El Ejército garantizará la independencia energética de Marruecos con una nueva planta fotovoltaica en las Islas Chafarinas

El objetivo es reducir el uso de los generadores de electricidad que funcionan con combustible, que hay que trasladar desde desde Melilla

Islas Chafarinas.
Islas Chafarinas.
  1. Un intento anterior fallido
  2. Un nuevo modelo más eficiente
  3. Menos combustible, menos dependencia
  4. Medidas contra las alertas de “retirada”
Islas Chafarinas.
Islas Chafarinas.

El Ejército de Tierra va a dar un paso importante para mejorar la autonomía de las Islas Chafarinas, concretamente del destacamento militar que se ubica en la Isla de Isabel II.

Estas islas, 27 millas al este de Melilla, se encuentran a tan sólo 1,9 millas náuticas de la costa marroquí. Como con el resto de peñones y plazas de soberanía española en el norte de África, Marruecos reclama la soberanía de las Chafarinas, y de hecho permitió a una empresa instalar bateas para una piscifactoría en zonas que pueden entrar en colisión con las aguas españolas.

Confidencial Digital ha comprobado que la Comandancia General de Melilla, el Ejército de Tierra, está buscando una empresa que se encargue de poner en funcionamiento una planta solar fotovoltaica en las Islas Chafarinas.

Cuenta con un presupuesto de 611.370,58 euros, en un proyecto que se financia con fondos europeos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.

Un intento anterior fallido

El objetivo del contrato es “poner en funcionamiento la planta de energía solar fotovoltaica situada en la isla de Isabel II en las Islas Chafarinas, ya que actualmente se encuentra fuera de servicio”.

En 2012 una noticia de El Faro de Melilla apuntó que las Islas Chafarinas contaban con “la planta fotovoltaica aislada más grande de España”.

Sin embargo, la Comandancia General de Melilla indica en la documentación del contrato que esa planta fotovoltaica “se encuentra fuera de servicio desde la finalización de su instalación, su funcionamiento fue deficiente y no pudo satisfacer las demandas energéticas de la isla” de Isabel II.

Por eso se decidió desconectarla de la red poco tiempo después de su entrada en uso, y no ha estado en funcionamiento desde entonces. “Esto ha conllevado que no se realizara el mantenimiento general de la instalación, afectando negativamente a todos los elementos de la misma”, revela el mismo documento.

En enero de 2020, una empresa realizó una auditoría técnica en la planta fotovoltaica, y reflejó en un informe las deficiencias de la instalación: dos placas solares con el cristal roto, conectores entre placas con la base rota, cajas de agrupación en muy mal estado de conservación y con deficiencias de diseño respecto a la normativa actual, tapas de canalizaciones con un elevado grado de corrosión...

 

Lo peor es que las baterías habían perdido su capacidad de carga y no eran recuperables. No se pudo comprobar el estado del sistema inversor‐cargador: no se ha podido comprobar su estado, “pero se indica por parte de la empresa que dicho sistema no es apto para entornos marinos tal y como es el de las Islas Chafarinas”.

Un nuevo modelo más eficiente

La Comandancia General de Melilla analizó este informe, y también tuvo en cuenta “que la capacidad generadora de los paneles solares fotovoltaicos ha avanzado su eficiencia en gran medida durante los últimos años, y añadiendo que la vida útil de los actualmente instalados ya se ha reducido de manera significativa y pueden presentar mayor deterioro del que en una primera auditoría se ha podido constatar”.

Por todo ello, concluyó que la mejor solución era sustituir la planta “fallida” por una nueva, con “un nuevo modelo de mayor eficiencia que prolongue la vida útil del conjunto de la instalación”.

Las nuevas placas solares, las baterías y demás elementos de la planta se colocarán en una ubicación distinta a la que ocupa la planta actual en desuso. Se demolerá un edificio abandonado y se instalará una caseta prefabricada de hormigón armado para el local técnico de la planta fotovoltaica, y la parcela será también aprovechada para la ubicación del nuevo emplazamiento de los grupos electrógenos de la isla.

Menos combustible, menos dependencia

Para justificar la inversión, la Comandancia General de Melilla destaca los beneficios que supondrá instalar esa planta fotovoltaica en la Isla de Isabel II y potenciar el autoconsumo.

“Su puesta en marcha cubrirá gran parte de las demandas energéticas de la isla, lo que repercutirá en el ahorro económico en las generaciones de energía y reducirá en gran medida las emisiones de CO2 de la Isla producidas por la generación de energía eléctrica a través de los grupos electrógenos actualmente en funcionamiento”, señala.

Aunque no se indica expresamente en los documentos, la instalación de placas solares mejorará la autonomía del destacamento militar que trabaja en la Isla de Isabel II, que lo forman principalmente efectivos del Tercio ‘Gran Capitán’ 1º de la Legión, de Melilla.

Los grupos electrógenos que hasta ahora se utilizan en la isla necesitan combustible para funcionar. Ese combustible, inevitablemente, se tiene que llevar a la isla desde Melilla o desde la península, ya sea en barco o en helicóptero, ya que no se abastece, como es lógico, desde la costa marroquí más cercana.

Es uno de los suministros básicos que se llevan periódicamente a las Chafarinas para los militares y para el personal civil de Parques Nacionales que trabajan en este archipiélago frente a la costa marroquí.

Medidas contra las alertas de “retirada”

El mantenimiento de los cuarteles militares ubicados en las plazas de soberanía de Chafarinas, las Islas Alhucemas y el Peñón de Vélez de la Gomera es complicado, requiere inversión y en ocasiones no se puede evitar que se deterioren los edificios.

Estas dificultades provocan que en ocasiones se especule con que España va a renunciar a la soberanía de las plazas de soberanía.

Se habló de ello cuando se conoció que el Ejército de Tierra iba a exhumar a los enterrados en los cementerios de Alhucemas y Vélez de la Gomera para trasladarlos a Melilla: hubo quien denunció que era elprimer paso de una “retirada” ante Marruecos.

La peculiar situación de estos territorios españoles causa problemas en el suministro de aguasegún reveló Vozpópuli, aunque se usan en parte desaladoras, y también en la estructura de los edificios, que en algunos casos se concluye que hay que derruirlos por estar en ruinas y ser un riesgo para la seguridad.

Tras las especulaciones sobre si se estaban “dejando morir” las plazas de soberaníamandos militares visitaron estas islas y peñones para mejorar las condiciones del despliegue militar, del que se encargan unidades del Ejército de Tierra de Ceuta y Melilla, como legionarios y Regulares.

También se reunieron con mandos de la Armada para coordinar la protección de los territorios norteafricanos.

Todas estas medidas muestran una clara voluntad de las Fuerzas Armadas por mostrar que se implica en cuidar los peñones y en mejorar las condiciones de vida en ellos.

La instalación de una planta de energía fotovoltaica encaja en las características de la isla de Isabel II, por su aislamiento, y es consecuente con la apuesta general que las Fuerzas Armadas, también el Ejército de Tierra, están haciendo para utilizar energía limpia en sus bases.

También concuerda con medidas que se están tomando en Ceuta y Melilla para aumentar la autonomía de las unidades del Ejército de Tierra que tienen su base en las ciudades autónomas: todo lo que reduzca la dependencia respecto a la península va en favor de su operatividad.

Ejercicio de contención de masas en las Islas Chafarinas (Foto: Flickr Ejército de Tierra).
Ejercicio de contención de masas en las Islas Chafarinas (Foto: Flickr Ejército de Tierra).

 

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