“Estamos vendidos”. Compañeros y familiares de los cooperantes secuestrados en Mauritania piden al Gobierno una reacción ante la amenaza de Al Qaeda de matar a un ciudadano francés
El lunes, 11 de julio, Al Qaeda anunció que mataría al ciudadano francés capturado en Níger si en un plazo de quince días el Gobierno de Sarkozy no cumplía con sus exigencias. La amenaza de los terroristas ha sembrado el pánico en los familiares y compañeros de los cooperantes españoles secuestrados por los islamistas. "Nos enteramos de la noticia por la prensa: el Gobierno no nos avisó y sigue sin informarnos, por lo que cada vez estamos más asustados". Estas palabras pertenecen a un compañero de Albert Vilalta y Roque Pascual, raptados en Mauritania en noviembre de 2009. La misma fuente, consultada por El Confidencial Autonómico, reconoce que la ONG Barcelona Acción Solidaria se ha puesto en contacto con sus confidentes en Mali para recabar más información sobre la estrategia que está siguiendo Al Qaeda. Los informadores "están tan desconcertados como nosotros. No entienden esta maniobra de los terroristas cuando no hace ni tres meses que el francés fue secuestrado. Nos cuentan que la amenaza es el mecanismo de presión más utilizado por Al Qaeda, aunque los terroristas no actúan siempre de la misma forma". Efectivamente, según han recordado los confidentes de la ONG, el anterior ultimátum protagonizado por los terroristas tuvo como protagonista a la pareja italiana que fue secuestrada en diciembre de 2009. Al Qaeda puso un plazo de 20 días para cobrar el rescate, pero Italia no cedió al chantaje. Los islamistas no cumplieron con la amenaza de matar a los rehenes, que fueron liberados semanas después tras pagar el Gobierno de Berlusconi el dinero exigido por los terroristas. Sin embargo, también existen precedentes negativos: "en junio de 2009, sólo cinco meses antes de secuestrar a nuestros compañeros, Al Qaeda asesinó a un ciudadano británico al que apresó a comienzos de año porque Reino Unido no quiso liberar a un preso". Familiares y amigos de Pascual y Vilalta reconocen estar "con los dedos cruzados para que el próximo ultimátum no les tenga a ellos como protagonistas. Esta gente es impredecible y lo mejor que podría hacer el Gobierno es resolver este asunto cuanto antes: se van a cumplir ocho meses desde que fueron secuestrados y nadie ha durado tanto tiempo en manos de Al Qaeda".
