El Partido Popular en Cataluña mostró su división hace unas semanas por las consecuencias de la decisión de Alberto Núñez Feijóo de mantener la militancia a Xavier García Albiol tras la apertura de juicio oral en su contra, por permitir presuntamente la instalación de forma irregular de unas antenas de telefonía en la comisaría de la Guardia Urbana en Badalona siendo él alcalde y concejal de Urbanismo.

La Fiscalía había pedido para el político popular dos años y diez meses de prisión, así como una inhabilitación para cargo público durante una década. Pero Génova decidió no aplicar los estatutos internos ni el código ético a Albiol, al entender que el ‘caso Antenas’ es un asunto administrativo que tendrán que dirimir los tribunales sin que sea necesario suspenderle de militancia.

Hay que recordar que Feijóo no quiso ser protagonista el pasado domingo al salir al balcón de la sede del PP. Y prefirió centrarse en poner en valor los éxitos de sus compañeros candidatos, que eran quienes se presentaban en estas elecciones. “Hemos tenido un resultado excepcional en todos los sitios”, celebró en público Feijóo.

Pero sobre el caso de Albiol, según pudo comprobar El Chivato, el líder del PP fue mucho más efusivo, alejado ya de los focos y las cámaras: “¡Hasta el de Badalona!”, “¡Hasta el de Badalona!”, se le escuchó gritar a Núñez Feijóo por los pasillos de Génova. Una reacción que sorprendió a los presentes que observaban atónitos la escena, acostumbrados al tono comedido y sosegado del líder gallego.

Hay que recordar que Xavier García Albiol ha ganado las elecciones en Badalona por cuarta vez consecutiva. Pero esta vez es distinto. Tras una campaña electoral a pie de calle y con el foco puesto en los problemas de la cuarta ciudad de Cataluña en número de habitantes, el dirigente del PP ha obtenido una mayoría absoluta aplastante e incontestable, que deja en muy mal lugar al resto de candidatos, sobre todo al alcalde, el socialista Rubén Guijarro.

Albiol había pedido ese apoyo mayoritario como la única fórmula que le iba a permitir gobernar. El resto de partidos había anunciado que, como hicieron en 2019, le vetarían si eran capaces de sumar entre ellos.