Fraude en jamones de Extremadura, Andalucía y Salamanca: denominaciones de origen que no existen, falsos ibéricos...

Productores y distribuidores aprovechan la falta de inspecciones. El Gobierno reformará la ley para tratar de evitar engaños

Etiqueta de "jamón ibérico puro bellota D.O. Extremadura".
Etiqueta de "jamón ibérico puro bellota D.O. Extremadura".

El jamón ibérico es uno de los productos estrella de la gastronomía española, dentro de nuestro país pero también fuera. Sin embargo, los controles de calidad son insuficientes para frenar el fraude en estos productos cárnicos -procedentes sobre todo de explotaciones de Andalucía, Extremadura y la provincia de Salamanca- que se venden en tiendas y supermercados de toda España bajo denominaciones que no existen y falseando la pureza de la raza ibérica.

El jamón ibérico es el buque insignia de la gastronomía de España”, aseguró el ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, al presentar en rueda de prensa tras el Consejo de Ministros el nuevo decreto que regula la norma de calidad para este producto.

La pretensión del Gobierno con esta nueva normativa es reforzar los sistemas de control, “mejorando la fiabilidad en la asignación de las menciones que realmente corresponden a los productos”.

Y es que, como ha podido comprobar El Confidencial Autonómico, muchos de los jamones -procedentes, en su mayoría, de explotaciones de Extremadura, de Andalucía y de la zona de Guijuelo, en Salamanca- que se venden en tiendas y supermercados de España lo hacen con etiquetas o cartelería falsas.

Falsas denominaciones de origen para aumentar el precio

El caso más evidente es el de las denominaciones de origen que no existen. Actualmente hay reconocidas oficialmente cuatro denominaciones de origen: D.O. Jamón de Huelva (que engloba productores de Huelva, Cádiz, Málaga, Cáceres, Sevilla y Badajoz); D.O. Los Pedroches (en el valle del mismo nombre, en el norte de la provincia de Córdoba); D.O. Guijuelo (con producción en Salamanca, Extremadura, Andalucía y Toledo, y maduración en la zona de Guijuelo); y D.O. Dehesa de Extremadura, entre Cáceres y Badajoz.

Sin embargo, ECA ha tenido acceso a fotos -que se pueden ver más abajo- que atestiguan cómo muchos establecimientos comerciales promocionan jamones ibéricos con denominaciones de origen inexistentes, como “D.O. Extremadura” y “D.O. Jabugo”.

Constantino Martínez, un ex trabajador del sector del jamón que ahora denuncia como usuario y analista lo que considera “fraudes”, asegura a ECA que los productores y los distribuidores de estos jamones se aprovechan del desconocimiento de los consumidores para “engañarles”, poniendo nombres que aunque parecen denominar zonas de reconocido prestigio jamonero (Jabugo, Extremadura), en realidad no existen como denominaciones de origen.

La intención que está detrás de estas falsas denominaciones de origen es “colar” como productos de alta calidad -reconocido con una supuesta denominación- y, por tanto, mayor precio, jamones que pertenecen a ninguna de las denominaciones de origen legalmente reconocidas y controladas por las autoridades autonómicas de consumo y sanidad.

Pata negra” para jamones que no son 100% ibéricos

Martínez ha presentado numerosas denuncias contra establecimientos comerciales de Madrid, Barcelona y Sevilla, entre otras provincias, y contra empresas productoras, por otro motivo: el fraude en la etiquetación como jamones ibéricos “de bellota”, “de cebo en campo” y de “recebo”.

Por ejemplo, la mención “pata negra” sólo se permite para los jamones de bellota 100% ibérico, es decir, de cerdos de pura raza ibérica (no mezclados con razas extranjeras como la norteamericana duroc) y alimentados con bellotas y hierba de la dehesa, sin aportes de piensos.

 

A pesar de ello, muchos supermercados anuncian como de “pata negra” jamones que, a continuación, señalan que son “de cebo”, de cerdos alimentados con piensos en granjas, no al aire libre y de forma natural.

También abundan las referencias a “jamón ibérico puro”, para dar así la impresión de que es un 100% ibérico sin serlo realmente (ya que en realidad son mezclas de raza ibérica con otras razas). La nueva normativa del Ministerio de Agricultura trata de evitar este tipo de adjetivos que tratan de confundir al consumidor: “Se prohíbe así mismo el empleo de los términos «recebo» e «ibérico puro»”.

Además, quedan reservados a la denominación de bellota “los nombres, logotipos, imágenes, símbolos, o menciones facultativas que evoquen o hagan alusión a algún aspecto relacionado o referido con la bellota o la dehesa”. Son muchos los jamones que, sin ser de bellota, tienen en un etiquetado el dibujo de cerdos pastando bajo encinas o alcornoques en dehesas de Extremadura o Huelva, lo que induce a pensar que es de bellota.

En conversación con El Confidencial Autonómico, Constantino Martínez denuncia que todas estas irregularidades se dan con la complicidad de productores, agencias certificadoras de la calidad y distribuidores, y ante la inacción de las autoridades autonómicas de control, ante las que ha presentado muchas denuncias.

“En la Comunidad de Madrid, entre 2011 y 2013 se hicieron 429 inspecciones de jamones, y sólo se encontraron 27 fraudes. Eso es imposible”, asegura este ex empleado en el sector, a la vista de todos los etiquetados irregulares que ha detectado.

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