El CNI reforzó su presencia en Cataluña tras el verano

El servicio de inteligencia ha incrementado el número de instalaciones que utiliza como sedes en Barcelona y otros puntos de la comunidad

Las banderas de España y Cataluña, en el Palau de la Generalitat.
Las banderas de España y Cataluña, en el Palau de la Generalitat.

“Sigue habiendo personal del CNI en Cataluña. De hecho, ahora hay más”.

Quienes lo afirman son fuentes conocedoras del funcionamiento del Centro Nacional de Inteligencia que, en contra de las informaciones que se han publicado en los últimos años, desde 2022, sobre una retirada de agentes en Cataluña (y en el País Vasco), corroboran que el CNI tiene personal en esta comunidad autónoma.

Dichas fuentes explican a Confidencial Digital que el servicio de inteligencia no ha dejado de operar en Cataluña, y que de hecho en los últimos meses ha aumentado la plantilla en esta zona de España, tan sensible por una combinación de elementos: el desafío independentista, el yihadismo, el crimen organizado, y también los movimientos de servicios de inteligencia hostiles.

“Retirada” de Cataluña y País Vasco

Desde el verano de 2022 se han publicado en distintos medios de comunicación noticias sobre una retirada de agentes del CNI que monitorizaban al independentismo radical en Cataluña y que en el País Vasco y en Navarra se dedicaban a vigilar a la izquierda abertzale que en su día era el sostén social de ETA.

Unas noticias hablaban de retirada de agentes, y otras hablaban de reorientación a otras misiones

En algunos casos parecía sugerirse que la vigilancia sobre los movimientos independentistas había desaparecido de la lista de misiones del CNI, que aprueba anualmente el Gobierno mediante la Directiva de Inteligencia, mientras que otras informaciones eran más tajantes sobre una desaparición total de la estructura del Centro Nacional de Inteligencia en esas comunidades autónomas.

No obstante, también se habló de planes para volver a estas comunidades tras las elecciones generales del 23-J, si llegaba al Gobierno el Partido Popular, que había criticado duramente la supuesta retirada del CNI de Cataluña y País Vasco.

Sí hay miembros del CNI en Cataluña

Estas informaciones causaron una gran sorpresa en ámbitos de inteligencia, que aún hoy se preguntan por el origen de dichas noticias.

En cualquier caso, distintas fuentes confirman a ECD que actualmente, en estos primeros meses de 2024, hay personal del Centro Nacional de Inteligencia en Cataluña, que opera en distintos ámbitos de interés para la seguridad nacional.

 

No sólo eso. Quienes conocen de cerca el trabajo del CNI revelan que en los últimos meses ha aumentado la presencia de agentes del centro que trabajan en Cataluña.

Más infraestructuras

El incremento de personal del servicio de inteligencia en esta comunidad se ha concretado, por ejemplo, en que el CNI ha aumentado el uso de infraestructuras en Cataluña para que sus miembros realicen en ellas el trabajo de despacho y como centros operativos.

A partir del pasado verano, el servicio comenzó a buscar más instalaciones, y progresivamente fue aumentando su presencia: principalmente en Barcelona, pero también en las otras provincias catalanas.

Confidencial Digital conoce algunos otros detalles sobre los lugares que en los últimos meses han comenzado a utilizar en Cataluña los miembros del Centro Nacional de Inteligencia. Pero ha optado por no publicar más datos sobre estas instalaciones, por motivos de seguridad.

El CNI sólo tiene una sede “pública”, sus instalaciones centrales a las afueras de Madrid, junto a la autovía A-6. Allí trabajan buena parte de sus miembros.

En toda España

Sin embargo, el Centro cuenta con personal desplegado en otros puntos de España, además de en distintos lugares del extranjero. Se suele dar por hecho que el servicio de inteligencia cuenta con representantes en cada comunidad autónoma.

La Ley 11/2002, de 6 de mayo, reguladora del CNI, establece en el artículo 5 que “las actividades del Centro Nacional de Inteligencia, así como su organización y estructura interna, medios y procedimientos, personal, instalaciones, bases y centros de datos, fuentes de información y las informaciones o datos que puedan conducir al conocimiento de las anteriores materias, constituyen información clasificada, con el grado de secreto, de acuerdo con lo dispuesto en la legislación reguladora de los secretos oficiales y en los Acuerdos internacionales o, en su caso, con el mayor nivel de clasificación que se contemple en dicha legislación y en los mencionados Acuerdos”.

Por ello, el centro es especialmente celoso en proteger, tanto la información sobre su organización y estructura interna, como acerca de sus instalaciones.

La amenaza del independentismo violento

Esa prevención, que es general, sobre cualquier lugar que utilice el CNI para sus actividades, se extrema en el caso de Cataluña.

Los independentistas más radicales la tienen tomada con la Guardia Civil, la Policía Nacional e incluso las Fuerzas Armadas. Los consideran “fuerzas de ocupación”, y por eso organizan en ocasiones escraches, pintadas, manifestaciones, incluso algunos grupos amenazan sus instalaciones con lanzamientos de fuegos artificiales y mensajes intimidantes.

En la operación de la Guardia Civil que desarticuló en 2019 el Equip de Resposta Tàctica, formado por miembros de los Comités de Defensa de la República (CDR), que estaban manejando precursores de explosivos, se encontraron unos planos de un cuartel de la Guardia Civil en un municipio de la provincia de Barcelona.

La investigación sacó a la luz que este grupo independentista especialmente preparado para utilizar la violencia contaba con documentos referidos a otras instalaciones de las Fuerzas de Seguridad y de las Fuerzas Armadas.

Además de posibles actos violentos, los miembros de los órganos vinculados a la seguridad del Estado que trabajan en Cataluña se ven también sometidos a la presión social, sobre todo en los lugares donde el independentismo goza de mayor hegemonía. Militaresguardias civiles, policías nacionales notan en algunos casos la hostilidad de los más radicales.

El Govern trató de descubrir agentes del CNI

La amenaza especial del sector radical y violento del independentismo en Cataluña no es el único motivo que lleva al CNI a ser especialmente cuidadoso en proteger la información sobre su despliegue territorial en esa comunidad.

Oficialmente, la relación entre los Mossos d’Esquadra y el CNI, así como con la Guardia Civil y la Policía Nacional, es estrecha y de colaboración, sobre todo en materia antiterrorista y contra organizaciones criminales.

Pero las tensiones políticas por el proceso independentista provocaron en el pasado situaciones de auténtico enfrentamiento soterrado. Tal y como se contó en estas páginas en 2013, el por entonces director del Centro Nacional de Inteligencia, Félix Sanz Roldán, reveló que la red diplomática de la Generalitat de Cataluña en el extranjero tenía orden del Govern de investigar la identidad de los agentes del CNI desplegados en embajadas españolas.

A eso se añadía el interés de mandos de los Mossos por identificar a los miembros del servicio que trabajaban en Cataluña. Incluso se llegó al extremo de que TV3 desvelara la ubicación de una presunta sede operativa del CNI en Barcelona.

Directiva de Inteligencia

Como se ha indicado, en 2022 y 2023 se publicaron distintas noticias sobre la retirada de agentes del CNI que en Cataluña estaban dedicados a controlar los movimientos del independentismo catalán.

Esa supuesta retirada se habría producido en el contexto de los pactos que mantienen el PSOE y Sumar con Esquerra Republicana de Catalunya y Junts, dos partidos independentistas que facilitaron la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno.

También se apuntó que de la Directiva de Inteligencia se había eliminado la misión de monitorizar al independentismo en Cataluña. Y que a partir de entonces serían sólo la Guardia Civil y la Policía Nacional, con sus servicios de información, quienes controlarían al sector violento del independentismo.

La ley que regula el CNI establece que “el Gobierno determinará y aprobará anualmente los objetivos del Centro Nacional de Inteligencia mediante la Directiva de Inteligencia, que tendrá carácter secreto”.

Esos objetivos anuales los propone la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos de Inteligencia (integrada por distintos ministros), y los aprueba el Consejo de Ministros, en un documento con el nivel más elevado de clasificación de la información: Secreto.

Yihadismo, mafias, tráfico de armas...

Fuentes consultadas por Confidencial Digital, que están al tanto del trabajo del CNI en Cataluña, apuntan que las misiones del centro abarcan muchos ámbitos más allá del secesionismo.

Sin duda, el terrorismo yihadista es una de las amenazas más graves para la seguridad nacional de España, y por ello el Centro Nacional de Inteligencia dedica buena parte de sus esfuerzos a vigilar a sospechosos de radicalización yihadista.

En Cataluña se concentran buena parte de las operaciones policiales para detener a sospechosos de terrorismo, y eso desde hace años, antes de los atentados en Barcelona y Cambrils de agosto de 2017, en los que una célula yihadista asesinó a 16 personas.

Además, Barcelona es un punto internacional de tránsito destacado, y el hecho de ser una comunidad fronteriza con Francia, y con costa, hacen de Cataluña un lugar por el que se mueven personas vinculadas con distintos tipos de crimen organizado: mafias, redes de tráfico de armas...

Sobre los ámbitos delictivos antes citados, el CNI suele mantener cierta actividad.

Contrainteligencia ante espías extranjeros

Barcelona y Cataluña son también puntos importantes en asuntos de inteligencia de ámbito internacional, apuntan las fuentes consultadas por ECD.

Y sobre el CNI recae una misión fundamental: las tareas de contrainteligencia para vigilar y neutralizar las actividades hostiles que realizan en España servicios extranjeros.

Los informes anuales de seguridad nacional muestran desde hace años una tendencia creciente en el índice de actividad de los servicios de inteligencia extranjeros en España. Este índice lo elabora el Centro Nacional de Inteligencia, y se publica en el capítulo dedicado a “Contrainteligencia” o “Espionaje e injerencias extranjeras” en cada Informe Anual de Seguridad Nacional.

Militar, económico, tecnológico...

Tras el pico máximo de 2017, es decir, el año de la intentona secesionista en Cataluña, 2020 y 2021 ofrecieron nuevas cifras récord: la contrainteligencia española detectó cada vez más movimientos en España de espías extranjeros.

Estos informes revelan que “los intereses españoles que pueden verse afectados por una acción agresiva de un HOIS [servicio de inteligencia hostil] incluyen los ámbitos político, diplomático, militar, económico/empresarial, tecnológico o científico”.

Además, los servicios de inteligencia hostiles “están interesados en España por su pertenencia a determinadas organizaciones, como la UE o la OTAN”.

Territorio Schengen

En muchas ocasiones, se mueven por España miembros de servicios de inteligencia hostiles con el objetivo de vigilar o perseguir “disidentes u opositores políticos, así como miembros de determinados colectivos, que pueden desembocar en actos violentos”.

Estas campañas de persecución han afectado a España, ya que “si bien en España no se han producido por el momento hechos de este tipo” (se decía en informes de hace años), los servicios de inteligencia sí han podido detectar que autores de esos actos de persecución a disidentes de los gobiernos de sus países, “han ingresado al territorio Schengen por ciudades españolas”.

También se da el caso de servicios de inteligencia que “no tienen como objetivo acceder a información relevante para los intereses españoles o de sus aliados, sino que utilizan el territorio español como base de operaciones para llevar a cabo acciones de inteligencia en otros países del entorno”.

Espías rusos del GRU

En 2022, el Gobierno de España expulsó a 27 ciudadanos rusos con acreditación diplomática que se encontraban en nuestro país. Fue una medida política, para responder a las denuncias sobre supuestas matanzas de población civil ucraniana en Bucha a manos de militares rusos.

Esa expulsión debió de tener un impacto directo en la capacidad de movimientos del espionaje ruso en España, porque precisamente en 2022 el índice de actividad de sus servicios de inteligencia se hundió al mínimo.

Si bien estas cuestiones de movimientos de espías suenen algo etéreas en los informes anuales de seguridad nacional, hay ejemplos concreto.

Vidal-Quadras

Episodios como el atentado a tiros contra el ex político del PP y de Vox Alejo Vidal-Quadras (en Madrid), y el reciente asesinato de un militar que desertó de Rusia por la guerra de Ucrania (en Villajoyosa, Alicante), precisamente han encendido las alertas sobre la posible actuación de servicios de inteligencia extranjeros en esos episodios, bien directamente, bien “subcontratando” los asesinatos a sicarios.

Las investigaciones judiciales en España y la publicación de nuevas revelaciones en Europa sobre la injerencia rusa en el proceso independentista catalán también han apuntado a que Cataluña es un territorio por el que se han movido en los últimos años numerosos espías (de ahí el pico de 2017).

Los diarios El Confidencial.com y El Periódico han publicado recientemente una investigación que reconstruye el paso por Cataluña de miembros del Departamento Central de Inteligencia o Glávnoye Razvédyvatelnoye Upravlenie (GRU), el servicio de inteligencia de las fuerzas armadas rusas.

Estos espías del GRU no sólo estuvieron en Cataluña en 2017, en torno al referéndum ilegal de independencia del 1 de octubre: sus “visitas” se remontan a 2014, y continuaron al menos hasta 2019.

Es misión del CNI intentar que ninguno de estos movimientos de espías extranjeros le pasen por alto, y buena parte de estas actividades se producen en Cataluña, tengan o no relación directa con el proceso independentista.

Pegasus y el cese de Paz Esteban

Precisamente la vigilancia sobre dirigentes independentistas provocó una crisis en el CNI. Los independentistas denunciaron que decenas de personas habían sido espiadas en sus teléfonos móviles con el programa de origen israelí Pegasus. Y apuntaron al CNI como responsable de ese espionaje tecnológico. 

La directora, Paz Esteban, compareció en la Comisión de Control de los Créditos Destinados a Gastos Reservados del Congreso de los Diputados, y según revelaron luego (algo que en teoría está prohibido) algunos diputados, Esteban mostró 18 autorizaciones que el Tribunal Supremo había concedido al Centro para intervenir las comunicaciones de otras tantas personas vinculadas al independentismo catalán.

La presión de Esquerra Republicana de Catalunya, sumada a los espionajes a los teléfonos de Pedro Sánchez y varios ministros, desembocó en el cese de Paz Esteban como directora del CNI.

Además, la ex directora del servicio de inteligencia está siendo investigada en un juzgado de Barcelona tras la denuncia del presidente de la Generalitat, Pere Aragonés, uno de los espiados.

Fue después de esa polémica de Pegasus cuando empezaron a surgir las informaciones sobre retiradas de agentes de inteligencia de Cataluña y el País Vasco, que se interpretaron como cesiones del Gobierno ante los independentistas.

Propuesta de Vox en el Congreso

A este respecto, es interesante un debate que se produjo en el Congreso de los Diputados sobre la presencia y la supuesta retirada del CNI del País Vasco y Cataluña.

Vox presentó en la Comisión Mixta de Seguridad Nacional una proposición no de ley en la que exigía “que se restablezcan y se incrementen los medios y el número de agentes del CNI en el País Vasco, Navarra y Cataluña, porque la amenaza de ETA y los separatistas golpistas es más fuerte que nunca, y que el Gobierno convoque al Consejo de Seguridad Nacional para restablecer la operatividad del CNI en esas regiones”.

Por el PSOE intervino José Antonio Rodríguez Salas, ex alcalde de Jun (Granada), un apoyo fundamental de Pedro Sánchez en su reconquista de la Secretaría General del PSOE. Esa cercanía motivó que, cuando Sánchez llegó a La Moncloa, Rodríguez Salas se incorporara al Departamento de Análisis de Presidencia del Gobierno.

Control de gastos reservados

Este diputado del PSOE fue muy duro con la proposición de Vox, y dejó algunas frases llamativas sobre si el CNI actúa o no en ciertas comunidades autónomas: “Por lo que he visto en su PNL, respecto a si lo que a usted le parece el CNI es por una información periodística que alguien ha dado en algún sitio —entre paréntesis, yo no veo a ningún miembro del CNI yendo a los bares, a los periódicos o a las televisiones a presentar quejas porque no se le deja actuar—, una agencia de inteligencia como el CNI tiene las facultades necesarias para hacer lo que tenga que hacer en el territorio, y otra cosa será lo relativo a las cuestiones puramente técnicas y las funciones que tienen que ir habilitándose en función de la logística que se necesite”.

Tras poner en duda la “retirada”, Rodríguez Salas atacó el propio debate: “Ahora mismo nos están viendo por esas cámaras, que creo que son cuatro — y se está emitiendo al mundo—, que estamos desarrollando una Comisión, por lo que no pretenderá que mostremos aquí cuáles son las infraestructuras que tiene el CNI por el territorio. No es práctico. ¿Sabe usted dónde hay que ver eso? Lo digo para que usted se documente y la próxima vez no caiga en errores como este: eso lo tiene que ver usted de la Comisión de control de los créditos destinados a gastos reservados”.

Presidencia del Gobierno llegó la solicitud de una ciudadana que pedía acceder a la “documentación realizada por el Presidente del Gobierno y remitida al Ministerio de Defensa solicitando dicha retirada de agentes del CNI de Cataluña y del País Vasco”.

La respuesta fue que “no procede la mera indicación de existencia o no de información remitida o recibida del CNI, habida cuenta de la clasificación legal expresa como secreto de todo lo relativo sus actividades”, incluidos aspectos como organización y estructura interna, medios y procedimientos, personal, instalaciones, bases y centros de datos, fuentes de información...

Una pantalla con horarios de distintos países en el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), en Madrid.
Una pantalla con horarios de distintos países en el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), en Madrid.

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