La Universidad Jaume I de Castellón coordina una investigación europea contra el desperdicio de alimentos

El proyecto ‘ToNoWaste’ apunta que el principal origen son los hogares

Sesión de análisis del programa
Sesión de análisis del programa

 

 

 

 

 

  1. Proyecto europeo ToNoWaste
  2. Resultados operativos
  3. Programas piloto en varias ciudades de Europa
  4. Analizar también los procesos
  5. Los comedores escolares
  6. Los hogares, el foco del problema
Sesión de análisis del programa
Sesión de análisis del programa

La reducción progresiva del desperdicio alimentario es uno de los retos a los que se enfrenta la sociedad. Estadísticas recientes apuntan que en la Unión Europea se tiran a la basura unos 88 millones de toneladas de alimentos al año si se tiene en cuenta desde la producción primaria hasta el consumo en el hogar.

La situación afecta a la sostenibilidad debido al fuerte impacto ambiental que tiene esta práctica, que produce entre un 8 y un 10% de los gases de efecto invernadero y que cuesta a la sociedad más de un billón de euros anuales.  A nivel mundial se estima que se desperdicia sobre un 17% de los alimentos. 

Proyecto europeo ToNoWaste

La evaluación y el seguimiento del tema es un asunto complejo. Para ello, el proyecto europeo ToNoWaste, que coordina la Universitat Jaume I  (UJI) de Castellón y en el que participan 21 entidades y empresas de siete países, busca métodos que permitan establecer patrones de consumo y producción de alimentos más sostenibles.

La iniciativa arrancó su camino en septiembre de 2022, y tiene una vigencia de cuatro años. Está financiada por el Programa Horizonte Europa. Su responsable, María Jesús Muñoz, catedrática y miembro del grupo de Investigación Sostenibilidad de las Organizaciones y Gestión de la Responsabilidad Social (Sogres) de la UJI, explica que "durante este primer año se han puesto en marcha los mecanismos de seguimiento y control de la calidad y la gestión de los diferentes trabajos para dar respuesta a los objetivos planteados en el proyecto". 

Resultados operativos

Así, la coordinadora reconoce que se han obtenido ya "resultados operativos de diferentes paquetes de trabajo que tienen como objetivo proponer soluciones basadas en la ciencia y que permitan asegurar la sostenibilidad de las acciones para reducir los residuos en toda la cadena agroalimentaria, desde la producción hasta el consumidor".

Muñoz pone como ejemplo que se han generado "dos entregables, el primero aporta la revisión de proyectos previos y resultados científicos que han trabajado sobre el tema y el segundo recoge los resultados de las consultas realizadas con los distintos actores de la cadena agroalimentaria para contextualizar el problema y comenzar a trabajar sobre los mecanismos de evaluación". 

Programas piloto en varias ciudades de Europa

Para comprobar la utilidad y validez de los resultados de carácter científico se van a poner en marcha programas piloto en ciudades como Valencia, Viena o Graz, y también en localidades de Grecia y Suecia, a partir de procesos de consulta y desarrollo de acciones que puedan ser evaluadas.

La coordinadora del programa explica que ToNoWaste "tiene un doble objetivo, por un lado diseñar un ecosistema de innovación abierta que involucre a investigadores europeos, municipios, cadenas de valor de alimentos frescos y ciudadanos en la creación de conocimiento científico de acceso abierto sobre acciones de prevención y reducción de pérdidas y desperdicios de alimentos; y, por otro, intentar revelar conjuntamente qué significa la mejor decisión para apoyar acciones de reducción de las pérdidas de alimentos".

Analizar también los procesos

En cuanto a la puesta en marcha de medidas para reducir el desperdicio alimentario, la responsable del proyecto explica que "en estos momentos aún no se está en posición de ofrecer esa información, porque lo relevante no son solo los kilos que se dejan de desperdiciar, sino la sostenibilidad de los procesos y operaciones que hay que llevar a cabo para hacerlo" y añade que "es parte de la fase de análisis piloto de las diferentes propuestas que se están elevando por parte de los socios para ser testadas durante los próximos tres años de proyecto".

Los comedores escolares

Así por ejemplo, Fèlix Segarra, gerente de la única empresa de Castellón que participa en el proyecto, Cuinatur, que se dedica a gestionar comedores escolares, remarca que "es necesario actuar y concienciar a la sociedad para reducir el desperdicio alimentario, ya que es un eje fundamental para poder caminar hacia el desarrollo de sistemas agroalimentarios sostenibles y que puedan garantizar la seguridad alimentaria". 

 

El responsable de la firma de restauración asegura que es todo un reto: "Cada uno tenemos nuestro papel y entre los de Cuinatur está el de crear buenos hábitos entre los niños y niñas usuarios de los comedores escolares, un tema que se incluye dentro del programa de nuestro proyecto educativo".

Los hogares, el foco del problema

La mayor cantidad del desperdicio alimentario se produce en los hogares, mientras que las cocinas profesionales de restaurantes y empresas de restauración desperdician entre el 10 y el 15% de la comida que compran, según datos oficiales. 

Al respecto, Muñoz asegura que las posibles soluciones a esta situación "se deberían centrar en el cambio de mentalidad y en la sensibilización ciudadana". 

Durante el primer año de ejecución del proyecto se han realizado diversas sesiones de trabajo entre los miembros del programa, así como visitas a diferentes países, como Francia, para conocer de primera mano cuáles son las metodologías que utilizan ciudades como Montpellier para reducir el desperdicio alimentario. 

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