Catalunya Caixa traspasa su Obra Social a empresas privadas antes de convertirse en banco. Los trabajadores se han visto obligados a aceptar bajas incentivadas

La inminente conversión de la caja en banco, programada para el próximo mes de septiembre, ha acelerado el proceso de despido de empleados encargados de gestionar la Obra Social. La dirección de Catalunya Caixa ha traspasado esta actividad a empresas y fundaciones privadas.

Según ha podido saber El Confidencial Autonómico, la Obra Social de Catalunya Caixa ha comenzado a externalizarse, de forma acelerada, en las últimas fechas, debido al obligado cambio de estructura que deberá afrontar la entidad durante los meses siguientes.

Los 47 centros que la entidad poseía para esta actividad han dejado de contar con personal contratado directamente por la caja. De hecho, alguna de estas oficinas ya ha sido cerrada. Además, la gestión ha quedado en manos de entidades privadas, por lo que Catalunya Caixa se desvincula en gran medida de su propia Obra Social.

La mayoría de los empleados, asesorados por los sindicatos, aceptaron el despido con una indemnización en función de los años trabajados. Aquellos trabajadores con una antigüedad entre seis y doce años, pactaron recibir veinticuatro meses de su sueldo en bruto.

Además de este grupo de “despidos regulares”, existen otros trabajadores que no han recibido el mismo trato, ya que fueron despedidos por razones disciplinarias, poco antes de que se oficializara el proceso de regulación de personal. Este grupo, fue limitado a recibir un máximo de 45 días de sueldo por año trabajado, aunque no todos los trabajadores lo han aceptado

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