Pablo Casado se derrumbó en su despacho del Congreso suplicando que le dejaran llegar al martes

Tras el discurso en el hemiciclo se desahogó en presencia de sus íntimos Pablo Montesinos, González Terol y Ana Beltrán. Busca una salida como la de Rajoy en 2018

La vicesecretaria de Política Social del Partido Popular, Ana Pastor; el líder del PP, Pablo Casado; y la portavoz del PP en el Congreso, Cuca Gamarra, a su llegada a una sesión plenaria, en el Congreso de los Diputados.
La vicesecretaria de Política Social del Partido Popular, Ana Pastor; el líder del PP, Pablo Casado; y la portavoz del PP en el Congreso, Cuca Gamarra, a su llegada a una sesión plenaria, en el Congreso de los Diputados.

Pablo Casado seguirá en el puesto hasta el congreso extraordinario de abril y se compromete a no presentarse después. La reunión con los líderes territoriales del partido se alargó durante cuatro horas porque no conseguían ponerse de acuerdo sobre cuándo debía salir el presidente nacional. Querían además que la decisión que saliera del encuentro fuera por unanimidad.

Antes de juntarse con todos los barones, Casado se reunió con Alberto Núñez Feijóo, el dirigente a quien casi todos han apoyado ya como sucesor. Fuentes del entorno del presidente gallego han aclarado que Feijóo en ningún caso aceptaría ser nombrado ya presidente sin dar voz a la militancia: El futuro del partido pasa por un congreso “abierto, extraordinario y urgente”, insisten.

Pablo Casado había protagonizado el miércoles por la mañana su última intervención en la sesión de control del Congreso como líder de la oposición. Visiblemente emocionado, pronunció un discurso que era una despedida. Una emoción que no pudo contener a continuación, cuando se encerró en su despacho de la Cámara Baja junto a un reducido grupo de fieles.

El todavía presidente del PP llegó al hemiciclo en medio de una gran expectación mediática, flanqueado por la portavoz parlamentaria, Cuca Gamarra, la vicepresidenta segunda del Congreso, Ana Pastor, y por tres de los vicesecretarios del partido: Pablo Montesinos, Ana Beltrán y Antonio González Terol.

Iniciado el pleno de control, no hubo pregunta a Pedro Sánchez. Casado, que asumía ya que afronta sus últimos días al frente del partido, renunció a esa última pregunta en la sesión de control al Gobierno para realizar una intervención que era una despedida, y que provocó la ovación de casi todos los diputados del PP, incluso de aquellos que le habían dejado de apoyar tan solo unas horas antes.

Lloró en el despacho del Congreso

Casado se levantó del escaño tras escuchar la réplica de Sánchez y abandonó el hemiciclo con la cabeza alta, saludando tímidamente, y visiblemente emocionado. 

De forma apresurada se levantaron detrás de él los tres vicesecretarios: Pablo Montesinos, Ana Beltrán y Antonio González Terol, que le acompañaron hasta el despacho del líder de la oposición en el Congreso.

Pese a que en su entorno han insistido en que el líder del PP no había perdido la tranquilidad ni la templanza en estos últimos días, fuentes de su núcleo duro revelan a Confidencial Digital que, una vez en el despacho y con las puertas cerradas, Casado se derrumbó, y con lágrimas en los ojos, se desahogó en presencia de sus más íntimos. 

Allí estuvieron con él, además de los tres vicesecretarios citados, la directora de comunicación, María Pelayo; la de Teodoro García Egea, Isabel Gil, y Pablo Cano, jefe de gabinete del hasta ahora secretario general.

 

Pablo Montesinos ha mantenido su lealtad a Casado hasta el final, lo mismo que los vicesecretarios Beltrán y Terol. En cambio, otros, como Ana Pastor y Adolfo Suárez Illana apenas estuvieron unos minutos arropando al líder en su despacho de la Cámara Baja. La portavoz parlamentaria, Cuca Gamarra, permaneció en el escaño.

“Solo pido que me dejen llegar al martes”

En un momento de máxima confianza, y solo en presencia de sus más fieles, el líder del PP desveló su último deseo antes de dejar el cargo: “Solo pido que me dejen llegar hasta el martes”. Algo que consiguió finalmente en la reunión con los barones que se alargó hasta la pasada medianoche.

Defendió que lo justo es que los barones le permitiesen despedirse ante los suyos con toda dignidad, en la Junta Directiva Nacional del próximo 1 de marzo. En el orden del día de ese cónclave está previsto un discurso del presidente nacional. 

Les confesó que el discurso de despedida que había pronunciado en la sesión de control al Gobierno en el Congreso buscaba trasladar el mensaje de que ha aceptado su final.

“No quiero salir por la puerta de atrás”

“No me voy a atrincherar en Génova”, les confirmó horas antes de la crucial cita con los barones en Génova, donde sabía que iban a exigir su dimisión urgente. 

El mensaje está claro, y por eso no era necesaria una renuncia inmediata, que pudiera ser recordada como que fue echado del partido, justificó. “Lo único que no quiero es salir por la puerta de atrás”, insistió.

En el entorno del presidente del PP, ahora formado por un reducidísimo grupo de fieles, defendían que Pablo Casado “no se merecía dimitir ni ayer, ni hoy, ni mañana; se merece ser presidente del PP hasta el congreso”.

Una salida como la de Rajoy en 2018

Según las fuentes consultadas por ECD, la última súplica de Casado es poder anunciar el próximo martes que abandona la presidencia del PP. 

Su hoja de ruta consiste en que el partido abra en ese momento un periodo de interinidad, pilotado por el líder saliente, que concluya a principios del mes de abril con el congreso extraordinario, en el que se elija a un nuevo presidente mediante una votación en doble vuelta (primero afiliados y luego compromisarios) si hay más de un candidato. 

Pero reclamó este miércoles a los barones, en la reunión a la que les convocó en Génova, que le dejasen proclamar a él ante la Junta Directiva Nacional que había llegado el momento de poner el punto y final, y destacar que el PP debe seguir avanzando bajo el liderazgo de otra persona.

El hasta ahora líder del partido asumió la presidencia en 2018, tras un congreso extraordinario que ganó a Soraya Sáenz de Santamaría.

Teodoro García Egea se negó a arroparle

Hasta poco antes del inicio de la sesión de control, se especulaba sobre si Casado asistiría finalmente al pleno después de que su ex número dos, Teodoro García Egea, renunciara a acudir, horas antes de presentar su dimisión.

Fuentes próximas al líder del PP aseguran a ECD que García Egea se negó a arropar ayer a su ex jefe, en una de las jornadas más complicadas de su vida política, y después de haberle dejado caer el día anterior. 

Prueba de ello es que, una vez acabado el pleno en el Congreso, el ex secretario general del PP apareció por el Congreso y se dejó ver ante los medios y los periodistas. “La salida de Teo no ha sido tan pacífica con Pablo como ambos han querido presentar”, explica a ECD un alto cargo de Génova que conoce los términos de esa renuncia.

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