Feijóo no alcanza un acuerdo con PNV y regionalistas para no depender de Vox

No ha logrado firmar aún pactos postelectorales en ayuntamientos y comunidades que permitan al PP alcanzar mayorías prescindiendo del apoyo del partido de Abascal

Cuca Gamarra y Alberto Núñez Feijóo.
Cuca Gamarra y Alberto Núñez Feijóo.
  1. Aislar a Vox en ayuntamientos y autonomías
  2. Fracasa el plan con el PNV y los regionalistas
  3. La consigna del PP es “hablar con todos”
  4. El intento fallido en Castilla y León
  5. Vox ya no es una amenaza para el PP
Feijóo fracasa en la operación con PNV y regionalistas para no depender de Vox.
Feijóo fracasa en la operación con PNV y regionalistas para no depender de Vox.

Alberto Núñez Feijóo había puesto en marcha una operación para aislar a Vox en ayuntamientos y autonomías. Buscaba cerrar un acuerdo con el PNV y los partidos regionalistas para limitar la influencia del partido de Santiago Abascal en la formación de gobiernos del PP tras las elecciones de mayo. Por el momento, el plan ha fracasado.

Hay que recordar que el presidente del Partido Popular ha dejado dejar pasar la oportunidad por ahora de marcar distancias con Vox, con quien en España tiene aún que decidir si gobernará en más autonomías -lo hace en Castilla y León- y en ayuntamientos tras los comicios del 28 de mayo.

Como líder del PP, Núñez Feijóo, a diferencia de Pablo Casado (que lo hizo en la moción de censura de Vox), no ha pronunciado todavía un discurso rupturista con el partido de Santiago Abascal, y permitió que Vox entrara en el Gobierno de Castilla y León.

En cambio, antes de convertirse en presidente de los populares, el dirigente gallego sí había calificado como “extrema derecha” a Vox. Ahora evita los calificativos.

Aislar a Vox en ayuntamientos y autonomías

Sin embargo, tal y cómo se contó en ECD hace unos meses, Alberto Núñez Feijóo ha decidido comenzar a preparar en ayuntamientos y comunidades autónomas pactos postelectorales que permitan al PP formar gobiernos prescindiendo del apoyo de la formación de Abascal tras las municipales y autonómicas.

La estrategia de la dirección nacional del Partido Popular tras la victoria de la ultraderecha en Italia es, por tanto, dar largas a Abascal y trasladar al PP que no se debe “dar alas a Vox” para evitar un ‘efecto Meloni’ en España.

“Ahora, cuanto más lejos, mejor”, insisten en el equipo del dirigente gallego. Se trata también de no frenar en seco las opciones de Feijóo si se dinamita su imagen de centrista moderado.

En Génova concluyen que la mayoría absoluta de Juanma Moreno en las elecciones andaluzas del pasado 19 de junio disparó el cambio de ciclo político y marcó la salida de Pedro Sánchez de La Moncloa, al tiempo que consolida a Feijóo como alternativa capaz de ensanchar el PP por el centro.

Fracasa el plan con el PNV y los regionalistas

En su medio año al frente del primer partido de la oposición, Feijóo ha evitado retratarse junto a Abascal con un reto en el horizonte: alcanzar una “mayoría incontestable” en las elecciones generales, previo examen en las municipales y autonómicas de mayo.

 

Sin embargo, fuentes políticas consultadas por Confidencial Digital revelan que Feijoo ha fracasado por ahora en su operación para cerrar un acuerdo con el PNV, los partidos regionalistas (excepto con los independentistas de ERC y Bildu) y la denominada ‘España vaciada’ con el objetivo de limitar al máximo la influencia de Abascal en la formación de gobiernos del PP en ayuntamientos y comunidades autónomas.

Una mayoría que amplíe la distancia con respecto a Vox y sume más que la izquierda como para lanzarse a gobernar en solitario tras las generales, que se celebrarán aproximadamente seis meses después.

La consigna del PP es “hablar con todos”

La estrategia de Génova con los líderes autonómicos y municipales del PP es dejar abierta su política de pactos e iniciar diálogo para formar gobierno con todas las fuerzas. Tras las elecciones, llamarán a formar mayorías “estables, sin la amenaza permanente de mociones de censura”, aunque destacando que serán “gobiernos del Partido Popular”.

La idea es que los resultados les permitan explorar una vía distinta a la coalición con Vox. Se busca que la aritmética permita al PP intentar una posibilidad que no le ate a Santiago Abascal, precisamente “hablando con todos”, según la orden trasladada ya desde hace varios meses por Génova a los territorios.

El intento fallido en Castilla y León

El escenario que dibujan en la dirección nacional del PP es no repetir, con los resultados encima de la mesa, el fallo que impidió al equipo de Pablo Casado y Alfonso Fernández Mañueco excluir a Vox del Ejecutivo de Castilla y León porque no se había negociado previamente al tratarse de un adelanto electoral.

Consiste en convencer a todos, en aquel caso salvo al PSOE (28 escaños) y a Unidas Podemos (1 escaño), para que se abstengan y permitan la investidura del presidente autonómico o alcalde del PP.

La mayoría absoluta en las Cortes de Castilla y León está en 41 escaños, que el PP y Vox superaban el pasado mes de febrero, con 44 procuradores.

Pero Fernández Mañueco también hubiera resultado elegido con 31 votos a favor del PP, frente a los 29 en contra del PSOE y Unidas Podemos, si se hubieran abstenido todos los demás: Vox (13 procuradores), Unión del Pueblo Leonés (3), Soria Ya! (3), Ciudadanos (1) y Por Ávila (1). En total, 31 votos a favor, 29 en contra y 21 abstenciones.

En ese caso, el PP hubiera logrado un gobierno en solitario, con consejeros sólo de su partido, pero sería un ejecutivo menos estable y estaría obligado a pelear cada votación parlamentaria, desde los presupuestos regionales hasta cualquier ley.

Vox ya no es una amenaza para el PP

En la dirección del PP recuerdan ahora que Vox era la verdadera amenaza en Génova antes de las andaluzas porque, si había que repetir un pacto como el de Castilla y León, el ‘efecto Feijóo’ se frenaría.

Hasta el punto de que, tal y cómo se contó en ECD, el líder del PP preparaba una reunión con el presidente de Vox, Santiago Abascal, para normalizar las relaciones y llegar a un pacto que les permitiese gobernar juntos en autonomías y ayuntamientos tras las municipales de 2023. Ese encuentro ahora ha quedado aplazado.

Feijóo tenía decidido, si no se alcanzaba la mayoría suficiente para gobernar en Andalucía, empezar a negociar con Abascal la relación con Vox para el futuro.

Se buscaba anticipar al escenario de cientos de ayuntamientos con posibles gobiernos PP-Vox en toda España, a partir de mayo del año que viene, con los alcaldes decididos a no dejar gobernar al PSOE. Contaba con que esa marea iba a ser imparable entonces para la dirección nacional del partido.

Pero Vox experimentó en Andalucía el primer frenazo a su trayectoria ascendente de estos últimos años, y sigue cayendo en la mayoría de encuestas publicadas en las últimas semanas.

Feijóo fracasa en la operación con PNV y regionalistas para no depender de Vox.
Feijóo fracasa en la operación con PNV y regionalistas para no depender de Vox.

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