Llegó desde Estados Unidos, China y Rusia

El “CNI catalán” investiga el ciberataque contra el 9-N para emprender acciones legales

La hipótesis que baraja: no fueron hackers activistas, detrás estaba una organización potente, hicieron un ensayo en la Diada

Oriol Junqueras (ERC), de voluntario en una mesa de la consulta independentista del 9-N.
Oriol Junqueras (ERC), de voluntario en una mesa de la consulta independentista del 9-N.

El día de la consulta por la independencia de Cataluña y la víspera los servidores de la red informática de la Generalitat sufrieron un el mayor ataque cibernético de su historia. Varias webs del gobierno catalán se cayeron y Artur Mas denunció “el intento de algunos” para obstaculizar la votación del 9 de noviembre.

El ejecutivo catalán encargó de inmediato una investigación sobre este ciberataque al Centro de Seguridad de la Información de Cataluña -el Cesicat-, el organismo encargado entre otras cosas de proteger los sistemas informáticos de las instituciones catalanas y cuya supuesta labor de control de periodistas y activistas -denunciada por Anonymus- le ha valido ser conocido como el “CNI catalán”.

El Confidencial Autonómico ha podido conocer algunos detalles de la investigación que los informáticos del Cesicat están llevando a cabo para conocer con precisión el origen del ataque cibernático del 9-N.

Acciones legales contra los autores

Fuentes del Cesicat explican que, un mes después de ataque registrado durante la consulta sobre la independencia de Cataluña, la investigación sigue abierta. El objetivo principal, como ya se ha dicho, es conocer quién o quiénes estuvieron realmente detrás de los ataques de denegación de servicio (llamado DdoS) que consiguieron bloquear varias webs y redes internas de la Generalitat.

Según los resultados que se obtengan, éstos se harán públicos o no: desde el Centro de Seguridad de la Información de Cataluña aseguran que no siempre se revelan las conclusiones de este tipo de investigaciones.

Eso sí, se publicarán si finalmente pueden acusar en firme a alguna organización de estar detrás del masivo ataque cibernético: “En ese caso, veríamos qué medidas legales se podrían tomar”. Lo que no precisan a ECA es qué tipo de acciones judiciales podría emprender la Generalitat en este caso.

En todo momento las fuentes del Cesicat consultadas evitan acusar directamente al CNI o cualquier otro servicio de inteligencia español de ser el responsable del ataque virtual que, según el gobierno catalán, habría tratado de perjudicar la votación del 9 de noviembre.

Eso sí, los datos que ya han recabado los expertos del Cesicat y la hipótesis que baraja el “CNI catalán” apunta en esa dirección por varias razones. “Esto no fue un ataque de hacktivistas [grupos de hackers con objetivos políticos o sociales, como Anonymus], nadie lo reivindicó. Detrás había una organización potente”, explican las fuentes consultadas.

La Diada del 11-S, ensayo del 9-N

Entre los datos que ya se han recabado, se sabe que la mayoría de las miles de peticiones de servicio que recibieron los servidores y webs de la Generalitat -en eso se basan básicamente los ataques Ddos, en provocar un colapso con muchas peticiones- llegaron de ordenadores con servidores en Estados Unidos, China y Rusia.

Sin embargo, eso no significa que los autores reales se encuentren en esos países: según las investigaciones del Cesicat, estos ordenadores habrían sido utilizados por otros hackers profesionales para a su vez atacar las redes de la Generalitat. Para tratar de despistar sobre el origen y dejar menos huellas, es habitual que los autores de este tipo de acciones vampiricencon virus ordenadores de otros países alejados para desde ellos (llamados “zombies”) lanzar los ataques informáticos contra sus objetivos.

 

Por la complejidad y el tamaño del ciberataque recibido, las investigaciones del Cesicat apuntan a que detrás hubo “una organización potente, con unos objetivos claros y unas fechas claras” con alto significado político para el proceso independentista.

Se refieren a que los sistemas informáticos de la Generalitat no sólo sufrieron ataques el 9 de noviembre y la víspera, sino también el pasado 11 de septiembre, fecha de la Diada, cuando también hubo problemas en las redes de las instituciones catalanas: “Esto estaba preparado: por la Diada hicieron una especie de ensayo, para saber hasta dónde podían llegar el 9-N”.

La Generalitat trató de evitar los ordenadores

Ya la víspera del 9 de noviembre, el sábado día 8, se registraron ataques que dificultaron las tareas de preparación. Por ejemplo, desde el Departamento de Gobernación -encargado de organizar la consulta, aunque lo hicieran nominalmente “voluntarios”- explican a El Confidencial Autonómico que el sábado hubo momentos en los que no pudieron enviar notas de prensa porque todo su sistema informáticos se había caído.

Tras conocer los primeros ataques, los técnicos del Cesicat se afanaron en levantar barreras virtuales para defenderse de las instrusiones. La expectativa de que hubiera estos ataques informáticos fue una de las razones que llevó al gobierno de Artur Mas a que la comunicación de los resultados de la consulta desde los puntos de votación al centro de recogida de datos se hiciera por teléfono y no por ordenador. Los portátiles servían para identificar y registrar a los votantes.

El “CNI catalán” se ha dedicado también desde entonces a tratar de detectar los puntos más vulnerables de los sistemas informáticos de la Generalitat de Cataluña para reforzar las redes tratar de evitar un nuevo ataque masivo como este, aseguran las fuentes consultadas.

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