Amenaza en los quioscos españoles: a la semana se cierra un establecimiento

El 90% de los productos vendidos en estos establecimientos no son ni prensa ni revistas, indican desde el sector

Periódicos en un quiosco.
Periódicos en un quiosco.

El negocio de los quioscos no soporta más envites. Tras la pandemia y las sucesivas crisis del sector, estos puntos de venta podrían considerarse en peligro de extinción.

Considerados esenciales durante la pandemia, el sector reclama al Gobierno ayudas públicas de calidad para evitar que estos establecimientos cierren las persianas de forma definitiva.

Las previsiones no son optimistas y fuentes del sector indican que este maltrecho negocio terminará cerrando todos sus establecimientos, casi sin excepción.

Remedios Garrido García, presidenta de la Asociación Nacional de Vendedores de Prensa (ANVP), indica que “solo sobrevivirán aquellos que estén mejor localizados, en el centro de grandes ciudades”.

Desde la industria, hablan de fidelidad de clientes, de modo que “quiosco cerrado, quiosco que no se recupera”, declaran.

Goteo de cierres en los quioscos españoles

En la actualidad, a la semana se cierra un punto de venta en España. “Al principio la caída era más lenta, pero ahora es bastante más grande”, indica Remedios.

La decadencia de la venta de publicaciones impresas tan solo es una pequeña parte de los vaivenes a los que se ha enfrentado este sector. Estos transmisores de cultura no han conocido buena época desde que en 2008 comenzó la recesión económica. Desde entonces, viven bajo un contexto de crisis que hace que en un futuro cada vez encontremos menos.

La caída de la publicidad; la crisis del papel; la pandemia y el confinamiento... Y ahora, una inflación desbocadaprovocada por la guerra entre Rusia y Ucrania alarga la agonía de estos establecimientos.

Reinventarse o morir

Muchos de ellos han tenido que reinventarse. Cada vez hay menos publicaciones impresas y las pocas que sobreviven, lo hacen gracias a las grandes firmas y a sus lectores más fieles.

 

Ahora este sector que se debate entre la transformación y la desaparición se ve obligado a reinventarse. Algunos han optado por incluir cajeros automáticos, otros, por café artesanal, y los más modernos apuestan por productos digitales.Remedios indica que hace años el periódico era el producto estrella, “pero ahora, se sustituye por otras alternativas”.

Según los datos recogidos en el ultimo Informe de Publicaciones Impresas, tan sólo entre 2008 y 2018 cerraron en torno a 6.000 establecimientos en nuestro país.

Aunque hoy esa cifra se eleva, los datos siguen a la espera de actualización. Esta obsolescencia de cómo se encuentra en la actualidad el sector, explica Remedios, no es más que fruto del desinterés de las instituciones.

Una situación que se complica por la tensa relación entre quiosqueros y grandes distribuidores. Remedios se queja de la poca comprensión que han tenido con los quiosqueros durante la pandemia. “No fueron nada flexibles, solo les importa facturar”, denuncia.

Fuentes del sector aclaran que se han dirigido a Bruselas para solicitar ayudas y todavía se encuentran a la espera.

Obligados a perder

En muchos casos, la complejidad de cerrar un quiosco también hace que muchos sigan abiertos, aunque trabajando bajo pérdidas. Cada uno de estos establecimientos cuenta con una licencia para poder ocupar suelo público. Cuando se cierran, hay que levantar el establecimiento y retirarlo, pero el coste de la grúa también lo asumen los quiosqueros. Situación que complica aun más la retirada de estos negocios que hace años dejaron de dar ingresos.

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