Los hosteleros celebran la suspensión de la ‘Nochevieja Universitaria’ en Salamanca
El alcalde se ha visto obligado a cancelar la fiesta tras las presiones del sector ante las posibles restricciones por el aumento de contagios
Hace apenas unos días la Nochevieja Universitaria peligraba ante el aumento descontrolado de contagios por coronavirus. Finalmente ha sido cancelada. Parte del sector hostelero ha formado parte de las presiones al alcalde de Salamanca para cancelar este evento que ha reunido en años anteriores a más de 20.000 universitarios.
Asimismo, desde la plataforma change.org se ha creado una recogida de firmas para que se diera marcha atrás ante un aumento previsible de casos de Covid-19. La Asociación de Hostelería se ha planteado un aplazamiento hasta que la situación sanitaria mejore.
Algunos hosteleros de los alrededores de la Plaza Mayor de la ciudad, afirman que les perjudica que se celebre este evento teniendo en cuenta la situación sanitaria que atraviesa España, según han confirmado a El Confidencial Autonómico. Por tanto y en caso de posible confinamiento, les restringiría el aforo y horarios en sus establecimientos.
La Nochevieja Universitaria, un dolor de cabeza para los hosteleros
La fiesta, que es tradición, ha mantenido en vilo al sector de la zona porque para ellos no les supone un beneficio económico. A ellos se ha unido la Asociación para para la Defensa de la Sanidad Pública (ADSP) que le han remitido al alcalde una carta mostrándole su preocupación ante la luz verde que dio el PP para celebrar Fin de Año.
El mismo que aseguraba que no tenía competencia para suspenderlo ya que lo había organizado la Asociación de Empresarios de Hostelería de Salamanca. Tras su cancelación el pasado año, este “macrobotellón” seguirá sin celebrarse, por lo menos legalmente en la plaza mayor de Salamanca, ya que lo consideran con un posible brote epidémico.
Aforo limitado y sin botellones
Desde que ocurriera la tragedia del Madrid Arena, el ayuntamiento de la región de Castilla y León, decidió limitar el aforo en el punto cero de la ciudad para evitar aglomeraciones. Desde entonces la policía se encarga de contabilizar el número de personas que acudían a los aledaños de la zona y sin alcohol -porque está prohibido- y también para fomentar el consumo en los bares.
