La plaga de la patata arrasa las cosechas de Asturias: alerta máxima por la presencia de polillas
Se ha prohibido por ley plantar más tubérculos en la región mientras persista la amenaza. El Principado está destruyendo la producción infectada
La Tecia solanivora, o polila Guatemalteca, es la responsable de la alerta agrícola que amenaza con acabar con toda la producción de patata asturiana. La infección ya ha alcanzado las huertas de decenas de concejos, y las autoridades temen que sea imparable en aquellas que han sido puestas en cuarentena. Mientras, Galicia y Cantabria estudian cómo frenar la ‘invasión’ del insecto.
La polilla Guatemalteca se come la patata por dentro. Cuando esta se abre, el interior aparece negruzco y podrido. Eso es lo que se han encontrado los agricultores asturianos cuando han comprobado que sus cosechas han sido arrasadas por el insecto.
De hecho, tal y como ha sabido ECA, a los agricultores de la región se les está pidiendo la documentación para crear un registro sobre las semillas que adquieren, para evitar que nadie se salte la cuarentena: está prohibido plantar patatas en toda Asturias.
Los municipios afectados recibirán próximamente la visita de unidades sanitarias de la consejería de Desarrollo Rural y Recursos Naturales del Principado. Su consejera, María Jesús Álvarez, ha confirmado que la recogida de patatas afectadas para su destrucción comenzará este mismo jueves.
La consejera ha explicado, además, que se modificará la resolución que regulaba el control de la plaga tras aparecer cultivo afectado en una parcela particular de Gijón, para incluir esa zona. Igualmente, se han puesto en marcha medidas adicionales a las previstas en el protocolo para comprobar que no aparece en el entorno.
"No sabemos si es algo puntual o un indicador de que la plaga está ya en el centro de Asturias", ha comentado María Jesús Álvarez, que compareció junto al consejero de Presidencia y Participación Ciudadana, Guillermo Martínez.
Fuentes próximas a la consejería, consultadas por ECA, advierten que la posibilidad de que se extienda la plaga por el resto del territorio “es muy alta”, y “difícilmente evitable” pese a la creación de un corredor de seguridad y la instalación de detectores.
