El Gobierno del Principado y el Ministerio de Fomento presionarán a FCC y Dragados para que rebajen el sobrecoste del Musel que rechazo la UE

Las obras del 'superpuerto' del Musel están atascadas. El coste del proyecto inicial, de 580 millones de euros, se ha visto incrementado con un sobrecoste de 135 millones. La Unión Europea ha rechazado hacerse cargo de ese importe, y ahora el Gobierno central y el Principado quieren presionar al consorcio de constructoras que se encargan de las obras para que reduzcan considerablemente el sobrecoste. Cuando Vicente Álvarez Areces anunció, en 2005, la remodelación total del puerto gijonés del Musel, el presidente del Principado calificó las obras de "históricas" para Asturias. Sería la obra pública más cara que se emprendía en la región en toda la historia, y la más costosa que se emprendería ese año en toda la geografía española. Pero como ocurre en casi toda las obras importantes en materia de infraestructuras, el importe proyectado en un principio acaba aumentando. Es el llamado 'sobrecoste', la franja presupuestaria que es la que realmente otorga beneficios a las constructoras. La Unión Europea se ha negado a pagar ese importe con los fondos de cohesión, tal y como había solicitado el Gobierno central a Bruselas. Y ni desde el Principado ni desde Madrid están en condiciones de afrontar esos 135 millones, máxime cuando se están recortando fondos para las obras de la Alta Velocidad, prioridad del Ministerio de Fomento en esta legislatura. Lo que les queda tanto a José Blanco como a Álvarez Areces es negociar bilateralmente con las constructoras suprimir o bien reducir de forma sustancial el importe del sobrecoste. El consorcio de constructoras que trabajan en El Musel (Dragados, Drace, FCC, Alvargonzález y Sato) podrían aceptar un trato "a cambio de alguna contrapartida, entrar en algún otro proyecto" aseguran fuentes conocedoras de las conversaciones entre el Principado y el Gobierno.