El ex líder de los GRAPO animó desde la cárcel a declarar ya la independencia de Cataluña

El Confidencial Autonómico ha podido consultar un escrito fechado a 28 de enero, pero que está circulando recientemente en foros de extrema izquierda y de apoyo a los presos de los GRAPO. Se trata de una carta que envió desde una de las prisiones de Puerto (en El Puerto de Santamaría, Cádiz) Juan García Martín.

Este terrorista fue detenido en 2006 en Reus (Tarragona) por la Guardia Civil y estaba considerado el máximo dirigente de esta organización terrorista de inspiración maoísta nacida en 1975. García Martín ha sido condenado, entre otros hechos, por el asesinato de la empresaria zaragozana Ana Isabel Herrero en 2006.

En la carta enviada a un amigo, el ex líder de los GRAPO señala que había seguido desde la cárcel con mucha atención el proceso de formación del gobierno de Cataluña: el 10 de enero, a pocos horas de cumplirse el plazo para volver a convocar elecciones, los diputados de Junts Pel Sí y la CUP en el Parlament invistieron a Carles Puigdemont en sustitución de Artur Mas.

Juan García Martín se centró sobre todo en analizar el papel de la Candidatura d’Unitat Popular (CUP), la formación anticapitalista secesionista en la que se apoyaron Convergència y Esquerra Republicana para seguir adelante con su hoja de ruta hacia la independencia.

Independencia-represión-revolución

El que fuera máximo dirigente de la banda terrorista de extrema izquierda destacaba en ese momento, pocas semanas después de la investidura de Puigdemont, que la deriva independentista podía servir para acentuar “la crisis política en que está metido el Estado español y sus instituciones, en unos momentos en que Madrid estaba con un gobierno en funciones y con escasas perspectivas de llegar a un acuerdo para formar otro a corto plazo”.

Por eso, Juan García Martín apostaba por que el Parlament hubiera llevado hasta el final los gestos unilaterales hacia la independencia. Así, pronosticaba el líder terrorista, el Estado “no tendría más remedio que echar mano de su recurso “natural”: la represión, con la que, por cierto, no dejan de amenazar desde Madrid”.

Y él apoyaba esta estrategia porque esa represión “abriría las perspectivas para otra clase de lucha organizada, tanto en Catalunya como en el resto de España, dejando de lado o como muy secundario la lucha institucional y retomando las movilizaciones de masas que quedaron frustradas por las ilusiones sembradas por los Podemos, Sortu, etc”. Esperaba que así el “proletariado revolucionario” saliera a luchar contra el sistema.

Tras lamentar que se dejara pasar la oportunidad de dar pasos más directos y contundentes hacia la independencia de Cataluña, el ex dirigente de la banda terrorista maoísta se dedica a cargar contra la CUP, a la que acusa de haber realizado un “verdadero harakiri político entreguista y cuasi liquidacionista”.

Acusa a la CUP de troskista

El terrorista internado en Puerto culpa de que la CUP se haya “entregado” a la alta burguesía catalana representada por Convergència Democràtica de Catalunya a “la presencia notoria de los troskistas en su seno, al lado de anarquistas, nacionalistas de izquierda, independentistas y, supongo, verdaderos comunistas”.

Los GRAPO, como grupo marxista-leninista, maoísta y denominado “antirrevisionista”, era contrario al troskismo, que postulaba integrarse en partidos socialistas y socialdemócratas.

El caso es que Juan García Martín acusaba ante sus seguidores a los troskistas de la CUP de haberse vendido a la burguesía catalana y por ello, lamenta que “las primeras actuaciones del nuevo Gobern van en la dirección de dar largas al “proces”, rehuyendo el enfrentamiento directo con Madrid”.

Sus acusaciones contra el troskismo se dirigen a otros fenómenos políticos: le acusa de haber llevado a la “actual claudicación y entreguismo de ETA” y estar actuando dentro de Podemos, a través de la corriente Anticapitalistas, en la que están Teresa Rodríguez y Miguel Urbán, por ejemplo.