La Policía descubrió una cuchilla en el calzado del terrorista de Algeciras
Los agentes le quitaron las zapatillas en comisaría, y no sólo los cordones como establece el protocolo anti-suicidios en los calabozos
El terrorista islamista de origen marroquí, de 26 años, que mató a un sacristán en Algeciras e hirió a cuatro personas más, uno de ellos un sacerdote, terminó su ataque descalzo y escondía un objeto punzante en su calzado.
El terrorista se postró en el suelo y comenzó un rezo islámico en la Plaza de Nuestra Señora de las Lágrimas, en la balconada que da a la bahía. Agentes de la policía local se acercaron por detrás y, antes de que percatase y de que advirtiera su presencia, lo detuvieron sin que le diese tiempo a ofrecer resistencia.
Tras los hechos, la Policía Nacional le trasladó al calabozo, los mismos que se encargaron de publicar un vídeo donde aparecía una pareja del cuerpo y el detenido en cuestión descalzo.
Según fuentes consultadas por Confidencial Digital, en el momento de la detención, el joven se encontraba desplazado al encontrarse rezando un rosario islámico. Ahí la policía lo detuvo y lo trasladó descalzo. Pero en la zapatilla derecha portaba un objeto punzante, una cuchilla.
Estas mismas fuentes, aseguran que para evitar una posible huida o incluso suicidio; protocolo de prevención anti-suicidio, en vez de retirar los cordones del calzado, decidió retirárselo en su totalidad, “para no estropearlo”, aseguran.
De esta manera, las fuentes comentan a ECD que “esas pruebas deben fotografiarse y aporta en el juicio que se celebre en la Audiencia Nacional”.
Por otro lado, desde el gabinete de prensa del Cuerpo de la Policía Nacional no han confirmado ni desmentido la información. Únicamente han confirmado que la investigación sigue su curso y el acusado será juzgado en la Audiencia Nacional.
Elementos clave
Estos elementos que se añaden a la investigación, se unen al móvil del que se podría haber deshecho antes de lanzarse a acuchillar en las iglesias de Algeciras.
Las investigaciones policiales apuntan a que en el teléfono móvil del autor de los ataques con machete al cura y al sacristán había rastros de conversaciones con sospechosos de yihadismo de Ceuta y Tánger.
Sin embargo, no se encontró ningún teléfono móvil, ni en la vivienda de Kanjaa ni entre las pertenencias que portaba cuando fue detenido en Algeciras tras la comisión de sus crímenes.
A pesar del registro meticuloso practicado en la casa que habitaba junto a otros okupas, la Policía no halló ningún dispositivo electrónico ni soporte de almacenamiento de datos.
