Lebrija, pueblo emblemático del socialismo andaluz, se movilizó contra los favoritismos de la Junta con las subvenciones del Gobierno a los ayuntamientos

El municipio sevillano de Lebrija vivió ayer una insólita huelga general, que tuvo un amplísimo seguimiento a pesar de que no la secundaban ni UGT, ni CC.OO., ni PSOE ni Izquierda Unida. Lo insólito es que se trata de uno de lugares emblemáticos del socialismo andaluz. El pueblo, de unos 26.000 habitantes, se vio ayer parados, con comercios, bares, restaurantes y tiendas cerrados, y además fue escenario de una manifestación a la que asistieron en torno a las dos mil personas. Se trata de una población electoralmente controlada desde hace años por los socialistas. La convocatoria, que fue iniciativa del sindicato CNT y tuvo el apoyo de Partido Popular y Partido Andalucista, tenía como objetivo protestar por el desempleo y contra el reparto injusto del trabajo procedente del "Plan E", es decir, las ayudas del Gobierno a los ayuntamientos. Los vecinos piden que estos dineros no vayan a parar "a los de siempre", sino que se distribuyan de forma justa, y no con las prácticas de favoritismo y discriminación que otras veces ha utilizado la Junta de Andalucía.

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