Agricultura cree que no es relevante para el consumidor saber de qué otra raza porcina provienen los jamones ibéricos que no son puros

En respuesta a una pregunta parlamentaria de UPyD, el Gobierno obvia la legislación europea sobre información alimentaria

Jamones ibéricos en un supermercado.
Jamones ibéricos en un supermercado.

Hace varios meses, el grupo parlamento de Unión Progreso y Democracia en el Congreso remitió una batería de preguntas al Ministerio de Agricultura sobre la nueva normativa de calidad sobre los jamones ibéricos que se producen en zonas de Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha y Castilla y León.

Tal y como contó entonces El Confidencial Autonómico, el diputado de UPyD Toni Cantó -que cuenta con el asesoramiento del experto en el sector del jamón Constantino Martínez- denunciaba en su escrito que la denominación “ibérico” para jamones y paletillas con mezcla de razas ibérica y duroc, que vuelve a ratificar la normativa aprobada por el Gobierno en enero, constituía un “engaño” a los consumidores.

Además, UPyD también preguntaba al Ministerio de Agricultura en base a qué normativas europeas se había establecido la obligación de indicar el porcentaje racial (50%, 75% o 100%) de ibérico en la etiqueta, además de los criterios de inscripción en registros de los cerdos destinados a la producción de jamón, paleta y lomo.

Pues bien; ECA ha tenido acceso a la respuesta escrita que el Gobierno remitió al Congreso de los Diputados como contestación a la pregunta del grupo de UPyD. El texto ha dejado igual de insatisfechos al diputado que hizo la pregunta y al experto que le asesora en este asunto.

La información de la otra raza no es relevante”

Uno de los puntos de la respuesta que más han sorprendido a los impulsores de la pregunta es aquel en el que el Gobierno explica porqué en las etiquetas sólo se indica la raza ibérica, aunque ese jamón sólo tenga un 50% de cerdo ibérico, y no se indica la raza americana duroc. “El objetivo que debe conseguirse es precisamente dar a conocer al consumidor el porcentaje de raza ibérica del producto, no el de la otra raza que haya intervenido”, explica en la respuesta escrita.

Además, llega a decir que no va a cambiar lo establecido en el real decreto aprobado en enero, porque “se ha constatado que la información de la otra raza no es relevante, al no haber sido nunca demandada por los consumidores que, por el contrario, sí han manifestado interés por conocer el porcentaje de raza ibérica”.

Desde UPyD consideran que esta respuesta y la negativa del Gobierno a cambiar las denominaciones -y por tanto, la negativa a que, por ejemplo, en las etiquetas de los jamones ponga “50% ibérico, 50% duroc”- mantiene el engaño para el consumidor, que no sabe que el jamón que compra proviene también de esa otra raza americana, y no sólo de la ibérica española.

En su respuesta, el Gobierno considera que incluir el porcentaje de raza ibérica (sólo el de raza ibérica) se cumple precisamente con la obligación de facilitar una clara información al consumidor.

La mezcla ibérico-duroc no es hibridación, según Agricultura

Otro de los puntos de la respuesta del Gobierno a UPyD que más destaca es la referida al método utilizado para registrar oficialmente el factor racial de cada ejemplar de cerdo. El Ministerio de Agricultura señala en el escrito que será la Mesa de Coordinación de la Norma de Calidad de Ibérico -dependiente del propio departamento- la que determine el procedimiento para verificar el factor racial de los machos utilizados para obtener jamones del 75% ibéricos.

El Gobierno reconoce que ha dado marcha atrás en el borrador de la nueva normativa, que establecía que el certificado racial se emitiría por entidades reconocidas en base al Real Decreto 1108/1991 que regulaba las normas zootécnicas aplicables a los reproductores porcinos híbridos. De esta forma, según el experto en el sector jamonero Constantino Martínez, el Ministerio de Agricultura obvia la legislación comunitaria, que obliga a que los cerdos cruzados estén registrados oficialmente para conocer su procedencia de acuerdo con las normas zootécnicas de hibridación.

 

La respuesta del Ejecutivo indica que la redacción final del decreto de enero, en lo que respecta a las denominaciones que tienen que aparecer en el etiquetado, fue sugerida por la Comisión Europea, tras introducir cambios en la redacción inicial.

De hecho, en otro de los párrafos destacados el Gobierno español niega que el cruce que se hace entre la raza ibérica y la raza duroc para mejorar la productividad de los cerdos sea una hibridación: “No se trata de un programa de hibridación, como ya existe en otros porcinos selectos, desarrollado por una asociación que cumple determinados requisitos y con fines a un programa de mejora, sino que se trata de un cruzamiento entre razas para proporcionar un producto concreto al consumidor que debe ser registrado y controlado de caraa conocer su trazabilidad, pero sin otros fines zootécnicos”.

Esto ha provocado la estupefacción en los impulsores de la pregunta: “Para no tratarse de un programa de hibridación, presenta todos los elementos que inducen a corroborar todo lo contrario, puesto que esta modalidad tan selectiva de cruces (macho duroc con hembra ibérica) lleva practicándose con profusión desde hace décadas, con una planificación metódicamente organizada”. Además, recuerda que más del 90% de los jamones ibéricos que se consumen en España son en realidad resultado de esta hibridación entre cerdos de raza ibérica y de raza duroc.

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