Tras las informaciones de El Confidencial Autonómico

Inspección a la lavandería de Castellón denunciada por “explotar” discapacitados

Un funcionario de Empleo se personó en la empresa para pedir la relación de entradas y salidas diarias de los empleados

Lavandería.
Lavandería.

La polémica originada por las denuncias de trabajadores de Industria Millars 2010, S.L., lavandería de Almazora (Castellón), y que aparecieron en El Confidencial Autonómico ha precedido a la visita de un inspector de Trabajo a esta empresa.

Tal como ha sabido El Confidencial Autonómico, un inspector de Trabajo se personó el martes pasado, 16 de agosto, en la lavandería Industria Millars, S.L., situada en la localidad castellonense de Almazora, y en la que todos los trabajadores (35) son discapacitados. Tienen reconocida una discapacidad del 33% o superior y la calificación de “incapacidad total permanente”, pero al no ser invalidez absoluta pueden trabajar en tareas distintas a las que provocaron la calificación de incapacidad total permanente.

El inspector de Trabajo pidió una relación de entradas y salidas diarias de los trabajadores, que controla el detector digital.

Según ha sabido ECA, el nerviosismo fue palpable entre los directivos. Fuentes internas de la empresa aseguran que el número real de horas de trabajo diario – de lunes a sábado – excede en mucho las previstas en el convenio, sin ser abonadas como horas extra, en torno a las 10 horas diarias, y a los trabajadores sólo se les remunera con el salario mínimo, pese al desmentido de la empresa de que se atenía al convenio.

Reacciones a las informaciones de El Confidencial Autonómico

La información que publicó este digital el 2 de agosto sobre la “explotación laboral” en esta empresa provocó que los trabajadores exigiesen de inmediato elecciones sindicales –no tenían representante sindical hasta ese momento–, resultando elegido Raúl Capella (USO), y la empresa fijó 2 turnos de trabajo, de 6 a 14.00 horas y de 10 a 18.00 horas, de lunes a sábado. Mejoraban las condiciones, pero se seguía exigiendo a los trabajadores un número de horas mucho mayor a las 6.30 horas diarias previstas en el convenio.

Tras estas medidas inmediatas tras la información de ECA, la empresa envió un comunicado desmintiendo las informaciones de este digital el 5 de agosto, sin fechar, a través de una persona que no es ni el director –José Luis San Blas– ni el representante sindical –Raúl Capella-, aunque ambos firmaban el comunicado de desmentido, y estando en contacto desde este digital con el Director de Marketing y Comunicación, Rafael Cantó, del que informamos el 9 de agosto.

Ahora el inspector de Trabajo ha recabado documentación y podrá comprobar si se cumple en convenio colectivo, las horas que se trabajan, las condiciones en que trabajan –por ejemplo, el tiempo que les dan para comer– y todo lo referente a la normativa legal. Los trabajadores confían en resolver la situación, con implicación de los directivos y el representante sindical y, ahora, con la ayuda de la inspección de Trabajo.

 

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