Arenys de Munt celebra el primer aniversario de su consulta soberanista con un monumento de dieciséis metros dedicado a quienes votaron. Ha costado 56.000 euros
El municipio catalán de Arenys de Munt, en Barcelona, se convirtió en el primero en organizar una consulta soberanista. Eso fue hace un año. Ahora, coincidiendo con el aniversario, las autoridades locales han colocado un monumento de dieciséis metros de altura para homenajear a quienes participaron en aquella votación. El 13 de septiembre de 2009, el pequeño municipio costero de Arenys de Munt -menos de 9.000 habitantes- fue portada de periódicos e informativos al convertirse en el primer pueblo en celebrar una votación popular sobre la independencia de Cataluña. Los resultados de aquella consulta estuvieron marcados por una baja participación -apenas llegaba al 41 por ciento-, aunque de los 2.570 votos registrados un 96 por ciento se mostró a favor de la independencia catalana. En este año, un total de 519 municipios organizaron consultas semejantes, siendo el 'sí' mayoritario en casi todas ellas, aunque igualmente marcadas por la baja participación -nunca superó el 50 por ciento-. Para conmemorar aquel acontecimiento, el ayuntamiento de Arenys de Munt -a iniciativa de su alcalde, Carles Mora- ha colocado en una plaza del pueblo un monumento. Según el Ayuntamiento, "se trata de un homenaje a los más de 60.000 voluntarios que contribuyeron a organizar las consultas y a las más de 500.000 personas que han ido a votar, y a los antepasados que nunca pudieron soñar en poder votar en un referéndum independentista". El monumento consta de cuatro columnas, la más alta de 16 metros, que representan los cuatro dedos de una mano y simbolizan las cuatro barras de la 'senyera', y están acompañadas por una gran piedra de 8 toneladas. La autoría de la obra es del artista Jaume Rodri y del estructuralista Josep Soler, y tiene un coste de 56.000 euros que el ayuntamiento esperan sufragar con donaciones tanto de ciudadanos como de empresas que quieran colaborar en el proyecto. "Se trata de un monumento majestuoso y a la vez austero" indican fuentes municipales.
