Elecciones 28M: las encuestas del PSOE anticipan que Trías gana, pero Collboni y Colau suman para gobernar Barcelona
El candidato socialista sería el segundo más votado y podría ser alcalde por uno o dos concejales
- Investidura por uno o dos escaños
- La política de bloques, clave de la batalla electoral
- Optimismo en Ferraz
A menos de tres semanas para las elecciones, Barcelona se perfila como la plaza más disputada del 28-M. Las encuestas internas de los partidos han reflejado un marcador ajustado los últimos meses. El exalcalde Xavier Trías, flamante fichaje de Junts per Catalunya, se sitúa en primera posición, pero en empate técnico con el aspirante del partido Socialista, Jaume Collboni. Ambos seguidos de la actual alcaldesa de la ciudad, Ada Colau, de Barcelona en Común. Los últimos sondeos que manejan en Ferraz revelan un resultado ajustado, pero con gobierno de Collboni apoyado por Colau, a la inversa de como viene sucediendo en las últimas dos legislaturas.
Investidura por uno o dos escaños
Los trackings de los socialistas son "muy ajustadas", tal y como admiten fuentes de la dirección socialista. Las encuestas internas anticipan que Trías quedaría como primera fuerza del Parlamento catalán, pero sumaría los escaños suficientes para la alcaldía. El PSC adelantaría a Barcelona en Común (que quedó por delante de los socialistas en 2019) y Colau obtendría la tercera posición, pero no a mucha distancia de Collboni.
Precisamente, que la formación liderada por la alcaldesa no se derrumbe es la clave para el pronóstico que hacen en Ferraz. Si sumasen sus concejales, un pacto entre socialistas y Colau daría la alcaldía a Collboni en la investidura. Sin embargo, los cálculos pueden varias en las próximas semanas porque los sondeos que manera la dirección nacional del PSOE dan una ventaja mínima: el bloque del PSC más el partido de Colau estaría tan solo uno o dos escaños por delante de la suma de Junts más Esquerra Republicana de Catalunya.
La política de bloques, clave de la batalla electoral
Más allá de los diputados que obtenga cada formación, los comicios al Ayuntamiento de Barcelona se leen en el contexto de una política de bloques. Los partidos progresistas no independentistas y las formaciones independentistas. Esta lógica de bloques ha venido funcionando en las últimas dos legislaturas.
Colau ganó en los comicios de 2015. Con 176.337 votos, Barcelona en Común obtuvo once concejales. Uno por delante de la ya extinta CIU, ahora reconvertida en Junts. El apoyo del PSC, que se situó como quinta fuerza con cuatro concejales, por detrás de Ciudadanos y ERC, fue clave para que Colau alcanzara la alcaldía. También votaron a favor de su investidura ERC y la CUP, que rechazaban apoyar a CIU después de los escándalos de corrupción se sacudieron al partido.
Sin embargo, en los últimos comicios el mapa electoral dio un vuelco. ERC ganó las elecciones con diez concejales y Colau cayó al segundo, con mismos ediles pero menos votos. El PSC escaló hasta la tercera fuerza y volvió a ser llave de Gobierno: las fuerzas independentistas, de nuevo, perdieron la alcaldía en favor de Colau, que pudo repetir como regidora aunque, esta vez, incluyendo al PSC dentro Ejecutivo municipal.
Optimismo en Ferraz
Esta retahíla de apoyos de los socialistas a la formación de Colau hace que los socialistas confíen en que Colau apoyará un Gobierno liderado ahora por el PSC. A expensas de decidir si Barcelona en Común entraría en el Ejecutivo municipal. "Hay muchas posibilidades de que Barcelona vuelva a tener un alcalde socialista", afirman en la cúpula nacional del PSOE, conscientes de que Colau no apoyará que la alcaldía recaiga en manos de Junts.
Si Collboni consigue ese acuerdo, daría un paso de gigante para que un miembro del PSOE volviera a gobernar la ciudad condal. La aritmética parlamentaria, en base a las encuestas que manejan en Ferraz y las publicadas en las últimas semanas, solo dejan lugar a dos escenarios en los que los socialistas podrían perder la alcaldía. La primera pasa porque Colau llegue a un acuerdo con Junts y ERC, algo que parece improbable. La segunda, porque la actual alcaldesa adelante, de nuevo, a los socialistas y quede como segunda fuerza.
Más lejana queda la posibilidad de que entre Junts y ERC alcancen una mayoría suficiente. Dos formaciones a la gresca a nivel nacional y autonómico: en septiembre, el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, líder de ERC, destituyó al vicepresidente, de Junts. Tres semanas más tarde, todos los miembros de la antigua CIU abandonaron el Ejecutivo catalán.
