Volcán de La Palma: 400 afectados por depresión severa

Hace dos años, la isla de La Palma protagonizó uno de los mayores desastres naturales. La erupción del volcán posteriormente bautizado como Tajogaite dejó a 7.000 personas sin hogar. Hoy, muchos palmeros siguen sin poder reorganizar su vida. 

El volcán situado en el Parque Natural de Cumbre Vieja entró en erupción el 19 de septiembre de 2021. Poco después se tuvo que desalojar a más de 7.000 personas, evacuados en el Valle de Aridane. De ellos, 1.300 continuaban desalojados en julio de 2023 y más de 12.000 han pedido indemnizaciones por daños al consorcio de seguros.

La lava sepultó más de 3.000 construcciones, incluyendo 1.346 viviendas, y más de 300 hectáreas de cultivos en producción, en su mayor parte plataneras, principal motor económico de la Isla Bonita.

La erupción más larga de la historia de la isla 

El suceso ha pasado a la historia como la erupción más larga de la historia de la isla, durante 85 días, la tercera del archipiélago canario. 

Fueron arrasadas 1.219 hectáreas y 73,8 kilómetros de carreteras quedaron dañados. Municipios como El Paso, Villa de Mazo, Llanos de Aridane y Fuencaliente tuvieron que ser evacuados, al menos parcialmente. Se estima que alrededor de 2.000 personas se han ido de la isla.

Iniciativa popular para una Ley de Volcanes

Desde la Plataforma de Afectados por el Volcán 2021, consideran que la solución está en la aprobación de una Ley de Volcanes para Canarias. Han recogido las 15.000 firmas necesarias y presentarán en septiembre el proyecto ante el Parlamento autonómico. Esta iniciativa pone el foco en el ámbito habitacional. Desde la plataforma se considera que la situación “solo se podría resolver a través de la compra del Gobierno al precio de mercado”.

La iniciativa legislativa popular (ILP) de la Ley de Volcanes recoge una serie de derechos para la población afectada por erupciones volcánicas futuras (pero también, con carácter retroactivo, para la de 2021 en el Valle de Aridane), con el fin de garantizar su recuperación socioeconómica. Los palmeros consideran que la legislación vigente no está preparada para dar una respuesta rápida y eficaz a las familias y empresas damnificadas por una catástrofe natural como la que ha golpeado a La Palma. 

En el caso de Tenerife, la planificación del riesgo aprobada por el Cabildo contempla que más de 60.000 personas viven en zonas de amenaza alta o muy alta de riesgo volcánico.

2.182 atenciones de Cruz Roja

‘Cruz Roja Te Escucha La Palma’ ha dado respuesta a nivel psicológico a todos los afectados por el volcán desde prácticamente el inicio de la erupción. Este servicio ofrece tanto un acompañamiento que facilite el desahogo emocional de la persona afectada, como una atención psicológica especializada. 

En dos años, ha tratado a 331 personas en un total de 2.184 atenciones. Estas personas tienen una problemática muy variada: sintomatología depresiva, sintomatología ansiosa, problemas con la gestión del miedo, dificultades en el manejo de la incertidumbre…

Además, “desde que comenzó el volcán, la problemática de la población ha ido cambiando con el tiempo”, explican los especialistas. En un principio predominaban problemas en la gestión de las emociones, la tristeza por la pérdida, el miedo y la incertidumbre. Pero, en la actualidad el enfado, la rabia, y de nuevo la incertidumbre, son los aspectos que se encuentran de manera más común, generando, en muchos casos, problemas más relacionados con el manejo de la ansiedad.  

Desde Cruz Roja admiten que alrededor del 80% de las atenciones realizadas este año con personas adultas han sido mujeres, “en general mayores de 50 años”. 

Las ayudas no terminan de llegar

Hace varios días, durante la rueda de prensa después de la ronda de consultas con el rey, Cristina Valido García, diputada de Coalición Canaria, insistía en que el millón y medio de euros prometido por el Gobierno en funciones para la atención a la salud mental de las familias palmeras no ha llegado. 

ECD ha sabido que desde el inicio de la erupción los ayuntamientos pusieron en marcha un servicio de atención psicológica con entidades. Sin embargo, este servicio ya no está activo, pero los afectados siguen necesitándolo. 

Desde la Plataforma de Afectados por el volcán de La Palma, lamentan que se ha instalado el olvido en la mente de los políticos. Juan Fernando Pérez, presidente de la asociación, asegura a ECD: “las secuelas realmente no se han podido restaurar o bien por falta de dinero o bien por falta de tiempo o bien por dejación”.

El Gobierno central prometió una ayuda de 60.000 euros por inmueble, “que ha cobrado bastante gente”, y en abril prometió otros 30.000 euros de los que “han llegado aproximadamente la mitad”. Pérez afirma “se proponen medidas de urgencia, pero no terminan de llegar”. 

En cuanto a las viviendas, las alternativas habitacionales que se han ofrecido desde las instituciones “no reúnen las condiciones de habitabilidad dignas” lamenta el presidente. Lo más razonable que se ha ofrecido han sido unas casas de madera pero que, aunque estas cumplen las condiciones básicas, son “para unos años, no para toda la vida”.  

Según los últimos datos recogidos por el Gobierno de Canarias, desde diciembre de 2021 hasta julio de 2022 se atendieron a más de 3.000 personas, lo que supone 1.000 más que durante los tres meses que duró la erupción. Los profesionales advirtieron un incremento en las peticiones puntuales de consulta debido a la entrega de las casas contenedores. 

Desde Arystone Properties S.L. afirman que la única ayuda recibida ha sido que los ayuntamientos no cobran las tasas de las licencias. Sin embargo, pronto, en diciembre, las licencias para construir en suelo rústico van a vencer y muchas personas siguen sin tener casa o terreno en el que construir.

Asimismo, las ayudas muchas veces no son suficientes para pagar el proyecto y la construcción de una nueva vivienda. El 26 de julio de 2023 se aprobó en el Congreso la prórroga de medidas de apoyo a La Palma hasta final de año, lo que significa, por ejemplo, la prolongación de la suspensión de las obligaciones de pago de intereses e hipotecas.

Todavía muchas personas siguen viviendo en hoteles o en casa de familiares y amigos. Hay más de 7.000 afectados directamente y muchos más de manera indirecta.

Entre los que perdieron su primera vivienda, más de un millar, algunos han conseguido un alquiler, otros viven con familiares o han conseguido algunas de las casas modulares que ha entregado el gobierno, pero, en enero de este año, todavía 139 personas siguen viviendo en la habitación de un hotel y ninguno ha podido recuperar por completo su vida.

Cuando lo provisional se vuelve definitivo 

María José Ochoa Gipec, coordinadora del Grupo Psicológico de Intervención en Emergencias y Catástrofes del Colegio Oficial de Psicólogos de Aragón, explica el impacto que un desastre de estas características puede tener en una persona a través de una metáfora: igual que el volcán por fuera puede parecer tranquilo, por dentro está despierto; pues una persona puede parecer tranquila por dentro, pero estar mal en lo profundo. 

Los psicólogos han descrito el proceso de los afectados por el volcán como “un duelo”. Han perdido su día a día y adaptarse a un cambio tan completo supone un gran esfuerzo. 

Darío García, psicólogo de La Palma Psicología, especialista en psicología comunitaria y psicólogo del ayuntamiento de Fuencaliente en el momento de la erupción, enumera las fases del duelo: en primer lugar, shock; después, negación; a continuación, enfado; y, por último, desesperanza. No obstante, este proceso no tiene por qué ser lineal.

García asegura que el volcán no es la causa principal de las dolencias de los pacientes, sino que fue el detonante de otros problemas sobre los que magnificó la sintomatología. Ochoa Gipec describe síntomas como depresión, angustia, insomnio, echar en falta a seres queridos…

Ochoa Gipec explica que la pérdida de la vivienda implica la pérdida de recuerdos y del lugar de seguridad, es decir, de aspectos irremplazables en tu vida. “Buscar un nuevo lugar de seguridad es un proceso difícil”. García señala que supone también una pérdida de la memoria colectiva ya que barrios enteros han quedado sepultados por la lava. 

Juan Fernando Pérez, presidente de la Plataforma de Afectados por el volcán, y persona que padeció una depresión severa, cuenta que su familia se vio obligada a vivir diez meses en una habitación. Los psicólogos coinciden en que esto provoca una pérdida de intimidad, de autoestima y de dignidad. “El espacio es fundamental para los seres humanos”. Además, detona conflictos familiares y problemas de convivencia. 

La incertidumbre y la frustración son los sentimientos más comunes entre los afectados. Algunos se sienten abandonados por el sistema, lo que les provoca enfado, frustración e ira. Ochoa Gipec explica que estos sentimientos pueden ser expresados hacia fuera a través de la rabia o hacia dentro pudiendo derivar en una depresión.  

Los afectados por el volcán de La Palma lloran los recuerdos del pasado y se preocupan por el futuro. “Lo provisional se va alargando y eso es muy cansado de llevar”, asegura Ochoa Gipec. “Es difícil aceptar que tu vida va a ser así, que no va a mejorar”, afirma la psicóloga. 

García expone que no saber cuándo van a llegar las soluciones permanentes genera ansiedad. “Tener rutinas, saber las fechas, es fundamental para todos; hasta para los niños más pequeños”. La incertidumbre no permite cerrar y rehacer el día a día. 

Los grupos más afectados son los más mayores, García señala “cuanta más edad, más severo” porque no pueden acceder a un trabajo o a una hipoteca.  Los menores pueden verse afectados por un mal entorno familiar ya que se refleja el ambiente en casa, cómo estén los padres, advierte Ochoa Gipec.

García narra que suelen tener más recuerdos emocionales de los temblores y los perros ladrando durante la erupción, pero que no son conscientes del impacto de la catástrofe en sus vidas “van entendiendo a medida que crecen”.