Tres autonomías sostienen la producción nacional de mascarillas FFP2: "No existe oferta suficiente"

Los presidentes de la Xunta y de Castilla y León han solicitado el uso de estas mascarillas en lugares públicos. Los expertos temen problemas de abastecimiento

Mascarillas FFP2 distribuidas por el Ayuntamiento de Alhama de Murcia entre 4.000 mayores
Mascarillas FFP2 distribuidas por el Ayuntamiento de Alhama de Murcia entre 4.000 mayores

Sibol, una fábrica situada a pocos kilómetros de la ría de Bilbao (Vizkaya); Farmaquivir, con un nuevo emplazamiento construido en septiembre localizado a medio camino entre las ciudades de Sevilla y Cádiz, en Lebrija; Productos Climax, en pleno corazón del cinturón metropolitano de Barcelona, el corazón industrial de Cataluña.

Estas son las tres empresas que absorben la gran mayoría de la producción nacional de mascarillas FFP2, aquellas que filtran al menos un 94% del aire. La capacidad manufacturera de estas industrias va a ser puesta a prueba próximamente, después de que Alemania decretase recientemente la obligatoriedad de las mascarillas autofiltrantes en cualquier espacio público. 

Alberto Núñez-Feijóo, presidente de la Xunta de Galicia, quiere adoptar el modelo alemán y así se transmitió al Ejecutivo central en la última reunión del consejo interterritorial de salud. ‟Parece razonable que concretemos exactamente entre qué umbrales y en qué contexto es necesario llevar este tipo de mascarillas”, reclamó el político popular. A sus declaraciones se sumó poco después Alfonso Fernández Mañueco, presidente de la Junta de Castilla y León, quien dijo ‟sumarse a la filosofía” de su homólogo gallego. 

‟Se ha producido un incremento en la fabricación de maquinaria para hacer este producto", reconoce Luis Gil, secretario de la Asociación de Empresas de Equipos de Protección Individual. Sin embargo, este portavoz advierte que su fabricación resulta complicada si se empieza de cero con su producción, pese a que el producto final pudiese parecer sencilla. 

La capacidad de producción española, a prueba

‟No tenemos datos porque el mercado se ha visto tan desbordado que las previsiones se han quedado obsoletas", explica Gil. ‟El año pasado, para facilitar el abastecimiento, el mercado se vio inundado con mascarillas que no cumplían los requisitos: hasta un 50% de ellas. Por eso los datos nos resultan imprecisos". La vasca Sibol se vio forzada aumentar su manufactura hasta alcanzar casi 500.000 mascarillas FFP3 por mes, y Climax pasó de las 400.000 mascarillas (quirúrgicas y filtrantes) mensuales a cuatro millones.

 

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