del Interior al informar de la detención de tres personas vinculadas a una milicia de Daesh en Libia. Reveló que la investigación llevada a cabo por la Brigada Provincial de Información de San Sebastián, de Bilbao y de Barcelona bajo la coordinación y dirección de la Comisaría General de Información comenzó en febrero de 2020.

El origen de las pesquisas de estas unidades antiterroristas fueron “las actividades desarrolladas en España por varios miembros de una misma milicia libia vinculada con Daesh”. Según explicó el juez de instrucción de la Audiencia Nacional en su auto, y posteriormente recogió Juan Carlos Campo, esos milicianos libios “se habrían asentado en España, al menos temporalmente, tras recibir tratamiento médicocomo heridos de guerra, en el marco de un programa solidario y en hospitales españoles”.

 

Los miembros de esa milicia eran todos originarios de una misma ciudad libia, Zawiya, que está próxima a la capital, Trípoli, y a la frontera con Túnez.

Fueron entre cuatro y cinco libios los que entraron de forma escalonada en España. Habían sido heridos con ocasión de su participación como combatientes en la guerra civil de Libia, que enfrentaba a diversos grupos y facciones tras la caída de la dictadura de Muamar el Gadafi.

Según detectaron los policías nacionales de Información, los cuatro libios de esa milicia llegaron a España para recibir tratamiento médico y/o quirúrgico en clínicas privadas de Madrid y Barcelona. Pero hicieron algo más que curarse de sus heridas de guerra. Se asentaron en nuestro país y comenzaron a establecer contacto con otros libios afincados en España.

Contactos en Barcelona

La Policía Nacional detectó estos movimientos, y vigiló los encuentros de los heridos de guerra con otros libios que ya vivían en ciudades españolas. Dos de los combatientes evacuados a España entraron en contacto en Barcelona con un ciudadano libio, que resultó ser finalmente el detenido en febrero de 2022 que recurrió la prisión provisional.

De esta forma la Comisaría General de Información comenzó a vigilar a este libio. Descubrió que controlaba varias sociedades mercantiles con las que realizaba operaciones comerciales con Turquía Túnez, Libia y otros países, “con pagos por transferencias opacas y con movimientos de dinero fuera de toda lógica productiva”, según la Audiencia Nacional, que también comprobó “un manejo de dinero en efectivo muy elevado”.

Así se inició la investigación que condujo a la detención de tres personas por desviar fondos a la misma milicia libia vinculada al Daesh, y por “evadir y canalizar fuera de Libia el dinero que la propia milicia obtiene de manera irregular en su país y, de esta manera, tener siempre provisiones económicas salvaguardadas y disponibles”.

Los heridos se marcharon de España

¿Qué ocurrió con esos libios que llegaron a España gracias a un programa solidario y fueron ingresados en hospitales para ser tratados de las heridas sufridas durante la guerra civil?

La Audiencia Nacional revela que “concluidos sus tratamientos, fueron abandonando el territorio nacional de forma escalonada, desconociéndose su actual paradero”.

Guerra civil en Libia

La llamada ‘Primavera Árabe’ prendió en Libia en febrero de 2011. Las protestas contra la dictadura de Gadafi derivaron en algunos lugares en focos de rebelión, con parte del ejército sublevándose contra las autoridades.

Cuando las tropas de Gadafi comenzaron a bombardear a los rebeldes y a la población civil, la ONU autorizó una zona de exclusión aérea para impedir esos bombardeos. Estados Unidos, Francia y Reino Unidobombardearon objetivos militares libios, y otros países como España mandaron también aviones de combate y buques para controlar el espacio aéreo.

Se hizo con el poder el Consejo Nacional de Transición libio. Pero en 2014 estalló una guerra civil entre distintas facciones, grupos nacionalistas e islamistas, generales y señores de la guerra apoyados a su vez en diferentes países del mundo árabe y de occidente.

Alerta en 2015 por el riesgo yihadista

Desde 2011, España, como hicieron otros países como Alemania e Italia, concedió visados a libios que resultaran heridos en esta guerra, para prestarles tratamiento médico en hospitales españoles. Hasta 2015, cuando se interrumpió el programa, habían sido atendidos en nuestro país unos 800 libios.

La Cadena SER reveló en septiembre de 2015 que “la policía española maneja varios informes que alertan del riesgo de que puedan llegar yihadistas procedentes de Libia”. De ahí que, por razones de seguridad, se interrumpiera ese corredor sanitario para atender en España a combatientes libios o a civiles heridos en el conflicto.

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