El Gobierno frena el traspaso a Marruecos de la gestión del espacio aéreo del Sáhara por el adelanto electoral, que ahora controla desde Canarias

Ha trasladado la decisión a Mohamed VI y el cambio de postura de Moncloa ha provocado un aumento de la presión de Rabat sobre Ceuta y Melilla

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i) y el jefe de Gobierno del Reino de Marruecos, Aziz Akhannouch (d), tras el acto de firma de acuerdos tras la reunión plenaria de la XII Reunión de Alto Nivel Marruecos-España.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i) y el jefe de Gobierno del Reino de Marruecos, Aziz Akhannouch (d), tras el acto de firma de acuerdos tras la reunión plenaria de la XII Reunión de Alto Nivel Marruecos-España.
  1. Dudas con el cambio de Gobierno
  2. El espacio aéreo del Sáhara
  3. Freno a la gestión del espacio aéreo
  4. Incumple la legalidad internacional
  5. Los drones ilícitos de Marruecos
  6. Vuelve la presión sobre Ceuta y Melilla
  7. No se cumple la hoja de ruta
Campamento saharaui.
Campamento saharaui.

Marruecos ha concedido un año de calma a España antes de comenzar a ejercer presión de nuevo. Ha retomado la ofensiva después de que Rabat haya recibido la confirmación de Moncloa de que España va a frenar el traspaso de la gestión del espacio aéreo del Sáhara Occidental. Un pacto que alcanzó Pedro Sánchez con Mohamed VI hace cuatro meses.

De forma unilateral, Sánchez cambió hace poco más de un año la postura de España sobre el Sáhara en una carta que remitió a Mohamed VI, con la que selló la ‘paz’ tras una grave crisis bilateral entre ambos países, con episodios tan destacados como el ingreso hospitalario en Logroño del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, y la posterior irrupción de miles de personas en Ceuta por vías irregulares.

Desde Rabat han comenzado a analizar con incertidumbre qué pasará con la hoja de ruta pactada con Sánchez. Mohamed VI ya conoce la postura de Moncloa, que en aras de la buena vecindad abandonó la histórica neutralidad de España sobre el Sáhara. No sabe con qué postura negociadora se encontrará ante un posible Ejecutivo PP-Vox, aunque tiene la certeza de que, independientemente del color del gobierno, todos quieren una frontera en paz.

Ni PP ni PSOE quieren que las relaciones con Marruecos se tuerzan hasta el punto al que se llegó durante la época de la ex ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, al frente del departamento, cuando más de 10.000 inmigrantes saltaron la frontera del Tarajal.

Dudas con el cambio de Gobierno

Con el adelanto electoral y la posibilidad de un cambio de gobierno, fuentes diplomáticas han empezado a alertar sobre las dudas acerca del futuro en las relaciones a ambos lados del Estrecho. 

Por el momento, lo único que ha declarado Alberto Núñez Feijóosobre este tema en público es que se propone recuperar las buenas relaciones con Argelia, muy debilitadas por el giro respecto al Sáhara. 

El espacio aéreo del Sáhara

Desde hace décadas, el espacio aéreo del Sáhara está gestionado desde las Islas Canarias, como establece la Organización de Aviación Civil Internacional, de la ONU. La gestión corre a cargo de ENAIRE, empresa pública adscrita al Ministerio de Transportes. Y lo controla de facto España, por la condición de Estado que ejerce el Protectorado sobre el territorio.

En el marco de las nuevas relaciones de Sánchez con Marruecos, Moncloa reconoció hace unos meses que había iniciado conversaciones con Rabat para el traspaso de la gestión del espacio aéreo en el Sáhara Occidental y la coordinación entre ambas partes con el objetivo de conseguir una mayor seguridad en las conexiones y cooperación técnica.

Freno a la gestión del espacio aéreo

Ahora, fuentes diplomáticas confirman a Confidencial Digital queel Gobierno ha decidido frenar, por el adelanto electoral y el final anticipado de la legislatura, el traspaso a Marruecos de la gestión del espacio aéreo del Sáhara que ahora controla España desde Canarias. 

 

Ha trasladado ya la decisión a Mohamed VI y el cambio de postura de Moncloa ha provocado un aumento de la presión de Rabat sobre Ceuta y Melilla.

Incumple la legalidad internacional

Además, el Gobierno sabe que España es potencia administradora, no propietaria del espacio aéreo saharaui. Por tanto, a efectos de la legalidad internacional, España no ostenta ningún permiso para decidir si ceder o no la gestión a Marruecos pese a que Pedro Sánchez se lo prometió hace cuatro meses a Mohamed VI.

El espacio aéreo del Sáhara pertenece a la FIR/UIR (Región de Información de Vuelo Superior) del Centro de Control Aéreo de Canarias desde que O.A.C.I. (Organización de Aviación Civil Internacional), que controla el tráfico aéreo en esta zona de la misma forma en la que se realiza en el resto de los sectores del espacio aéreo designado a esa Dirección Regional de Canarias de ENAIRE, sin que exista diferencia alguna.

Los drones ilícitos de Marruecos

Según la legalidad internacional, la gestión del espacio aéreo del Sáhara ocupado corresponde a España como potencia administradora. Sin embargo, Marruecos usa este espacio ilícitamente, en los últimos años, también con drones.

Controla sin derecho, de facto, la parte del Sáhara ocupada ilícitamente hasta este momento. Como ejemplo, en diciembre de 2021, un Boeing C-17 Globemaster III de la Fuerza Aérea Catarí sobrevoló el espacio aéreo saharaui y aterrizó en el aeropuerto de El Aaiún

Esta aeronave en concreto (código de vuelo LHOB250), utilizada para el transporte de equipo militar pesado, ya llamó la atención de la prensa italiana en junio de 2022 por sus continuos vuelos de naturaleza “secreta”

Igualmente, las imágenes de satélite de Google Maps muestran cazas de combate marroquíes estacionados en el aeropuerto de El Aaiún.

Vuelve la presión sobre Ceuta y Melilla

Tras el freno al traspaso a Marruecos de la gestión del espacio aéreo del Sáhara, fuentes diplomáticas no pasan por alto que, mientras España habla de que la apertura de la aduana comercial en Ceuta ratifica un cambio de postura de Mohamed VI sobre el respeto a las ciudades autónomas, Rabat presentó hace unas semanas una queja formal contra Margaritis Schinas, vicepresidente de la Comisión Europea de Inmigración, por sus “declaraciones hostiles sobre las ciudades marroquíes de Ceuta y Melilla desde mayo de 2021”, recalcando que el reino alauita no ha cambiado su postura.

La nota verbal fue interpuesta en Rabat ante la Delegación de la Unión Europea, a la que España respondió con otra queja formal.

Las fuentes consultadas por ECD destacan que este intercambio de reclamaciones pone de manifiesto que las aspiraciones de Pedro Sánchez en su relación con Marruecos resultan difíciles de conseguir. Y lo atribuyen sobre todo ahora al frenazo de las conversaciones para el traspaso a Rabat de la gestión del espacio aéreo del Sáhara.

No se cumple la hoja de ruta

Hay que recordar que Mohamed VI apaciguó las relaciones diplomáticas con España el 19 de abril del año pasado, con la firma de un acuerdo conjunto en el que ambos países sellaron la hoja de ruta de la nueva relación de vecindad.

Pero los problemas han regresado en los últimos meses, por ejemplo, con el plazo del cumplimiento de algunas de las medidas del acuerdo. Uno de los hitos de la nueva hoja de ruta era abrir una aduana comercial en Ceuta por primera vez en la historia de las relaciones. 

No tanto por tener un nuevo lugar de importación terrestre que se sumaba a la aduana de Melilla, sino porque, para Exteriores, que Marruecos aceptara estas fronteras suponía reconocer que son territorio español y abandonar la reivindicación de las dos ciudades autónomas como parte de su territorio.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el rey Mohamed VI durante una cena en Rabat.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el rey Mohamed VI durante una cena en Rabat.

Video del día

Detenida en Madrid una kamikaze borracha y
con un kilo de cocaína en el maletero
Comentarios
Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato