The New York Times critica “la inhumanidad y la barbarie” de la alambrada de cuchillas de Melilla

Relaciona la valla de la ciudad española con el Muro de Berlín y con la barrera que construye Israel en Cisjordania

Artículo del New York Times sobre los muros fronterizos, y colocación de concertinas en Melilla.
Artículo del New York Times sobre los muros fronterizos, y colocación de concertinas en Melilla.

La instalación de una alambrada con cuchillas en la valla que separa Melilla del territorio marroquí desató una fuerte polémica en España que ahora ha cruzado el Atlántico. El diario The New York Times cita la frontera de la ciudad autónoma como una de las barreras que, en todo el mundo, tratan de impedir el paso de personas “hiriendo físicamente a aquellos que desafían” los controles migratorios.

Partidos de la oposición, organizaciones por los derechos humanos e incluso obispos de la Iglesia Católica atacar duramente al Ejecutivo de Mariano Rajoy por haber decidido, a través de la Delegación del Gobierno, instalar esa concertina.

El Confidencial Autonómico ya informó hace meses de que la alambrada de cuchillas que se ha colocado en la valla de Melilla no convencía ni siquiera a los guardias civiles que se encargan de la custodia de la frontera.

Por lado, aseguraban que no iba a impedir los asaltos masivos de inmigrantes que tratan de entrar en España; por otro, alertaban de que los elementos cortantes de las concertinas causarán “alguna desgracia” por los cortes que producen en la piel.

Los muros que nos hieren”

ECA ha podido comprobar que las críticas a los sistemas para evitar la entrada ilegal de personas en la ciudad autónoma de Melilla han llegado a uno de los periódicos más prestigiosos y leídos del mundo: el estadounidense The New York Times.

En un extenso artículo de opinión publicado en la web de este diario neoyorquino, el canadiense Marcello Di Cintio (autor del libro “Muros: viajes a lo largo de las barricadas”) hace un repaso por los más de 30 muros fronterizos “que nos hieren” en todo el mundo.

El autor del artículo cita las vallas que separan Grecia de Turquía; los muros que Estados Unidos tiene instalados en su frontera sur para frenar a los inmigrantes que llegan desde México; y la “muralla” que Israel lleva años construyendo en el territorio palestino de Cisjordania.

Además de estos ejemplos -y del Muro de Berlín que dividió la capital alemana durante la Guerra Fría-, en el artículo de New York Times Di Cinto señala otro muro que, “con ladrillos, alambre de púas y acero”, divide el mundo: el de Melilla.

Medidas “inhumanas” para proteger las fronteras

El autor del texto destaca, tal y como ha comprobado El Confidencial Autonómico, que la medida de recuperar las concertinas retiradas en 2007 en esta frontera hispano-marroquí ha enfurecido a activistas de derechos humanos y líderes religiosos de toda Europa.

En concreto, recoge las duras palabras que el arzobispo de Tánger, el español Santiago Agrelo, pronunció en medio de la polémica sobre la alambrada de cuchillas: “Es un ataque a la integridad física de los inmigrantes: esas hojas cortan, hieren, mutilan […] Las aspas sólo causas dolor y muerte”.

 

El artículo del diario más prestigioso de Estados Unidos critica que “en un intento por controlar nuestras fronteras, hemos diseñado sistemas para herir físicamente a aquellos que los desafían. Las paredes actúan sobre la carne”.

Marcello Di Cintio escribe que muros “acorazados” como los de Melilla -“que han infligido lesiones graves a quienes trataron de pasar por encima”- explotan el umbral de dolor de los cuerpos de las personas que intentan cruzar a otros territorios. “Debemos afrontar la inhumanidad que elegimos para defender nuestras fronteras, y ver la barbaridad que estamos haciendo con los alambres de cuchillas”.

Video del día

Feijóo ironiza con la última encuesta del CIS: "Cuanta más corrupción
en el PSOE, parece ser que más suben en las encuestas"
Comentarios
Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato