Así se gestó la llegada de la carta-protesta de los trabajadores de la central nuclear de Garoña a manos de Barack Obama: ‘Si Zapatero no nos escucha, quizás él lo haga’

Cuatro trabajadores de la central nuclear de Garoña entregaron ayer a las nueve de la mañana, una carta en mano al personal de la embajada de Estados Unidos con un único objetivo: que llegase a manos de Barack Obama. Pero no todo fue tan fácil. Alguien, desde Washington, desbloqueó el veto inicial a la misiva del consulado norteamericano en Madrid. Salieron del edificio con el compromiso de que el presidente norteamericano "la leerá". Los trabajadores de la central nuclear de Garoña confiesan que "están dispuestos a todo" por conseguir que el Gobierno central recapacite la decisión de cerrar las instalaciones. En su intento por atraer la atención de la opinión pública incluso han organizado una expedición a la cumbre del Aneto, el pico más alto de los Pirineos. El siguiente movimiento, e inaugurador de la campaña internacional en busca de apoyos, ha sido enviar una carta a Barack Obama, presidente de Estados Unidos, en la que le cuentan la historia de la central y piden su mediación en el conflicto. Sin embargo, hacer efectiva la entrega de la carta no fue un camino "fácil". Según han confesado a El Confidencial Autonómico el presidente del comité de empresa de Garoña, Alberto González, la embajada norteamericana en Madrid rechazó en un primer momento la recepción de la carta. "Su trabajo es expedir visados, no hacer de cartero" fue la respuesta que recibieron. Pero no se dieron por vencidos y enviaron la carta por email a un buzón de correo electrónico de Washington, donde alguien cercano a Obama le leyó e inmediatamente se puso en contacto con delegación estadounidense en Madrid para transmitir una consigna: La carta debía ser entregada en mano por los trabajadores y posteriormente reenviada a Washington. Cumpliendo estos planes, cuatro trabajadores de Santa María de Garoña se personaron a las nueve de la mañana de ayer en las dependencias de la embajada norteamericana en Madrid, donde les recibió un alto funcionario. "Nos dijeron que la carta les parecía anecdótica, que estaba muy bien, una buena carta y más ahora en tiempos de crisis. Nos dijeron que Obama la leería" aseguran desde el comité de empresa de la central. Obama se ha convertido en la mayor esperanza para estos trabajadores, ya que la clase política española apuesta en su mayoría por cerrar las instalaciones. Los empleados afectados consideran que el presidente norteamericano supo lidiar bien con las plataformas antinucleares y consiguió una moratoria para varias plantas de EE.UU. "Su compromiso con las nucleares y con las renovables nos parece un acierto" indican. En la carta también se incluía una invitación para que Obama conozca las instalaciones de Garoña. Ahora sólo les queda esperar la respuesta de Washington.

 

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