Moncloa apoya el plan de EEUU para convertir España en centro de distribución de gas europeo en dos meses

Gestiones intensas de Washington con el Gobierno, que ha tenido que vencer la resistencia de la vicepresidenta Teresa Ribera

Buque metanero.
Buque metanero.

Moncloa ha visto una oportunidad para ganar influencia en Bruselas con la exportación de gas desde nuestro país para que Europa no dependa de Rusia. La vicepresidenta Teresa Ribera, que se resistía a aprovechar esta baza por su rechazo a esta fuente de energía no limpia, apoya ahora el plan de EEUU de convertir España en centro de distribución para toda la UE.

La decisión de Washington y Londres de cortar las importaciones de petróleo ruso ha redoblado la presión sobre la Unión Europea para que adopte un castigo similar. Pero la UE se resiste a cortar la importación de petróleo por temor a que Moscú responda con un corte del suministro de gas que desencadenaría consecuencias muy graves para las economías del Viejo Continente y, en particular, para Alemania.

El viceprimer ministro ruso para asuntos energéticos, Alexander Novak, advirtió el martes de que Moscú cortará el flujo del gasoducto Nord Stream I si la UE sigue poniendo en duda la credibilidad y estabilidad del suministro ruso de hidrocarburos.

La amenaza de Novak llegó el mismo día en el que la Comisión Europea presentaba sus planes para reducir la dependencia energética europea de los hidrocarburos rusos y cuando las capitales de la UE comenzaban a ponderar, bajo presión de EEUU, la posibilidad de sanciones energéticas contra Rusia.

Gestiones de EEUU con España

En ese contexto, según ha podido saber Confidencial Digital por fuentes diplomáticas, la Casa Blanca ha identificado en la Península ibérica (España y Portugal) grandes oportunidades de desarrollo en materia de producción petrolera y de gas.

Por eso, EEUU ha pedido a Moncloa fortalecer estos sectores energéticos con el objetivo de, aprovechando las importaciones españolas de hidrocarburos desde Argelia, convertir a España en uno de los principales suministradores de Europa. Un escenario que reduciría la dependencia de la región de los productos provenientes de Rusia.

Centro de distribución en dos meses

De ahí que la Administración Biden haya redoblado la presión sobre España para que se convierta en uno de los importadores más grandes del continente europeo en el plazo de dos meses, lo que potenciaría además su fuerza en la UE.

Por lo pronto, Europa se ha propuesto reducir dos tercios las importaciones de gas ruso este mismo año para romper su relación en 2030.

La Casa Blanca ha trasladado a Moncloa que Estados Unidos se podrá convertir en uno de los mayores exportadores de gas natural licuado a través de la producción de 60 millones de toneladas anuales. Esto representa una oportunidad única para España, ya que cuenta con la red de regasificación más grande de Europa con presencia costera.

 

La Casa Blanca considera que aprovechar el puerto portugués de Sinesy la red de regasificación de España proporciona a Europa opciones para su independencia energética de Rusia, que es también clave ahora para la Administración norteamericana.

La gran baza de España es que cuenta con media docena de plantas regasificadoras capaces de almacenar y exportar gran cantidad de gas natural licuado procedente de buques metaneros. Ahora necesita nuevos gasoductos para exportar la mercancía al resto de socios del Norte y Centroeuropa.

Uno de ellos es el proyecto de gasoducto Midcat, entre España y Francia a través del Pirineo catalán. El Gobierno francés se ha resistido hasta ahora, pero también la vicepresidenta Ribera se mostraba reticente incluso en fecha reciente, en plena crisis con Rusia.

Presiones a España desde Portugal

Según las fuentes consultadas, la presión a España también llega desde Portugal. El primer ministro socialista luso, Antonio Costa, ha planteado en los últimos días que la UE debe considerar el aumento de las interconexiones entre Portugal y España, y de España con el conjunto de Europa, como elemento absolutamente decisivo para aumentar significativamente la seguridad energética de Europa.

Presiona así a Emmanuel Macron y a Pedro Sánchez en su plan de recibir en el puerto luso de Sines los buques procedentes de EEUU o Nigeria con gas natural licuado y pasarlo a través de un nuevo gasoducto de alta capacidad hacia España y Francia.

En paralelo, la media docena de plantas regasificadoras de España -propiedad de Enagás principalmente- harían lo propio con buques metaneros y aprovecharían el citado MidCat. El Gobierno portugués recuerda además que no son infraestructuras de corto plazo limitadas al gas, porque podrán trasladar hidrógeno en el futuro.

Vencida la resistencia de Teresa Ribera

Las fuentes a las que ha tenido acceso ECD aseguran que Moncloa ha tenido que vencer la resistencia de la vicepresidenta de Transición Ecológica, Teresa Ribera, con el gas. Defendía que retomar el proyecto del Gobierno del PP del Midcat y la tercera interconexión con Portugal no serían solución “en el cortísimo plazo” para cubrir un eventual corte de suministro ruso.

Y, sobre todo, veía anacrónico construir nuevos gasoductos cuando reniega del gas. Considera que España tiene la mayor capacidad de Europa para descargar gas natural licuado por vía marítima.

Europa comparte que hay que acelerar la implantación de las energías renovables, pero considera que “al menos hasta 2050 el gas será necesario” y por eso mantiene su plan, criticado hasta ahora por Ribera, de seguir apoyando esta fuente de energía y la nuclear.

Construir un gasoducto lleva tiempo, pero también plantas regasificadoras y Alemania las está anunciando para ir dando señales de independencia de Rusia. Con el cambio de criterio, España negocia con Bruselas que esa infraestructura sea financiada con fondos europeos.

Asegurarse también más gas de Argelia

Fuentes del sector destacan que una interconexión con España no sólo atraería lo que se puede regasificar importado por buques procedentes de EEUU o Catar, sino también de lo que envíe Argelia.

La crisis con Rusia ha abierto también una carrera para asegurarse más gas argelino y el ministro italiano de Exteriores, Luigi di Maio, protagonizó hace una semana un viaje relámpago a Argel, en el que aseguró que ve disposición de ese país para incrementar el suministro.

Moncloa también se apresuró hace unos días a anunciar que Argelia también le ha ofrecido a Pedro Sánchez más gas ante el incremento de precios por la guerra.

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