Oposición, empresarios y colectivos vecinales de Benidorm denuncian irregularidades en la adjudicación de un festival de música

El contrato se extiende siete años, no se admitió más que a una empresa, el ayuntamiento no cobra nada por ceder el campo de fútbol municipal y además sufraga por adelantado varios gastos

El alcalde de Benidorm, Agustín Navarro (con gafas de sol oscuras), visita la localización del festival Low Cost.
El alcalde de Benidorm, Agustín Navarro (con gafas de sol oscuras), visita la localización del festival.

La organización del festival veraniego Low Cost -ahora Low Festival- en Benidorm está levantando una fuerte polémica en la localidad alicantina. El gobierno municipal va a adjudicar el evento a la empresa que lo denunció por impago y además lo hace entre numerosas denuncias de irregularidades en el proceso de contratación.

La primera edición del festival veraniego de música indie Low Cost se celebró en Benidorm en 2010. Al año siguiente, en 2011, el ayuntamiento de la localidad costera firmó un contrato con la empresa organizadora del festival por cuatro años, por el que la ciudad cedía el espacio para celebrar el evento (el estadio de fútbol municipal), y además subvencionaba con 300.000 euros a los organizadores.

Este acuerdo ya levantó voces críticas entre algunos vecinos de Benidorm, a los que les parecía una subvención excesiva para un festival de música. Sin embargo, lo que ha provocado un alud de quejas ahora ha sido la concesión de una nueva autorización para el festival, ahora para el período 2014-2020.

Benidorm paga, los organizadores recogen los beneficios

Cecilio González, un empresario de la localidad que está luchando contra esta concesión, denuncia a El Confidencial Autonómico el “contrato leonino” que el ayuntamiento, gobernado por el PSOE, pretende firmar con la nueva empresa que gestiona el festival, Producciones Baltimore.

En primer lugar, para la edición de este año 2014, el ayuntamiento se compromete a pagar 66.550 euros (55.000 más IVA) en concepto de la publicidad que con el evento se hará de la “marca Benidorm”. Además, el consistorio también abonará otros gastos que se derivarán de la celebración del festival: 35.000 euros de pago de derechos de autora a la Sociedad General de Autores y Editores; 24.000 para la reposición del césped del estadio de fútbol que se dañe con la instalación del escenario y carpas; 6.500 de dispositivo de seguridad...

“Benidorm lo paga todo y no gana nada: por mucho que digan, el festival no deja tanto dinero en la ciudad, porque la gente come dentro, en los bares de los patrocinadores, la mayoría duerme en los coches...”, asegura Cecilio González. “Si Benidorm no hubiera pagado esos 300.000 euros anuales, y encima hubiera cobrado un canon, que es lo normal, podría haber conseguido 600.000 euros”.

Además, denuncia la anomalía que supone entregar la subvención (durante siete años) antes de celebrarse el festival, antes incluso de conocer el cartel de cantantes y grupos, y no después, una vez que se compruebe que la organización ha tenido pérdidas. Algo que niega que suceda, ya que es la empresa la que se queda con el dinero de las entradas -los participantes rondan los 70.000 por edición- y es el ayuntamiento quien sufraga buena parte de los gastos, además de ceder gratis el terreno: “Se llevan alrededor de un millón de euros”.

Los vecinos protestan contra los siete años de concesión

También cuestiona que el contrato se vaya a extender durante siete años: “En el Festival de Benicássim, el ayuntamiento alquila el terreno, y cada año lo negocia con la empresa”. Según Rodríguez, como máximo estas concesiones se dan por tres o cuatro años, no por siete. Esta misma queja la han expresado los presidentes de las asociaciones vecinales, reunidos en el Consejo Vecinal de Benidorm, que no entienden por qué se renuncia a evaluar el servicio prestado hasta dentro de siete años: “Si, por ejemplo, en 2015 gana el PP y quiere rescindir el contrato, tendría que pagar una indemnización a la empresa”, como la que reclama por haber cancelado la edición de 2013.

Otro de los “puntos oscuros” que denuncian vecinos y empresarios es que el pliego de condiciones del contrato exige que la empresa adjudicataria presente las cifras de negocio y sus principales trabajos realizados en los tres últimos años. Sin embargo, según aseguran a ECA, Producciones Baltimore no cumple estos requisitos, ya que apenas tiene unos meses de vida: se creó cuando uno de los responsables del anterior festival Low Cost se marchó de la empresa y fundó una nueva sociedad mercantil, en una operación que no terminan de ver clara.

La oposición denuncia “trapicheos” en la adjudicación

La adjudicación del contrato del festival para los próximos siete años también ha puesto en contra a los concejales de la oposición, del Partido Popular y el no adscrito Juan Ángel Ferrer. Este último -que, en primer lugar, asegura estar a favor de la celebración del festival y de las ayudas municipales al mismo- denuncia que en este proceso ha habido y hay una serie de irregularidades.

 

Para empezar, asegura que el nuevo impulsor del Low Festival Benidorm se presentó en el ayuntamiento y pidió que se le adjudicara la organización del evento por siete años. Entonces, la concejalía de Festejos primero decidió aprobar una autorización, que “tumbó” la intervención municipal.

A continuación, acogiéndose a la ley de contratos públicos, decidió publicar un concurso en el que sólo se aceptaba a quien posea la marca “Low Festival”, que en este caso es una sola empresa, Producciones Baltimore.

“Encima, mientras con la vieja empresa denunciaba al ayuntamiento, con la nueva se presentaba al concurso y ya ha empezado a vender entradas, pero con la antigua empresa...”, resumen Juan Ángel Ferrer, que también señala el conflicto que surgió en la Oficina Española de Patentes y Marcas cuando Producciones Baltimore intentó registrar Benidorm Low Festival, pero una empresa madrileña reclamó que ellos ya poseían la marca Low Club.

El permiso definitivo para este contrato aún está pendiente de la aprobación del pleno, que se celebrará el último lunes de mayo. Allí, el PSOE y el Grupo Liberal que le apoya se encontrarán con la oposición del PP y del concejal no adscrito, que defienden que sea el ayuntamiento quien registre la marca del Benidorm Low Festival para no depender del monopolio de una empresa que se haga con el nombre.

Ferrar denuncia que todo el caso tiene muchas irregularidades, en la concesión del contrato y luego en el cumplimiento del pliego de condiciones: “Aquí el empresario hizo un trapicheo para dejar la anterior empresa y seguir con el festival. El ayuntamiento se lo quería dar a él, y se lo ha dado a él”.

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